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Autor Tema: El BCE estudia comprar 63.000 millones de deuda píºblica española  (Leído 107 veces)

Eguzki

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El debate en el seno del Banco Central Europeo (BCE) sobre el programa de compra de bonos soberanos sigue filtrando informaciones a los medios de comunicación. Si el viernes se publicaba que estudia dotar el programa con medio billón de euros, la cadena estadounidense CNBC publicó que pretende distribuir sus compras de bonos proporcionalmente al capital social que tiene cada paí­s en la institución.


De este modo, la entidad destinarí­a a adquirir bonos españoles un 12% del futuro QE (flexibilización cuantitativa) que, según el guión, aprobarí­a en su próxima reunión, la del dí­a 22 de enero. Así­ lo explicó el presidente de la institución, Mario Draghi, en su primera entrevista del año: "Deberí­a incluir la compra de una variedad de activos, incluidos los bonos soberanos".

De confirmarse las informaciones filtradas hasta la fecha, el BCE comprarí­a 62.798 millones de euros de deuda española en el mercado secundario, ya que no puede acudir al primario por prohibición directa en sus estatutos. La entidad comprarí­a en torno a un 25% de las emisiones de bonos para 2015 que tiene previsto captar el Tesoro Público. La aportación de España al capital social de la institución es de casi 1.000 millones de euros, lo que representa un 8,84%, datos actualizados a 1 de enero, porcentaje que significa que el BCE destinará un 12,56% de su futuro programa de compra de bonos a comprar deuda española. ¿Por quíé esta diferencia? Porque los paí­ses de la Eurozona tienen un 70% del capital de la entidad, y entre ellos se repartirá el 100% del programa de compra de activos.

Los respectivos bancos centrales de cada paí­s de la zona euro desembolsan anualmente una determinada cantidad al banco central con sede en Fráncfort, en función del peso relativo de sus respectivos PIB en el total. Esa aportación determinarí­a cuánta deuda de cada paí­s podrí­a adquirir el BCE, según señaló la fuente consultada, que subrayó que aún no se ha tomado ninguna decisión. Los últimos datos que ofrece la institución están actualizados a fecha del 1de enero y el total del capital asciende a 10.825 millones de euros.

El doble en Alemania

Si el BCE destinara 63.000 millones de euros a comprar bonos españoles, para Alemania empleará más del doble, en concreto 127.840 millones de euros. Es la cifra que, como en el caso español, se obtiene sobre un programa de medio billón de euros y la proporción de cada Estado miembro en el capital social de la entidad.

¿Por quíé comprará tanta cantidad de bonos alemanes si el paí­s no tiene problemas de críédito y el Estado se financia en mí­nimos históricos de rentabilidad? Muy sencillo, el BCE tiene que aplicar un programa que sea equitativo, no puede elegir unos paí­ses y comprar sólo sus bonos, ya que significarí­a que los socios perjudicados asumiesen una parte del riesgo de los beneficiados.

Para convencer a Alemania y al Bundesbank, el BCE tiene que comprar deuda de todos los Estados. Esto quiere decir que, si la entidad quiere mandar 187.000 millones de euros a los paí­ses perifíéricos (España, Italia, Irlanda, Portugal, Grecia y Chipre), se ve obligado a dotar con 500.000 millones su programa de compra de bonos. O lo que es lo mismo, comprará un 22% más de bonos alemanes que de todos los paí­ses perifíéricos en conjunto. La comparativa es todaví­a más agresiva si no se tienen en cuenta a Italia y España. En este caso, para cada euro que vaya a Portugal, Irlanda, Grecia o Chipre, irán 3,5 euros directos a Berlí­n. Es el precio a pagar al Bundesbank para tener su bendición.

España, el cuarto grande

España será el cuarto gran paí­s de la eurozona en peso dentro de este programa. Sin embargo, la distancia hasta sus tres predecesores es amplia: el BCE adquirirá casi un 40% más de bonos italianos que españoles. Francia tambiíén supera a España en su aportación al capital social del BCE, por lo que tambiíén comprará más tí­tulos del paí­s (todas las operaciones siempre en el mercado secundario). En concreto, destinará un 14,2% de los fondos de este programa (en torno a 100.500 millones de euros) a comprar bonos del Tesoro galo, esto es, un 60% más que en España.

De confirmarse que el BCE comprará deuda en función de las aportaciones al capital social, la entidad adquirirá más deuda griega que de otros paí­ses perifíéricos, como Portugal o Irlanda. En concreto, la entidad destinarí­a un 2,89% de su programa a comprar bonos griegos, un total de 14.400 millones de euros. Por su parte, de deuda portuguesa comprarí­a un 2,48% (12.400 millones) y un 1,65% en tí­tulos irlandeses (8.200 millones de euros).

Lí­mites al riesgo

Esta propuesta de adquirir bonos en función del capital social aportado por cada paí­s al BCE es una propuesta que estarí­an barajando los tíécnicos para tratar de diseñar un plan que logre, con los tipos de interíés a cero, controlar la inflación. Es la moneda de cambio que tendrán que aceptar los lí­deres de los bancos centrales de los paí­ses perifíéricos para que Alemania no rechace de plano este programa. Lo que está claro despuíés de que Berlí­n llevara ante la justicia al anterior programa de compra de deuda soberana, el OMT, es que no será posible que el BCE solo compre bonos de los paí­ses en problemas. Será necesario idear una tabla de proporciones del montante que destinará a cada paí­s miembro y esta parece la opción que toma peso.

Junto a íésta, los 19 gobernadores de los bancos centrales barajaron la semana pasada en Francfort cómo limitar este riesgo. Entre otras medidas, el BCE estarí­a estudiando tambiíén adquirir bonos con una nota mí­nima de BBB- (grado de inversión), lo que dejarí­a fuera del plan tan solo a Eslovenia, Chipre, Grecia , Malta y Portugal. Como alternativas que plantean los expertos para que el BCE pueda comprar los bonos de estos paí­ses es que lo haga a travíés de los bancos centrales nacionales. Con este apaño, la entidad conseguirí­a que el riesgo se quedase dentro de cada paí­s, pero que, por el contrario, no eliminase el circulo vicioso de segmentar mercados.

¿Tras los pasos de la Fed?

Con este paso, el BCE estarí­a acompasando sus actuaciones a los programas de compras de activos -públicos y privados- que ha activado, ente otros, la Reserva Federal (Fed). Lo que no está tan claro es que sea un cambio de mentalidad de la entidad europea o que simplemente se vea entre la espada y la pared: con una inflación en negativo y sin estí­mulos monetarios convencionales en la recámara.

Despuíés de millones de dólares lanzados al mercado en forma de compra de activos, la Fed y las autoridades estadounidenses han conseguido que el paí­s creara en 2014 el mayor número de puestos de trabajo desde 1999 y que el paro bajara hasta el 5,6%, mí­nimo desde junio de 2008 (tres meses antes de la quiebra de Lehman Brothers).

Los mercados esperan una baterí­a de medidas históricas en la reunión del 22 de enero que incluya, además de la compra de bonos soberanos, tambiíén corporativos. Con estas compras, el BCE conseguirá liberar una parte del capital que tiene retenido la banca en deuda pública y empresarial y que consigan ganar ese colchón de activos de máxima solvencia para reactivar el críédito. Además, las inyecciones de liquidez al mercado elevarán la base monetaria y contribuirán a elevar los precios.