Algunos abogados de la acusación particular de Bankia se han quedado de piedra al escudriñar la ingente información que ha llegado a la Audiencia Nacional a raíz de la entrega de los dos informes periciales elaborados por los inspectores del Banco de España. En los anexos de la documentación destaca una denuncia, hasta ahora secreta, formulada por Bankia en octubre de 2012 a la CNMV y en la que se da cuenta de las operaciones de autocartera llevadas a cabo tras la salida a bolsa. Lo más llamativo es la aparición de una sicav vinculada al propio Rodrigo Rato entre los destinatarios de acciones no declaradas de la entidad nacionalizada.
La operativa que delata el propio departamento de auditoría interna de Bankia parte de la conexión entre el antiguo director del írea de Gestión de Inversiones, Juan Josíé Llinares, y el consejero delegado de la entidad Mercados y Gestión de Valores (MGV), Rafael Collada. La denuncia asegura que el propio Llinares reconoció en su día que la citada agencia de valores de Collada colaboraba “en las ocasiones en que pudieran superarse los límites de contratación diaria que establece la CNMV para la autocartera†y que, en el mejor de los casos, están fijados en un 25% del promedio de negociación en bolsa.
MGV fue, en efecto, uno de los operadores preferentes utilizados por Bankia durante la etapa presidencial de Rodrigo Rato a la hora de efectuar compras y ventas de acciones propias orientadas teóricamente a asegurar la liquidez del valor. La agencia es gestionada por Rafael Collada, un experto conocido en muchas casas de bolsa que ha trabajado al lado de grandes gestores empresariales del país y que cuenta con gran influencia en los ambientes bursátiles. Además de consejero delegado de MGV, Collada es administrador único de la sociedad propietaria de Ritmo Finance, la segunda entidad que aparece especialmente activa en el tratamiento bursátil de la autocartera de Bankia entre agosto de 2011 y marzo de 2012.
Tras la OPV de Bankia en julio de 2011 y a lo largo de casi todo un año, estas dos sociedades, MGV y Ritmo Finance, registraron dos tercios de toda la operativa correspondiente a la cartera de clientes de MGV, que alcanzó cerca de ocho millones de títulos. A fecha de octubre de 2012, el saldo de estas compraventas se tradujo en píérdidas de 740.000 euros para las instituciones gestionadas por Collada, que, al parecer, Bankia se habría comprometido a compensar bajo el argumento de que eran operaciones de autocartera.
Lo más llamativo del caso es que entre dichos clientes o instituciones que ‘padecieron’ la caída de Bankia en bolsa figura la marca Donald Inversiones. De acuerdo con la documentación en poder de la Audiencia Nacional, se trata de una sicav que está participada a su vez por las sociedades limitadas Arada y Explotaciones de Carabaña, de las que Rodrigo Rato es administrador único, y por Rodanman Gestión 3, en la que el expresidente de Bankia aparece tambiíén como apoderado.
Las vinculaciones societarias de Rafael Collada
Para más inri, y siguiendo los detalles de la investigación efectuada por Bankia en su día, el nombre de Rafael Collada se asocia de manera directa a la estructura de gobierno de Donald Inversiones desde el momento en que el responsable ejecutivo de MGV es tambiíén, y para que no falte de nada, consejero de la sicav de Rato. Estas vinculaciones societarias alimentaron en su día las sospechas del banco presidido por Josíé Ignacio Goirigolzarri, como queda de manifiesto entre las conclusiones de la denuncia remitida a la CNMV.
Los informes que ahora han aparecido entre los anexos periciales fueron dirigidos con fecha de octubre de 2012 al director general de Mercados de la Comisión de Valores, íngel Benito, y están firmados por Miguel Crespo, secretario general de Bankia y antiguo colaborador directo de Rato desde su íépoca como vicepresidente económico del Gobierno. Las conclusiones de la investigación ponen de relieve el interíés de Llinares por implicar e inculpar a la propia Bankia en toda la operativa con autocartera, lo que, dicho con otras palabras, supondría que la entidad debería resarcir a los clientes de MGV que sirvieron de pantalla en las compras no declaradas de acciones. Bankia tambiíén ha acusado a su exempleado de prácticas para lucrarse personalmente en la gestión de la autocartera conocidas como front running.
Bankia va incluso más allá y señala que “de los hechos observados y comprobados se deduce que la operativa realizada por el Sr. Llinares no se justifica por las razones que aporta en su escrito, por lo que entendemos que debe tener otra motivación que no se corresponde con la indicada en el mismoâ€. Añade además la evidencia de “una operativa sospechosa que debe ser puesta en conocimiento de la CNMVâ€. En consecuencia con todo ello, recuerda que Llinares ha dejado de prestar sus servicios en Bankia y anuncia como medida inminente el cese de cualquier operativa con la sociedad Mercados y Gestión de Valores (MGV).