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Despuíés de díécadas de vender a los estadounidenses envases enormes, Coca Cola y Pepsi empiezan a comprender que menos puede ser más.
A medida que la gente reduce el consumo de refrescos, los dos gigantes del sector están promoviendo latas y botellas más pequeñas con el argumento de que contienen menos calorías y provocan menor sentimiento de culpa. El objetivo es compensar el menor consumo con envases que cuestan más por onza y atraen por lo novedoso y por la porción reducida.
Esto significa que las minilatas de 7.5 onzas y las botellas de vidrio y aluminio de 8 y 8.5 onzas están ocupando más espacio en las estanterías de los supermercados. Estas latas y botellas están disponibles desde hace años, pero Coca y Pepsi las están promocionando de manera más dinámica.
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El año pasado, como parte de su campaña para vender latas y botellas con nombres de clientes, Coca Cola dijo que distribuyó un millón de minilatas.
La promoción de la gama de envases menores indica un cambio con respecto a las últimas díécadas, cuando los fabricantes de bebidas sin alcohol medían el íéxito con base en el volumen de bebida vendido.
Pero el consumo de refrescos en Estados Unidos viene en descenso en los últimos años, desde que autoridades de salud los culparon por la obesidad y pidieron la aplicación de impuestos especiales y textos de advertencia en las latas.
Los refrescos alcanzaron su pico de consumo en 1998, cuando los estadounidenses bebían el equivalente de 576 latas al año, según Beverage Digest. La cifra se redujo a 450 latas al año en 2013.
En lugar de librar una batalla que parece perdida, Coca y Pepsi están promocionando latas y botellas más pequeñas que dan un aire de novedad a sus productos al competir con la proliferación de bebidas sin alcohol.