La compañía solicita al Ministerio de Industria la clausura de las instalaciones de ciclo combinado de gas en Tarragona e inicia un plan para revisar todos los demás activos.
La mano del fondo australiano Macquarie, el nuevo dueño de los activos de E.ON España -una de las cinco grandes elíéctricas en este país- ya se está haciendo notar. En pleno proceso de cambio de dueño, E.ON España ha solicitado al Ministerio de Industria permiso para clausurar sus instalaciones en Tarragona.
Esas instalaciones funcionan a gas (ciclo combinado). La mayoría de este tipo de plantas ha sufrido un drástico bajón en su actividad en los últimos años, por la caída de demanda y la llegada masiva de las renovables.
La petición de E.ON se suma a otras solicitudes de cierre para instalaciones parecidas de Endesa e Iberdrola, que están pendientes de resolverse por Industria, a cuyo frente está Josíé Manuel Soria.
El cierre de ciclos combinados, o su hibernación hasta que vengan tiempos mejores, es una de las asignaturas pendientes de Industria. Es un asunto que parece que se le ha atragantado. No ofrece una solución a pesar de las presiones del sector. El problema clave es que, para cerrar una instalación elíéctrica -igual que para abrirla-, se necesita permiso administrativo. Y si se deja parada, aunque no se cierre (hibernación), tiene unos costes de mantenimiento que las elíéctricas no están dispuestas a soportar.
Fuentes del mercado energíético indican que el cierre solicitado por E.ON forma parte del plan que ya tenía contemplado Macquarie cuando hizo su oferta por esos activos, con el objetivo de rentabilizarlos al máximo. Otra medida es poner en revisión las demás instalaciones, en especial las plantas de carbón y la red de distribución.
Oficialmente, Macquarie aún no ha desembarcado en la gestión de E.ON España, porque legalmente la operación de traspaso de estos activos aún no se ha materializado, a la espera de rematar algunos flecos. Pero en el sector nadie duda de que las directrices de E.ON España ya están marcadas por los deseos de Macquarie, cuyo desembarco en la empresa es inminente. Fuentes cercanas a E.ON España reconocen que Macquarie está al tanto de las decisiones que se van tomando.
2.400 millones de valor
Uno de los flecos que quedaban para la llegada de Macquarie es la presentación de las cuentas anuales de E.ON España. Ayer, la multinacional alemana presentó sus resultados a nivel global, dando detalles de España.Las ventas en este país pasaron de 1.179 millones en 2013 a 1.166 millones en 2014. El resultado bruto (ebitda) subió desde 132 millones a 146 millones. E.ON explica, además, que la operación de traspaso de sus activos en España se ha valorado en unos 2.400 millones, menos que los 2.500 millones de los que se habló inicialmente, y tambiíén menos que el valor en libros, con lo que ha tenido que recoger un coste por provisiones de unos 300 millones, con una píérdida neta de 200 millones. Macquarie, en alianza con Wrenhouse, un fondo del grupo kuwaití estatal KIO, anunció la compra de E.ON España en noviembre del pasado año. Era, despuíés de años, la mayor operación corporativa del sector energíético en España.
Antoñanzas al frente
En el sector no se esperan cambios drásticos en la cúpula de E.ONEspaña cuando Macquarie llegue a la empresa. Entre otras cosas, porque al actual presidente, Miguel Antoñanzas, se le considera uno de los grandes profesionales del sector y un perfecto conocedor de este mercado.
Hace semanas, se barajó que Fulvio Conti, exprimer ejecutivo de Enel (primer accionista de Endesa), asumiera las riendas de los activos de E.ON España a las órdenes de Macquarie. De momento, Macquarie ha fichado a ese directivo como asesor principal de sus negocios globales. Conti asesorará a Macquarie en la expansión y gestión de las carteras de infraestructura en Amíérica Latina y Europa. Hay que recordar que Antoñanzas y Conti tienen una estrecha relación. Antoñanzas estuvo al frente de los activos de Enel en España antes de que ese grupo se hiciera con Endesa.
Miguel íngel Patiño