Los ingenieros de Caminos españoles están muy cotizados en el exterior, algo que ha dado un verdadero balón de oxígeno a este colectivo tan castigado en los años de crisis por el inmenso parón de obras públicas y el hundimiento de las infraestructuras en nuestro país. Alrededor de 3.000 ingenieros nacionales ejercen hoy en día su profesión en el extranjero.
La última fiebre por el talento español la padece Singapur. El Consorcio Regional de Transportes del país asiático ha firmado recientemente un convenio con el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos para poder contratar a profesionales directamente con el objetivo de integrarlos en su propia Administración sin necesidad de licitaciones concretas de por medio. Un verdadero íéxito que, según explica el presidente del Colegio, Juan Antonio Santamera, empezó hace unos meses cuando el Gobierno asiático pidió a la institución que seleccionara en torno a 20 ingenieros para desarrollar proyectos en su país. Ante los buenos resultados obtenidos hubo una segunda petición, que situará en casi 40 los españoles que van a desarrollar próximamente obras en las islas asiáticas, y que culminó con el pacto entre ambas naciones para facilitar la contratación directa de ingenieros.
Santamera asegura que los profesionales españoles están “muy bien valorados†en el exterior gracias a su formación, “que tiene una base científica-tíécnicaâ€, y la preparación que reciben en las facultades, “en las que hay una gran exigenciaâ€, un factor que juega mucho a su favor en un momento tan delicado para el colectivo. “Es evidente que la situación actual ha obligado a las constructoras –sólo hay que ver a las grandes, Acciona, Ferrovial, FCC, ACS, OHL, Sacyr– a buscar obras en el exterior como locos", y al desplazarse se han llevado consigo ingenieros nacionales. Las cifras hablan por sí solas: más del 80% de los ingresos que estas empresas obtienen provienen de proyectos en países extranjeros. Y como matiza Roque Gistau, presidente de la Asociación del Colegio, "en las obras más importantes que hay en estos momentos en el mundo como son el Canal de Panamá, el AVE de La Meca o el metro de Riad están presentes consorcios e ingenieros españoles".
No es la primera vez que Singapur se fija en la red de transportes española y sus profesionales. Hace un par de años, autoridades del Transporte Terrestre del país viajaron a Madrid para interesarse por la red de metro de la capital, la cual calificaron de "impresionante", y pedir asesoramiento de cara a la macroampliación del suburbano que tienen en mente desarrollar durante los próximos 17 años en una inversión que alcanzará los 42.000 millones de euros.
Lucha titánica para la homologación de títulos
Las cosas no han sido fáciles para los ingenieros en estos años. De hecho, uno de los grandes obstáculos para ellos ha sido la no homologación de las titulaciones universitarias anteriores al plan Bolonia, que ha dejado a unos 26.000 ingenieros españoles sin el reconocimiento de máster, y por tanto, de la cualificación profesional justa. Para entenderlo de manera rápida, una ingeniería del anterior esquema era una carrera de cinco años, que equiparada a los conocimientos que se obtienen tras el nuevo plan, se correspondería con el nivel de grado más máster. Sin embargo, Bolonia no ha aplicado esta convalidación, perjudicando seriamente a estos titulados españoles, que deben competir con otros ingenieros internacionales de nivel máster, reconocidos como 'ingenieros civiles'. Precisamente, y siendo este otro de los impedimentos, el nombre de ‘Ingenieros de Caminos’ no es común en el resto de países, en los que se conocen como ‘civiles'.
En palabras de Santamera, “hay que pensar que casi todas las obras públicas se contratan a travíés de administraciones públicas, que son las que sacan una oferta y según los puntos que sumen los profesionales se adjudican". En las escalas de puntuación, dice el presidente del Colegio, "a nuestros ingenieros ni los valoran en muchas ocasiones porque, al no estar reconocidos como máster, tienen una puntuación muy inferior a la de sus competidores y los nuestros son sistemáticamente eliminados de los concursosâ€. Esta situación obligó al Colegio de Ingenieros, con su presidente a la cabeza, a llevar a cabo una intensa campaña en los ministerios de Educación y Fomento para poner en marcha la urgente homologación. “Nosotros lo necesitábamos de verdad para trabajar en el exterior en un momento en el que hay mucha demanda de ingenieros fuera y muy poco trabajo dentro de nuestra fronterasâ€, insiste el presidente del Colegio.
Una verdadera lucha que ha durado cerca de dos años y medio y que podría acabar en pocos días. La carrera empezó en una conversación del Colegio con el ministro de Educación y el secretario de Estado de Universidades. Despuíés hubo negociaciones con Fomento, peticiones a la Defensora del Pueblo e incluso una directa a la presidencia del Gobierno. “Hemos hecho todo lo que se nos ha ido ocurriendoâ€, comenta Santamera con esperanza. Tiene motivos porque por fin parece que su demanda cosa adelante. El Ministerio de Educación ha elaborado un decreto que contempla la homologación y que la próxima semana o a más tardar la siguiente se llevará al Consejo de Ministros para su aprobación.
Paloma Esteban