Descalabro en el mercado de deuda
Ante la mirada atónita de los inversores y gestores de renta fija, el mercado de deuda europeo está desplomándose en pocas sesiones.
Los tipos a 10 años en Europa han subido en cinco sesiones más de 70 puntos básicos. Esto, en un mercado cuyo nivel de partida era del 0,05%, supone un incremento en los tipos no visto en mucho tiempo. En este movimiento todos los países han sufrido incrementos sustanciales en los tipos de interíés.
Un huracán está pasando por los mercados de deuda soberana y los inversores han visto de repente cómo se caía el frágil techo bajo el que se cobijaban. Hasta hace pocos días, la imparable bajada de tipos de los últimos años parecía no tener fin. La mayoría de los inversores se han quemado los dedos intentando acertar con el mínimo en los tipos de interíés, mientras el mercado marcaba mínimos casi todos los días.
Lo que suele ocurrir en estos casos es que el cambio en la tendencia del mercado se produce de manera insospechada, lo cual pilla desprevenidos a todos los inversores. Una señal de que un mercado se encuentra cerca de su tope se produce cuando los analistas intentan justificar de manera poco ortodoxa niveles de mercado completamente irrealistas. En el caso que nos ocupa, la deuda soberana europea, el mínimo de los tipos de interíés a 10 años en Alemania coincidió con varios informes de analistas señalando que los tipos podrían alcanzar el -0,2% en los bonos a 10 años.
Teniendo en cuenta la fortaleza que tenía el mercado de deuda, la mayoría dio por buena esa posibilidad. Pues bien, a partir de ese momento los tipos a 10 años alemanes iniciaron una imparable subida que ha llegado hasta el 0,76% y que podría ir más allá si se produce pánico en el mercado.
Lo curioso es que el movimiento ha coincidido en el tiempo con el incremento de la tensión en torno a las negociaciones del rescate griego. En ocasiones precedentes, la tensión en Grecia se traducía en caídas en los bonos perifíéricos, pero con subidas en los bonos centroeuropeos que actuaban como activo refugio.
En esta ocasión, los bonos perifíéricos han caído con fuerza contagiados por Grecia, pero los bonos centroeuropeos han caído igualmente.
La explicación de las caídas en la deuda centroeuropea no es tan simple. Probablemente la virulencia del movimiento sea consecuencia de la confluencia de varios factores que llevaban tiempo acumulándose pero que no habían llegado a explotar.
Por un lado, el movimiento de reversión del euro/dólar desde los mínimos cercanos a 1,05 ha repercutido con fuerza en la deuda alemana, que tiene una altísima correlación con el tipo de cambio.
Atendiendo a la correlación entre ambos, la evolución a corto plazo de los tipos de interíés en Alemania estará determinada por el comportamiento del euro. En la zona recuadrada en el gráfico, que corresponde a marzo de 2015, vemos cómo el euro fue el primero en moverse, para que posteriormente reaccionara de manera convulsa.
En el cambio de tendencia de diciembre de 2013, fue la rentabilidad del bono a 10 años alemán la que lideró el movimiento bajista para posteriormente iniciar su desplome el tipo de cambio.
Además de la evolución del tipo de cambio, un factor determinante en el reciente desplome en la deuda centroeuropea ha sido el enorme consenso existente en el mercado de que las compras del BCE hacían imposible una subida en los tipos.
La unanimidad en la opinión del mercado, con o sin convencimiento de la misma, provoca que ante un cambio de tendencia tan dramático los inversores tengan poco tiempo para reaccionar.
El cierre de posiciones ante las píérdidas provocadas por las recientes caídas se puede acelerar si el mercado no encuentra pronto una zona de soporte.
La profundidad y velocidad de la caída ha sido excesiva, aunque muy necesaria para situar el mercado en niveles más racionales. En este punto empiezan a aparece oportunidades si tenemos en cuenta que el entorno de tipos seguirá siendo muy bajo gracias a la intervención del BCE.
Javier Montoya es analista de Alpha Plus