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Autor Tema: LAS PRIMERAS 7 DIMENSIONES DE LA OCTAVA VIBRACIONAL  (Leído 702 veces)

Scientia

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LAS PRIMERAS 7 DIMENSIONES DE LA OCTAVA VIBRACIONAL
« en: Junio 10, 2015, 08:47:12 pm »
LAS PRIMERAS 7 DIMENSIONES DE LA OCTAVA VIBRACIONAL

http://caminoaldespertarr.blogspot.com.es/2014/01/las-primeras-7-dimensiones-de-la-octava.html?m=1

Las dimensiones son los diferentes estados de conciencia, estados de la existencia que experimentamos durante el camino hacia el Ser íšnico. Son los pasos evolutivos que el Ser decidió experimentar para regresar a la Fuente Divina.
Todos los niveles dimensionales se encuentran en el aquí­ y el ahora. La diferencia es la longitud de su onda (frecuencia). Las dimensiones son frecuencias, dentro de la cual vibramos. Son algo parecido a las ondas de radio, son sus frecuencias.
Existen 7 dimensiones preceptúales, que van a la octava dimensional, donde se encuentra la Tierra en estos momentos.
Igualmente, existen otras dimensiones, que corresponden a otras octavas vibratorias, que se encuentran actualmente fuera de nuestra comprensión humana.
Cada dimensión está regida por un conjunto de leyes y principios especí­ficos, para funcionar en sintoní­a con la frecuencia de esa vibración. 
Cambiar de dimensión significa expandir nuestra conciencia (expandir nuestra forma de percibir la realidad).
Ahora nos encontramos pasando a una realidad más energíética. Se parece más al mundo de los sueños y la imaginación.
Los seres humanos trascendidos, pueden permanecer en varios estados o niveles de conciencia, en forma simultánea, pues todos somos seres multidimensionales. Ellos lo saben conscientemente, y lo utilizan, con una labor de servicio, para ayudar a trascender a otros seres.


LAS 7 DIMENSIONES

1. PRIMERA DIMENSIí“N: MICROCOSMOS MONíDICO

Se sabe por ley de correspondencia (“como es arriba es abajo”) que cada unidad fractal es el reflejo de un todo. Cada dimensión es un espejo de la dimensión superior. El microcosmos refleja el macrocosmos y viceversa.
En la primera dimensión se encuentran pequeñí­simas e imperceptibles unidades substanciales energíéticas llamadas mónadas, íéstas son como átomos pero de carácter metafí­sico que contienen dentro la información codificada de todo el cosmos.
Vibran a una frecuencia muy sutil, y a travíés de íéstas, la conciencia universal (Dios) crea los distintos mundos.
A nivel material, íésta dimensión es descrita como un campo cuántico que transforma la energí­a en materia; esta dimensión es la matriz de la existencia, por lo que está conectada con la síéptima dimensión de forma cí­clica.
La Primera Dimensión es la encargada de transformar la energí­a en materia. Es la frecuencia básica de los átomos y las molíéculas, por lo tanto, es la energí­a del microcosmos. Es la frecuencia vibratoria de activación del ADN.
Maneja un nivel de conciencia elemental, puntual, sabe cómo dirigirse de un punto a otro.
Los minerales y el agua vibran en esta frecuencia. Los minerales son el aspecto cristalino de la misma, y el agua el aspecto lí­quido de la misma.
Se encuentra tambiíén en los fluidos y las corrientes elíéctricas del cuerpo humano. Activa el código geníético e impulsa energíéticamente el sistema celular.
Si tomáramos, como metáfora, al ser humano para describir las dimensiones, podrí­amos decir que la primera dimensión la experimentamos en la etapa pre-fetal; donde somos un conjunto de potencialidades, con un programa de división celular y mantenimiento de funciones.

Todas las dimensiones funcionan a todas las escalas, y las de esta octava, son las mismas en todo el universo.


2. SEGUNDA DIMENSIí“N: MUNDO ELEMENTAL

Esta frecuencia vibratoria, corresponde al mundo básico de la fuerza biológica que impulsa la vida, los seres unicelulares, las plantas, los insectos y algunos animales hacen parte de este estado de conciencia bilineal.
Nuestras cíélulas son un micro-reflejo de nosotros mismos, por lo que poseen su propia conciencia pero inconsciente de sí­ misma, sincronizada con el ritmo de la segunda dimensión, ellas funcionan en conjunto pero de modo predeterminado, ayudando a que se desarrolle la biologí­a interna.
Del mismo modo, muchos animales actúan por “instinto” aunque posean lo que podrí­amos denominar una infraconsciencia, una mente que hasta ahora está empezando a madurar.
En esta dimensión la conciencia es grupal, es decir, que varios seres tienen la misma conciencia que los dirige, de modo automático, para que evolucionen como un conjunto. Las bandadas de aves que migran, por ejemplo, trabajan simultáneamente al uní­sono como si fueran todas ellas una sola mente. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los enjambres de abejas, las colonias de hormigas e incluso las cíélulas y otras entidades microscópicas similares, trabajan como si fueran uno.
La Segunda Dimensión es la frecuencia donde existen la mayorí­a de los animales y las plantas. Es tambiíén fí­sica e impulsa la identidad biológica. Es la vibración que mantiene la unión entre las especies. Lo que se ha llamado el inconsciente colectivo de las especies. Es la forma en cómo se reconocen los animales de una misma especie, para cumplir con sus funciones reproductoras.
No posee diferenciación individual, ni auto-reconocimiento.
En este nivel de conciencia, no hay referencia temporal/espacial. La conciencia es lineal y bidimensional.
A nivel geomíétrico, se corresponde con las formas planas como el cí­rculo, el cuadrado, etc.
Es la responsable de la variedad biológica y de todas las energí­as que se encargan de propiciarla; como las fuerzas elementales de la naturaleza.
Podemos tomar como ejemplo, las bandadas de pájaros, que actúan coordinadamente como un todo. Tambiíén los bancos de peces. Ambos han sido objeto de estudio, y se ha comprobado que actúan como un cuerpo consciente, donde cada uno de los miembros, mantiene una distancia matemática entre ellos, y solamente rompen la formación cuando son atacados.
Dentro de este campo vibracional de segunda dimensión se encuentran además las fuerzas energíéticas que rigen los cinco elementos (tierra, agua, fuego, aire y íéter), prácticamente íéste es el mundo que rige el curso de la naturaleza y la evolución estableciendo las bases fundamentales de la tercera dimensión.
Siguiendo la metáfora del ser humano, la segunda dimensión se podrí­a comparar con la etapa fetal. Flotamos siendo uno con el entorno, en un estado de no ego, y sin referencia temporal/espacial.

3. TERCERA DIMENSIí“N: MATRIX. EL MUNDO FíSICO

Cuando una conciencia ha desarrollado una percepción acerca de sí­ misma, entonces ocurre una individualización del ser, creando una personalidad o “ego”.
En ese momento el individuo pasa al tercer estado de conciencia que corresponde a la frecuencia vibratoria del mundo material.
La tercera dimensión es el mundo en el que habitamos los seres humanos, es la más fundamental debido a que casi todo el aprendizaje sobre la existencia lo adquirimos aquí­ a travíés de nuestras experiencias personales.
De hecho, el mundo fí­sico podrí­a considerarse el primer nivel existencial (en varias corrientes esotíéricas se le denomina la primera dimensión), pues además de ser el más denso energíéticamente por cantidad de vibración condensada en materia, es la morada del ser auto-consciente, aquíél que posee una identidad y una percepción acerca del mundo que lo rodea.
Realmente, el camino evolutivo/espiritual comienza aquí­, en este plano; cada alma es puesta a prueba en un largo camino que llamamos “vida”. Durante este trayecto, la conciencia desempeña un papel determinado en un juego virtual.
La tercera dimensión es un universo holográfico, tal como lo describe la teorí­a de los fí­sicos Gerard ‘t Hofft y Leonard Suskind.
Los cientí­ficos David Bohm y Karl Pibran tambiíén postularon la idea de que nuestro universo funciona como un holograma basado en descubrimientos de la mecánica cuántica.
Dentro de esta realidad virtual, nos enfrentamos a una serie de retos, obstáculos para ayudar a despertar la conciencia y recordar quiíénes somos y de dónde venimos.

Si bien la vida parece ser a veces demasiado dura y cruel, ten en cuenta que el sufrimiento es de cierto modo necesario para que el ser humano desarrolle su fuerza interior y valore lo realmente importante en la vida.

Las experiencias amargas que tenemos son parte de nuestro proceso evolutivo, todo va de acuerdo al plan del creador, así­ que, no todo es tan malo como parece. Despuíés de todo, la tercera dimensión que tantos problemas nos acarrea, no es más que un espejismo, lo que debemos hacer es aprender a ver más allá de esa ilusión.
La Tercera Dimensión es la frecuencia donde existimos los seres humanos. Tambiíén es fí­sica, y el tipo de conciencia es volumíétrica y tridimensional.
A nivel geomíétrico, se perciben formas como la esfera, el cubo y los sólidos platónicos.
Hay una percepción lineal del tiempo y el espacio, con la capacidad de recordar el pasado, y proyectar el futuro, estando en el presente.
Se basa en la polaridad y la ilusión de separación, en el desarrollo de la identidad individual, y la píérdida del sentido grupal.
í‰sta es la frecuencia donde nos hacemos conscientes de nosotros mismos, desarrollamos el ego y creemos que estamos separados del Todo. Es en esta dimensión donde nos percibimos más separados del Todo, que en ninguna otra, por lo tanto, es aquí­ donde al Ser íšnico se le presentan más retos de integración y crecimiento.
En el ser humano, comienza a partir del segundo año de vida, cuando el niño empieza a diferenciarse del entorno como individuo, a expresar sus deseos, a formar su ego.
Es una etapa de aprendizaje muy importante, donde comienza la fragmentación.
En tercera dimensión experimentamos un proceso de división del Ser. Es parte del trabajo de evolución, el recoger y juntar todas las partes.


El Apocalipsis Cuántico y El Universo Holográfico





Los Secretos de la Matrix. Realidad ilusoria:

 


4. CUARTA DIMENSIí“N: PLANO ASTRAL

Cuando una persona fallece, su conciencia se traslada a la cuarta dimensión, cruzando “una luz que se encuentra al final de un túnel”. Este umbral ha sido descrito por millones de personas que han sufrido encuentros cercanos con la muerte.
El “más allá”, como muchos lo conocen, corresponde a un mundo paralelo denominado “plano astral”.
Dicho plano se encuentra dividido en dos zonas principales:

- El “bajo astral”. Es donde habitan los seres de muy baja vibración: las entidades oscuras, los demonios, espí­ritus malignos, etc. Tambiíén llamado inframundo o infierno por la cultura popular.
- El “alto astral”. Es donde habitan los seres de vibración elevada; como las almas despiertas, los elementales o espí­ritus de la naturaleza (duendes, hadas, gnomos, salamandras, ninfas, etc.), los guardianes guí­a (espí­ritus benevolentes que ayudan en la evolución espiritual), y en algunos casos hasta ángeles y extraterrestres.

Para la gente que es escíéptica, todo esto le parecerá increí­ble, pero de hecho hay una forma de comprobar la existencia de todo lo anterior escrito.
El plano astral es de fácil acceso puesto que limita seguidamente con nuestra dimensión 3D. Para los que deseen conocerlo, solo deben estudiar una práctica llamada “desdoblamiento astral”.

Dentro de esta 4D tambiíén se halla el llamado “mundo oní­rico” o de los sueños.
La mayorí­a de las veces que sueñas (más de un 80%) estás en realidad visitando el plano astral. Cuando nuestro cuerpo se queda dormido, el alma realiza un desdoblamiento involuntario, saliíéndose del cuerpo y viajando al plano astral (la cuarta dimensión), pues es una frecuencia vibratoria donde la conciencia navega libre de cadenas.
Aquí­ tambiíén se encuentra la memoria de la matrix – conocida como los “registros akáshicos – donde se guardan el pasado, presente y futuro del cosmos. Accediendo a esta memoria podemos navegar por la mente del holográfico y conocer los profundos misterios de las esferas metafí­sicas.

La Cuarta Dimensión es un pasaje a la quinta dimensión. Es la frecuencia en la que comenzamos a tener conciencia de que no sólo somos un cuerpo fí­sico, y comenzamos a percibir más allá de los sentidos fí­sicos. Los llamados “deja vú” y la sincronicidad, comienzan a hacerse repetitivos y generalizados. Nos damos cuenta de que a muchas personas les ocurre lo mismo. Empezamos a percibir muchos cambios, tanto dentro como fuera de nosotros. Existe una inclinación a “saber”, a tener conocimientos sobre lo espiritual, más que lo religioso, a buscar más información para saber diferenciarlos.
Se siente un llamado, de nuestro Ser Interior, a la necesidad de estar con nosotros mismos. El auto-análisis y el auto-descubrimiento están presentes en este pasaje de la cuarta dimensión.
Tambiíén nos damos cuenta del cambio que se está produciendo fuera de nosotros; vemos que el clima cambia constantemente, ya no permanece en estaciones, como antes, las horas del dí­a se hacen más cortas, el tiempo ya no nos alcanza para hacer las cosas que hací­amos antes.
En esta dimensión, percibimos el tiempo en díécadas cí­clicas o en forma de espiral.
Existe un campo cuántico donde se presentan simultáneamente todas las posibilidades y alternativas.
Es la frecuencia de la sincronicidad absoluta, la empatí­a y la telepatí­a. Es la última dimensión donde experimentamos con el cuerpo fí­sico, compuesto de carbono 14, como vehí­culo de aprendizaje.
En esta frecuencia, percibimos la multidimensionalidad, y nos damos cuenta de nuestra responsabilidad, al hacernos conscientes que cada una de nuestras acciones, afecta al Todo.

A nivel humano, tenemos la necesidad de compartir con grupos, revisar nuestras relaciones, buscar sanación y crecimiento con terapias. Tambiíén es la causa del desmoronamiento de estructuras fí­sicas, económicas y polí­ticas, establecidas desde hace mucho tiempo y que ya no se corresponden con esta nueva vibración. Y cada vez vamos a ver y experimentar más cambios en todos los niveles de aquello que no se corresponda con la nueva energí­a.
El cambio dimensional es a todas las escalas, no sólo lo estamos experimentando los seres humanos, sino tambiíén la Madre Tierra y a una escala mayor, toda la galaxia.
El cambio dimensional no sucede de un dí­a para otro, sino por capas paulatinas de conciencia.
Aceptar la conciencia de la cuarta dimensión, es lo que se llama el salto cuántico, y es el paso más difí­cil del cambio dimensional, ya que íéste implica un profundo cambio de creencias.


5. QUINTA DIMENSIí“N: LA ETERNIDAD

La Quinta Dimensión es el portal hacia la Conciencia Crí­stica. La Conciencia Crí­stica es aquella conciencia colectiva que se reconoce a sí­ misma como unidad.
Es la frecuencia de la sabidurí­a y es totalmente pura energí­a. Es donde se encuentran los Maestros Ascendidos y los espí­ritus guí­as.
En 5D experimentamos el fundirnos con el grupo de espí­ritus ascendidos, a cual pertenecemos vibracionalmente, y al Ser Superior o Multidimensional.
Es la dimensión donde recordamos quiíénes somos, y despertamos nuestra sabidurí­a interna.
Es en esta dimensión donde se experimenta la conciencia grupal que forma un solo Ser de mayores dimensiones. Es una frecuencia energíética, no fí­sica. El tiempo es un continuo, solo existe el eterno ahora.
Muchos de los seres que están en 5D, al contactarse con su sabidurí­a, escogen ser los guí­as espirituales de los que estamos en la dimensión fí­sica, como parte de su servicio en el proceso de evolución.
Muchos de los seres canalizadores, hoy en dí­a, están en 5D.
Como es una dimensión de luz, percibimos holográficamente y en formas lumí­nicas de una gran intensidad.
Aquí­ el mundo ilusorio de la materia desaparece para concebir una frecuencia vibracional que es pura energí­a.
Dentro de este mundo, la conciencia individual se fusiona con los diferentes grupos de almas que poseen el mismo nivel vibratorio, formando un solo espí­ritu.
En la quinta dimensión, tambiíén se encuentran los seres de luz que guí­an a los hombres en su desarrollo espiritual (aquellos denominados ángeles).
Es un mundo donde se cultivan las verdaderas almas libres navegando en un ocíéano infinito que está más allá del tiempo y el espacio. Por eso se le llama la eternidad.

La diferencia entre Quinta y Sexta Dimensión, así­ como entre Sexta y Síéptima, no es tan evidente como la de Tercera y Cuarta. A partir de la Quinta, las dimensiones se encuentran solapadas, o fundidas, y sus fronteras son difusas. Esto es debido a que estamos hablando de energí­a, no de materia.


6. SEXTA DIMENSIí“N: LA MATRIZ SAGRADA

La Sexta Dimensión es la que se llama Crí­stica o Búdica, porque es aquí­ donde se llega al estado de remembranza total. Donde se toma responsabilidad por el Todo y se es el Todo.
Es conocida, por los mí­sticos, como la verdadera realidad, los budistas le llaman “nirvana” y los cristianos “el cielo”.
Es un estado de conciencia compasiva, el estado de Iluminación.
Es el regreso a Casa, al Ser íšnico.
En 6D, el proceso de evolución del Ser y el Todo, se experimentan como Uno. Es el lugar de la conciencia ilimitada y unificada. Esta conciencia se manifiesta como individual y colectiva, simultáneamente.
La 6D es la creadora de las matrices morfogíénicas que se manifiestan en otras dimensiones, como tercera, segunda y primera.
Estas matrices son las formas geomíétricas y las redes que llamamos Geometrí­a Sagrada. Son los patrones geomíétricos de luz, creadores de vida y responsables de su materialización. Aquí­ es donde se materializan de inmediato los pensamientos. Aquí­ no existe maldad, por eso los pensamientos siempre son positivos. Se materializan solo energí­as positivas.
Aquí­ yace la conciencia iluminada y la matriz numerológica en forma de sabidurí­a, como si se tratara de una gran biblioteca, que está ubicada a un paso de Dios.


7. Sí‰PTIMA DIMENSIí“N: LA MORADA DE DIOS

La Síéptima Dimensión es la frecuencia de la integración total. Ya no quedan partes dispersas. La conciencia se experimenta multidimensionalmente, es decir, se tiene conocimiento de las partes que alguna vez estuvieron desmembradas en el pasado, con una nueva perspectiva de integración.
Aquí­ se encuentran los Seres que están en la energí­a del Amor, y son puro amor.
Es una dimensión energíética donde el cuerpo espiritual se sobrepone al cuerpo fí­sico. Es la dimensión de conciencias de luz pura, en donde, la muerte, como la hemos experimentado a travíés de todas las desencarnaciones que hemos tenido, deja de existir, pues la función que cumplí­a, ya no será más.
La fuente divina de toda la existencia cósmica. Aunque algunos aseguran que tal vez existan 8, 9, 10, 11 y hasta 13 dimensiones, se sabe que en hay un punto de frecuencia vibracional donde la conciencia deja de percibir los diferentes mundos como separados, para integrarse con el “Uno” o lo que llaman los hinduistas el “Brahma” o “Atman”, el alma, la mente y el cuerpo del cosmos.

En el último estado de conciencia mora el Espí­ritu Supremo que creó el absoluto. Aquellas almas puras que han podido contemplar algunos destellos de esta inexplicable dimensión, afirman que se trata de la Morada de Dios.

“Las realidades de otras dimensiones y de otros niveles no estan fuera del alcanze del ser humano; al contrario están dentro de íél, son parte de su vida, pues todo lo que existe es conciencia”

Fuentes:
Anny Coloma
http://atreveteapensarr.wordpress.com/2011/08/02/dimensiones-desconocidas/#comments