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La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) continúa hoy los debates sobre seguridad alimentaria y los reconocimientos a quienes sobresalen en la lucha contra el hambre.
Desde el pasado sábado la Conferencia bienal de este año cuenta con la participación de 191 delegaciones, el nivel de participación más alto en la historia de la organización, entre ellos 15 jefes de Estado o de Gobierno.
Para la jornada de este jueves el foro dará a conocer que la Comisión de la Unión Africana, el Ministerio de Agricultura y Cooperativas de Tailandia, la revista National Geographic y el Foro Rural Mundial, organización sin fines de lucro, serán premiados por sus esfuerzos por reducir el hambre y crear conciencia de los desafíos que afrontan los sistemas alimentarios del mundo.
Los premios se entregarán formalmente en noviembre durante las celebraciones del 70 aniversario de la Organización, en reconocimiento a su contribución al aumento de la producción de alimento en el mundo, según subrayó el directo general de la FAO, Josíé Graziano da Silva.
La Conferencia ya hizo honores a varios países por sus resultados en la disminución a la mitad de la proporción de personas que padecen hambre en 2015, o por dejarla por debajo del umbral del cinco por ciento.
En varias intervenciones durante las sesiones de trabajo de la Conferencia, Da Silva llamó la atención sobre la protección social, uno de los aspectos abordados en los debates.
"Hoy en día, cerca de 150 millones de personas logran mantenerse por encima de la línea de la pobreza gracias a los programas de protección social. Son esenciales para responder a la causa principal del hambre en el momento actual: el acceso insuficiente a los alimentos", aseguró.
En su opinión para acabar con el hambre o la pobreza extrema, la protección social debe sin embargo ser parte de una acción más amplia que incluya apoyo productivo, salud y educación.
La máxima figura de la FAO planteó que con dinero en la mano, las familias pueden comprar alimentos a nivel local, estimulando la agricultura familiar, y esta puede aportar almuerzos escolares saludables para los niños.