Leo Messi, oficialmente segundo mejor jugador del mundo por detrás del milanista Kaká, va camino de convertirse en el número uno, como en su día lo fue Diego Armando Maradona. Y, siguiendo la misma estela, el club al que Dieguito convirtió en uno de los mejores del planeta, el Nápoles, sueña con repetir sus días de gloria de la díécada de los ochenta fichando al crack barcelonista. El deseo napolitano, que nació hace algunos meses casi como la bravuconada de un grupo de hinchas, ha ido tomando cuerpo como proyecto a medio plazo de importantes inversores de la ciudad partenopea que ven en Messi un dinamizador de la ciudad a todos los niveles, como en su día lo fue Maradona.
El Nápoles, reciíén ascendido a la serie A despuíés de una etapa muy oscura en la que la sociedad incluso cambió de nombre tras bajar a la seire C1 por razones administrativas, está cuajando una muy buena campaña y su objetivo inmediato es consolidarse entre los grandes. El siguiente paso en el guión establecido por la sociedad que actualmente preside Aurelio di Laurentis es construir una escuadra capaz de devolver al Nápoles al primerísimo nivel.
Un macro-proyecto
De la mano de Maradona, en los ochenta ganaron dos Ligas, una Copa y una UEFA; en el siglo XXI el objetivo es repetirlo con un equipo que gire alrededor del sucesor de Diego, que no es otro que Leo Messi. La idea fue lanzada a diferentes foros de internet hace algunos meses por un grupo de hinchas y sectores muy influyentes de la sociedad napolitana la han ido modelando hasta elaborar un objetivo común que no es otro que tener a Messi como líder de un proyecto deportivo ilusionante que iría mucho más allá y revitalizaría la ciudad en todos sus ámbitos, como sucedió con Maradona en su día.
Según algunas fuentes, hasta el entorno del jugador ya habrían llegado, a travíés de intermediarios, los planes del Nápoles, que incluyen una oferta al jugador que iría más allá de lo económico, del mismo modo que el proyecto de futuro del Nápoles trasciende lo deportivo. A Messi le ofrecen ser el símbolo del crecimiento de Nápoles y participar de un ambicioso proyecto urbanístico. Literalmente, están dispuestos a poner la ciudad a sus pies.
Leo no quiere irse
El jugador no desea abandonar el Barí§a, especialmente despuíés de que, en 2006, la directiva barcelonista equiparase su ficha a la de los jugadores de primer nivel de la plantilla. Y, desde luego, el club barcelonista ni se plantea la posibilidad de negociar un hipotíético traspaso del crack. El Nápoles es consciente de ello y los planes de la entidad italiana pasan por pagar la cláusula de rescisión, que asciende a 125 millones de pesetas. Calculan que la inversión merecería la pena, pero para poder hacerla antes deberían convencer a Messi, algo que a día de hoy está muy lejos de ser una realidad.
Messi y su entorno valoran por encima de todas las cosas lo que ha supuesto el Barí§a para Leo, no sólo a nivel deportivo sino tambiíén a nivel humano. En el club azulgrana, el argentino ha encontrado las condiciones idóneas para consagrarse en la elite del fútbol mundial, pero tambiíén para desarrollarse como persona. Es feliz. Otra cosa es que el convulso momento que vive el club deportivamente acabe afectando de alguna manera al estado de ánimo del jugador. Es algo que tampoco escapa a la directiva barcelonista, que mantiene su atención en conservar la complicidad de Messi.
Los planes de construcción de un súper-Nápoles alrededor de Messi que vuelva a dominar, cuanto menos, el calcio en las próximas temporadas incluyen tambiíén otros cracks, como el madridista Fabio Cannavaro, originario de Nápoles, que tiene apalabrado el regreso al club de sus amores, donde se reencontraría con su hermano Paolo, al final de la actual campaña
