Diferentes peldaños y escaleras
Pero dejíémonos de hablar del «Incomprensible» y del único que en realidad «ES», y fijíémonos en algunos de los peldaños de esa infinita escalera que constituye el Universo.
Como acabamos de decir, el hombre no es más que uno de los infinitos peldaños de esa escalera, y de ninguna manera es el más alto o el centro del Universo, por mucho que se empeñe en pensar que «el Hijo de Dios se ha encarnado en nuestro planeta y se ha hecho como uno de nosotros».
Pero al hablar de una escalera estamos dando pie a que el lector se haga una idea falsa. Porque en realidad no se trata de una única escalera sino de muchas escaleras.
Llegarán los hombres a ser unos seres superevolucionados y espiritualizados.
Naturalmente al hablar así no podemos presentar pruebas de las que les gustan a los científicos y ni siquiera podemos apoyarnos en textos incuestionables. Hablamos así por pura deducción lógica ante hechos que no podemos negar; hechos que por otra parte son desconocidos por la mayoría de los humanos debido a sus prejuicios y a la tenacidad con que han sido ocultados por la religión y por la ciencia.
Y hablamos así, porque así han hablado tambiíén muchos grandes pensadores de la antigí¼edad y contemporáneos, cuyas voces en su mayor parte han sido silenciadas o ridiculizadas por los intereses creados de los poderes constituidos.
En cuanto a los otros peldaños que componen la escalera en la que está colocado el hombre, si reflexionamos un poco sobre la naturaleza y sus diversos reinos (mineral, vegetal, animal, humano, orgánico, inorgánico, etc.) veremos que entre ellos hay una gradación nada abrupta, de modo que nos encontramos con muchas criaturas que dan la impresión de pertenecer a dos reinos o de ser una especie de puente entre ellos. Tal sucede por ejemplo con los aminoácidos, ciertos hongos, los corales, las proteínas, etc.
Y bastará asimismo que analicemos la composición física del cuerpo humano, que no es sino un compendio de todo lo que compone la naturaleza; desde los elementos simples que estudian la física y la química, hasta las profundidades psicológicas que investiga la psicología o las alturas místicas de que nos hablan las religiones.
Aunque a algún lector le pueda parecer extraño, hay muchas escuelas de pensamiento —algunas de ellas anteriores al cristianismo— que sostienen que el alma de los animales, tras mil evoluciones, llega a convertirse en el alma de un ser racional. Y en un nivel inferior, podemos ver cómo los minerales son absorbidos por los vegetales y cómo a su vez íéstos son absorbidos por los animales, formando todos ellos, junto con el hombre una escala ininterrumpida de vida atómica, molecular, celular, psíquica y espiritual.
Cuál puede ser el próximo peldaño para el hombre tras su vida en este planeta, no podemos decirlo con seguridad. Los defensores de la reencarnación nos aseguran que volveremos a aparecer en la Tierra en íépocas futuras y en otras circunstancias
Sea lo que sea, casi toda la humanidad está segura de que a la hora de la muerte, lo único que se interrumpe es la vida protoplásmica, pero la esencia de nuestro ser —nuestro espíritu inteligente— pasa a otro nivel de existencia o a otra dimensión en la que seguiremos viviendo de una manera más consciente.