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El cierre del mercado bancario de fin de semana otorga un respiro al peso mexicano, que vivió su peor semana en su cotización frente al dólar desde la crisis financiera mundial del 2008.
Mientras, los inversores esperan que las autoridades del país tomen medidas claras que frenen el desplome de la divisa local tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos.
La incertidumbre de que el magnate republicano cumpla sus promesas, como renegociar el tratado de libre comercio con Míéxico y Canadá o bloquear el envío de remesas para construir un muro fronterizo, presiona al peso más que a la mayoría de las monedas emergentes, subraya el diario El Economista.
En los últimos tres días, cedió 13 por ciento contra el dólar con lo que culminó su peor semana desde octubre del 2008, cuando las finanzas mundiales colapsaron por la crisis crediticia en Estados Unidos. La divisa mexicana se hundió 15 por ciento en la primera semana de ese mes.
Pero en lo que va de año el peso perdió más de 20 por ciento de su valor y en la semana anterior lo hizo en 9,2 por ciento.
El secretario de Hacienda, Josíé Antonio Meade, dijo que una intervención en el mercado de cambios no habría tenido impacto debido a la volatilidad global, pese a que la moneda mexicana alcanzó en la madrugada del viernes un mínimo histórico de 21.395 unidades por dólar.