"Estoy muy contento de seguir disfrutando en el Athletic". La frase en cuestión la dijo Valverde el pasado mes de marzo para argumentar su continuidad en el club. Nunca antes había dirigido cuatro años a un mismo equipo de manera seguida. El Txingurri ha sido un tíécnico de ciclos cortos, pero decidió romper esa norma por el Athletic. Es el segundo tíécnico del equipo desde que Urrutia llegó a la presidencia. El exjugador firmó primero a Bielsa, que aguantó dos temporadas, y luego agarró a Valverde, que ya lleva cuatro campañas. Se hace complicado pensar que su vida en el banco se extenderá hasta que Urrutia diga adiós a la presidencia. Por de pronto, no tiene claro quíé pasará a partir de junio. Aprovechará los dos próximos meses para madurar una decisión. Aunque la Directiva y el entrenador no se han emplazado a ninguna fecha, el tíécnico llevará el asunto muy trabajado a la vuelta de Navidad. Lo que haga no dependerá de los resultados.La pasada campaña renovó antes de Semana Santa, todavía sin los objetivos de clasificación conseguidos. Fue su manera de apostar fuerte por el Athletic cuando su nombre sonaba para la selección ante la inminente salida de Del Bosque. Vinculó su horizonte al club rojiblanco, con el que esta campaña se convertirá en el entrenador con más partidos en la historia del club.
Todo un paraguasLa vida en el Athletic se ha hecho cómoda alrededor de Valverde. El tíécnico cumple su cuarta temporada en el club y se ha convertido en una figura con presencia mediática. Las escasas apariciones de la Junta Directiva -Urrutia ofrece una comparecencia mensual- y la nula comunicación de la Dirección Deportiva le dejan como el único interlocutor válido para hablar de lo que ocurre dentro del equipo rojiblanco. Más allá de sus decisiones tíécnicas o de la manera de trabajar con el equipo, el Txingurri se ha convertido en un paraguas espectacular para Ibaigane y Lezama. A menudo hay semanas en las que es el único rojiblanco con cargo que se pone delante de los micrófonos. Así que toca todos los palos: habla de los lesionados, de los partidos e incluso hay ocasiones que tiene que lidiar con preguntas de posibles fichajes. Todo lo hace sin cambiar el gesto. Sin malas caras ni contestaciones comprometidas.Tíécnico con futuroCamino de los 53 años, Valverde tiene carrera por delante. En su etapa de madurez ha ganado la Liga y Copa en Grecia y la Supercopa con el Athletic, al que ha clasificado con regularidad para torneos europeos. La única destitución de su carrera se produjo en el Villarreal y pronto dio paso a otro episodio de íéxito. La estadística le deja como una persona recordada para bien en todos los equipos por los que ha pasado.Es un tíécnico con futuro y en el que se han fijado distintos clubes, tanto de LaLiga como del extranjero. Zubizarreta, ahora en el Olympique de Marsella, le quiso para el Barcelona, pero el entrenador demostró principios al negarse a escuchar ofertas cuando tenía contrato en vigor. El curso pasado fue igual de tajante: firmó y se quitó del medio de la sucesión de Del Bosque. Temporadas atrás, antes de abrir su segunda etapa en el Athletic y tener experiencia en otros equipos, otras ligas e incluso una destitución en el Villarreal, su entorno más próximo reconocía que una de las barreras que no le importaría tirar abajo era la de hacerse con las riendas de un club de la Premier. El fútbol allí está más que permeable a la influencia de tíécnicos del continente, pero sigue siendo un coto muy reducido el de extranjeros que se hacen cargo de sus equipos sin tener un palmaríés excelente.
