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Autor Tema: Los aterradores diálogos entre satanás y el exorcista más famoso del Vaticano  (Leído 524 veces)

Scientia

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Los aterradores diálogos entre satanás y el exorcista más famoso del Vaticano


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Los aterradores diálogos entre satanás y el exorcista más famoso del Vaticano

El fallecido padre Gabriele Amorth (1925-2016) llegó a ser considerado el exorcista más importante del Vaticano y de la diócesis de Roma. En esa calidad, combatió a satanás en innumerables ocasiones, hasta que murió el 16 de septiembre de 2016, a los 91 años de edad.


Según el padre Amorth, el mayor éxito del diablo es que “consigue hacer creer que no existe. Y casi lo ha conseguido. Incluso dentro de la Iglesia. Su estrategia es siempre la misma: hace creer que el infierno no existe, que el pecado no existe, y que él es solamente una experiencia más que hay que vivir. Concupiscencia, éxito y poder, son las tres grandes pasiones en las que satanás se fía. El problema es que tenemos un clero y un episcopado que han dejado de creer en el demonio, en los exorcismos, en los males extraordinarios que puede causar el diablo, y ni siquiera en el poder, que nos ha dado Jesús, de expulsar a los demonios. Desde hace tres siglos, la Iglesia Latina -al contrario de la Ortodoxa y de varias denominaciones Protestantes- ha abandonado casi, completamente, el ministerio del exorcismo. Al no practicar los exorcismos, al no estudiarlos y no haberlos visto nunca, el clero ya no cree en ellos. Los exorcistas somos muy mal tratados. Nuestros hermanos sacerdotes, a cargo de esta delicadísima tarea, son vistos como locos, como fanáticos. Y, por lo general, ni siquiera son tolerados por los mismos obispos que los nombraron”.


El padre Amorth, quien solía referirse despectivamente a satanás como “el simio de Dios”, atendió durante su ministerio miles de exorcismos, y cada uno de ellos le deparó más de una aterradora sorpresa. “En una ocasión una mujer poseída comenzó a vomitarme cadenas de hierro, llaves, muñecos de plástico… si la hubieras analizado previamente con rayos X, no le habrías detectado esos objetos, que se iban reproduciendo a medida que yo me dirigía al demonio que tenía dentro. En otra ocasión un hombre terminó levitando para escapar de varias personas que intentaban amainar su rabia, mientras que otro comenzó a escapar del agua bendita y las llamadas del Señor reptando como una serpiente. Los insultos, estigmas o el uso de lenguas muertas no es necesario enumerarlos, porque son una práctica habitual de los demonios”.



A través de varias entrevistas periodísticas que concedió antes de morir, el padre Gabriele Amorth reveló a los medios de comunicación detalles sobre algunos diálogos que entabló con el mismísimo demonio.

En febrero de 2012, por ejemplo, detalló en las páginas del diario italiano “Libero” algunos recuerdos de su primer encuentro con el diablo: “De repente, tuve la nítida sensación de una presencia demoníaca en mi frente. Sentí al demonio mirándome, examinándome, moviéndose a mi alrededor. El aire se puso frío. Un amigo exorcista ya me había hablado de estos cambios bruscos en la temperatura. Pero una cosa es oír hablar y otra es vivir la experiencia. Yo intenté concentrarme. Cerré los ojos y seguí mi oración, de corazón: ‘Sal, rebelde. Sal, seductor, lleno de artimañas y mentiras, enemigo de la virtud, perseguidor de los inocentes. Deja este lugar para Cristo, en quien no hay ninguna de tus obras’”.


Más tarde, en 2015, la página “Luce di Maria” preguntó al padre Amorth qué sentido tenía escuchar al diablo si es sabido que sus respuestas son mentiras y engaños. El sacerdote respondió que “tenemos que filtrar las respuestas del diablo. El Señor a veces impone que él diga la verdad, para mostrar que satanás fue derrotado por Cristo y que él está obligado a obedecer a los discípulos que actúan en nombre del Señor”.

Durante una entrevista con Urlo Magazine, en 2009, en tanto Amorth sostuvo que “una vez le pregunté a un demonio por qué, a pesar de su inteligencia superior, prefirió descender al Infierno. Él respondió: ‘Yo me rebelé contra Dios y mostré que soy más fuerte que Él’. Para ellos, la rebelión es una señal de victoria y de superioridad”.


En su libro “Yo, el último exorcista”, un volumen publicado por Amorth donde relata algunos de los exorcismos que le tocó atender, se transcribe un diálogo que el sacerdote mantuvo con satanás sobre la sagrada figura de la Virgen María:

Amorth: “¿Cuáles son las virtudes de Nuestra Señora que más te encolerizan?”

satanás: “Ella me enfurece porque es la más humilde de todas la criaturas y porque yo soy el más orgulloso. Porque ella es la más pura de todas las criaturas y yo no. Porque ella es la más obediente a Dios y yo soy el más rebelde”.

Amorth: “¿Por qué temes más cuando yo digo el nombre de María que cuando digo el nombre de Jesucristo?”

satanás: “Porque me humilla más ser derrotado por una mera criatura que por Él”.

Amorth: “¿Existe una cuarta cualidad de María que te enfurece?”

satanás: “Ella siempre me frustra porque nunca ha sido tocada por ninguna mancha de pecado”.



Amorth, finalmente, recordó un diálogo clave que sostuvo una vez con el diablo sobre el poder del rosario: “Durante un exorcismo, satanás me dijo por medio de la persona poseída: ‘Cada Ave María del rosario es para mí un golpe en la cara. Si los cristianos conocieran el poder del rosario, sería mi fin”.

A propósito del padre Amorth, el pasado 31 de agosto, en el festival de Venecia, Italia, se presentó el documental “The Devil and Father Amorth” (“El demonio y el Padre Amorth”), una producción realizada por el director William Friedkin – conocido por dirigir la famosa película “El Exorcista” de 1973- que narra la historia del noveno exorcismo realizado a una mujer por este fallecido y reconocido exorcista italiano.


Según Amorth, la posesión demoníaca de esta mujer –conocida con el nombre de Cristina- había sido provocada por su hermano y su novia, quienes eran miembros de una secta satánica. El presbítero, para expulsar al demonio del cuerpo de esta mujer, debió realizar 9 exorcismos en un periodo de 9 meses.


William Friedkin, a propósito de esta cinta, aseguró que “nunca me dejó de fascinar la naturaleza del bien y el mal y la posibilidad de una posesión demoniaca. La oportunidad de presenciar un exorcismo real y filmarlo ha llegado cuatro décadas después de que rodara ‘El Exorcista’ y completamente por azar”.