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Autor Tema: Clientes latinoamericanos afectados por la estafa de Madoff preparan cientos de  (Leído 538 veces)

Eguzki

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El futuro del Grupo Santander en este continente puede deteriorarse gravemente porque está en juego el principal capital de un banco: la confianza

En Amíérica Latina se están preparando decenas de demandas contra el Grupo Santander, que se presentarí­an con premura si el banco español no reintegrase los depósitos de sus clientes que se evaporaron con la estafa de Bernard Madoff. El futuro del Grupo Santander en este continente puede deteriorarse gravemente porque está en juego el principal capital de un banco: la confianza. Centenares de sus mejores depositantes, que han sido ví­ctimas de la pirámide financiera, aún confí­an en que Emilio Botí­n, anuncie antes de la junta general del próximo dí­a 26 que el banco asume las píérdidas de sus clientes por la estafa de Madoff, tal como en parte se hizo con los perjudicados por la quiebra de Lehman Brothers.

El Grupo Santander es el primer banco de Amíérica Latina en cuota de mercado. En este continente obtiene ya la tercera parte de sus ganancias; según las previsiones, en pocos los beneficios superarí­an el 40 %.

"Si no atienden nuestro justo reclamo, la confiabilidad y prestigio del banco sufrirá un grave quebranto. Nosotros depositamos nuestra confianza en el Santander, que nos propuso invertir en el fondo estrella del banco, el Optimal SUS EQ IRL A USD Security. Nos lo presentaron como un fondo del Santander, con el que no corrí­amos ningún riesgo. Nunca habí­a oí­do hablar de Madoff", declara a "La Vanguardia" un inversor mexicano de origen y pasaporte español, que ya está en contacto con otros clientes para crear una asociación de afectados que emprenderí­a acciones comunes en defensa de sus intereses. Nuestro informante recalca: "Yo no querí­a especular sino tener un depósito seguro, tal como me dijeron". Y en tono más bien amenazante, señala: "Se resuelve bien este problema o pueden haber consecuencias muy serias".

"La Vanguardia" ha conversado con perjudicados de algunos de los ocho paí­ses latinoamericanos en los que opera el Grupo Santander, además de Puerto Rico. Coinciden en que no pretendieron invertir en un fondo especulativo, estaban convencidos de haber depositado su dinero en uno de los más seguros del mercado. Todos pidieron no ser identificados por razones de seguridad y porque las inversiones no estaban declaradas ante las autoridades tributarias de su paí­s.

"No nos consideramos malos patriotas por colocar nuestro dinero en el exterior. Lo hacemos porque en Míéxico no tenemos ninguna seguridad, ni fí­sica ni financiera. Ya hemos sufrido mucho por periódicas crisis económicas. En el pasado mes de octubre el peso se devaluó en un 30 %. Además, en Míéxico no hay pensión que nos asegure la vejez, y por ello invertimos en lo que creí­amos fondos seguros. Este depósito era mi seguro de vejez", comentó a este diario un afectado de Guadalajara (Jalisco) de 68 años.

Los afectados coinciden en que ningún ejecutivo del banco que les vendió el fondo les advirtió que corrí­an riesgo alguno. El pasado 14 de diciembre se sorprendieron al conocer que el fondo Optimal en realidad no era del Banco Santander, como en todo momento se les aseguró, sino que lo gestionaba Bernard Madoff, nombre que la gran mayorí­a oí­a por vez primera.

Varios españoles con los que hemos conversado anticiparon que si se ven obligados a plantear la demanda en Suiza o Estados Unidos, paí­ses en los que compraron los fondos Madoff, darán la cara y se identificarán con nombre y apellidos ante la opinión pública. "Hemos perdido mucho y ya no nos importarí­a lo que pasara", señaló un perjudicado. Muchos clientes son españoles que llegaron a Míéxico sin nada. Eran jóvenes, y a base de esfuerzo lograron reunir una pequeña, mediana o gran fortuna, que de todo hay.

"Elegí­ al Santander para depositar mis ahorros por tratarse de un banco español que me inspiraba confianza. No soy especulador, buscaba un refugio. Detrás de cada dólar que he perdido hay un gran esfuerzo, no es dinero ganado con pelotazos. Nos dicen que en la Junta del dí­a 26, el Santander anunciará unos beneficios de unos 9.500 millones de euros. Serí­a inmoral que repartan ese dinero y a nosotros no nos atiendan", comenta un empresario que ya tiene problemas para pagar la nómina de sus empleados.

"Para convencerme de la confiabilidad del fondo Optimal, un ejecutivo del Santander me dijo que era una inversión de viudas", nos comenta desde Bogotá otro afectado. "No era un fondo especulativo, la rentabilidad que nos daba, no inducí­a a sospechas. Sólo un año nos dio un beneficio del 10 %, que atribuimos a la buena gestión del Santander. Yo no buscaba ningún riesgo", agrega este cliente.

Un abogado que está preparando la querella en representación de cinco clientes asegura que el banco tiene gran responsabilidad por negligencia al no saber gestionar unos fondos que ofrecí­a como propios. "La imagen del Santander saldrí­a muy reforzada si asume estas píérdidas. Si Botí­n decide reintegran los depósitos, ya mirarí­amos como y cuándo se podrí­a hacer para que la cuenta de resultados no se desplome, en esto serí­amos flexibles", comenta el letrado.

"Los clientes de Santander en Monterrey fueron invitados a invertir en ese fondo", dice Ernesto Canales, uno de los abogados corporativos más importantes de Monterrey, la capital industrial de Míéxico. Canales declara a "La Vanguardia" que varios clientes del Santander perjudicados por la estafa Madoff se le han acercado con interíés de conocer sobre la posibilidad de entablar una demanda. Según el abogado, hay cuatro elementos que, además de la negligencia de gestores y auditores, permitirí­an entablar una querella judicial: 1) Hay casos en los que el cliente no tení­a conocimiento de que el fondo Optimal lo manejaba Madoff; 2), el banco no sólo recomendaba, sino que abogaba por el fondo Optimal; 3) hay que aclarar el papel de la Junta de Gobierno del Santander en el caso; 4) el cuchillo ensangrentado (la prueba del crimen) serí­a la comisión del 2"35 % que el Santander cobraba a los clientes por la gestión.

El sentir general de los afectados es que al banco español no le conviene perder a sus clientes de banca privada (con depósitos de muchos miles de millones de euros) y menos aún manchar su reputación. Aunque muchos clientes tienen relativamente poco dinero en sus cuentas (el depósito mí­nimo en Optimal es 250.000 euros), una minorí­a forma parte de la íélite financiera y empresarial del continente. "Para el Santander serí­a una situación muy perjudicial verse envuelto en centenares de juicios en los cuales no llevarí­a las de ganar. El banco eligió el fondo, lo usó, cobró sus buenas comisiones y ahora le toca responder", dijo un cliente mexicano.

Este corresponsal ha podido ver los folletos con los que el Santander promociona el fondo Optimal afectado y sus fichas informativas que el banco periódicamente entrega a sus clientes. Comprobamos que, efectivamente, se cobra una comisión del 2"35 % y que el único gestor del fondo, al cien por ciento, es Optimal Management. Madoff no aparece ni en la letra pequeña. El rendimiento anual neto oscila entre 6, 7 y 8 %.

La onda expansiva de las acciones que preparan las ví­ctimas de Madoff comienza a aparecer por toda Amíérica Latina. Más de un cliente opta por el radicalismo, y advierte que si no le reintegran los fondos "retiraríé el dinero de todas mis cuentas y procuraríé hacer todo el daño posible". Quizá en Madrid no se percibe lo que podrí­a afectar a la imagen del banco que se presentaran centenares de demandas, a las que los medios informativos prestarí­an mucha atención. La situación es delicada, ya que ninguno del grupo de ejecutivos que desde Miami, Houston y Ginebra viajan a Míéxico para llevar las cuentas de banca privada ha visitado este paí­s en las últimas semanas. Un cliente amenazó verbalmente a un ejecutivo, y por precaución se decidió que se interrumpieran los viajes. Es lo que les han contado por telíéfono a los clientes que reclaman su presencia.

En Míéxico, los miembros de la próspera colonia española se conocen entre ellos porque son familiares, amigos y suelen frecuentar los mismos centros. Por ello, es casi de público conocimiento quiíén ha perdido y quiíén se ha salvado de la estafa de Madoff. Serí­an más de 300 los españoles afectados en Míéxico, de un total de más de 700. Como mí­nimo, un 80 % de esos 300 está dispuesto a presentar una demanda si el Santander no les reintegra su depósito.

Las píérdidas de los clientes iberoamericanos representan más de los dos tercios de los 2.330 millones de euros (3.117 millones de dólares) que se han evaporado tras depositarlos el Santander en Madoff. Según documentos a los que ha tenido acceso "La Vanguardia", los inversionistas mexicanos perdieron unos 380 millones de dólares, los argentinos una cifra ligeramente inferior, los brasileños unos 300 millones, los chilenos 250, 170 los venezolanos, 160 los colombianos…

"El monto de los activos son significativos, pero lo peor es el impacto que las demandas tendrí­an en la reputación del Santander", ha declarado Carlos Garcí­a, analista de ING. "Santander tiene que hacer frente a la posible respuesta legal de los clientes, lo que podrí­a atraer mayor atención hacia el caso", añadió.

Otro abogado mexicano, que en nombre de tres afectados prepara una demanda contra el Santander, comenta a este diario que el banco tiene todas las de perder al cobrar 2"35 % de comisión por la gestión de un fondo que siempre presentó como propio. Señala el letrado que esa alta retribución ameritaba que el fondo estuviera bien manejado y excelentemente auditado. "El banco eligió a Madoff como gestor, lo usó, cobró sus buenas comisiones y nunca lo comunicó a sus clientes. Ahora debe responder", subraya el abogado.

Argumenta el letrado que la actuación del Santander con los afectados por la quiebra de Lehman Brothers es un precedente de mucho peso. Se estima que los clientes de Banif, la filial de banca privada del Santander, perdieron más de 500 millones de euros tras la caí­da del banco de inversión americano. Parte de esa cantidad será asumida por el banco español mediante el cambio del bono Lehman por otro de Abbey, banco británico que pertenece al Santander