Reuters
Reino Unido presentó propuestas el jueves para endurecer el gobierno corporativo e inyectar más rigor y competencia en las auditorías, una combinación que espera evitará más colapsos de empresas, como los fracasos del minorista BHS y el constructor Carillion.
Las principales propuestas son:
MERCADO DE AUDITORÍA
* Auditorías compartidas: la auditoría está dominada por KPMG, EY, Deloitte y PwC o los “Big Four”. Las grandes empresas tendrían que utilizar un auditor "retador" más pequeño, como BDO, Grant Thornton o Mazars, para realizar una parte significativa de su auditoría anual.
* Las Cuatro Grandes se enfrentarán al límite de su participación de mercado en las auditorías de la empresa FTSE 350 si la competencia no mejora
* La Autoridad de Auditoría, Informes y Gobernanza (ARGA), un nuevo y poderoso regulador que reemplaza al Consejo de Informes Financieros existente, podría obligar a las firmas de contabilidad a dividir las operaciones de auditoría y trabajo de consultoría.
* ARGA se financiaría mediante un impuesto obligatorio a la industria, con poderes para ordenar a las empresas que rehagan las cuentas sin tener que pasar por los tribunales.
* Nuevas obligaciones para los auditores y directores en torno a la detección y prevención del fraude, con la junta requerida para establecer qué controles tienen implementados.
* Auditoría para extenderse más allá de los resultados financieros para incluir un desempeño más amplio, incluidos los objetivos climáticos clave
GOBIERNO CORPORATIVO
* Los directores de grandes empresas podrían enfrentar multas o suspensiones si hubiera grandes errores con las cuentas, si se ocultara información crucial a los auditores o si dejaran la puerta abierta al fraude.
* Se modificó el Código de Gobierno Corporativo de Gran Bretaña para agregar que se podría esperar que las empresas escriban en los contratos de los directores que sus bonificaciones se reembolsarían en caso de colapsos o fallas graves de los directores hasta dos años después de que se otorgara la remuneración.
* Las grandes empresas tendrían que ser más transparentes sobre el estado de sus finanzas, para que no paguen dividendos y bonificaciones en un momento en el que podrían enfrentarse a la insolvencia, un guiño a aprender del colapso de Carillion.
* Los directores también publicarían "declaraciones de resiliencia" anuales que establezcan cómo su organización estaba mitigando los riesgos a corto y largo plazo, alentando a sus directores a centrarse en el éxito a largo plazo de la empresa y considerar cuestiones clave como el impacto del cambio climático.
PRÓXIMO PASO
* Basado en el resultado de una consulta pública de cuatro meses, el gobierno presentará legislación "cuando el tiempo parlamentario lo permita"