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Autor Tema: Codicia en Wall Street  (Leído 553 veces)

Zorro

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Codicia en Wall Street
« en: Febrero 15, 2009, 11:39:58 am »
Codicia en Wall Street

Publicado en Expansión por John de Zuleta

¿Recuerdan la profíética pelí­cula de 1987 Wall Street? El protagonista, Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, proclama su famoso aserto: "La codicia es buena, la codicia está bien, la codicia funciona, la codicia clarifica, la codicia salvará a Estados Unidos".

Aparentemente, muchos actores de Wall Street estaban de acuerdo. De lo contrario, ¿cómo se puede explicar la comercialización y venta de las hipotecas subprime, los abultados bonus de final de año o el derroche en el gasto?

El ascenso y caí­da de John Thain es ilustrativo. De ser el lí­der de Goldman Sachs a pasar a dirigir la Bolsa de Nueva York y tratar de ser el salvador de Merrill Lynch. Su reciente despido despuíés de que la empresa perdiera 15.000 millones de dólares (11.600 millones de euros) en el último trimestre de 2008, subraya las subidas y las últimas bajadas de Wall Street.

El ascenso y caí­da de John Thain es ilustrativo. De ser el lí­der de Goldman Sachs a pasar a dirigir la Bolsa de Nueva York y tratar de ser el salvador de Merrill Lynch.
¿Cómo será recordado John Thain? Como el alto ejecutivo que, tras incorporarse a una institución con problemas financieros, hizo que redecoraran su despacho por la friolera de 1,2 millones de dólares (930.000 euros), incluida una alfombra oriental de 80.000 dólares (62.000 euros). ¿Y cómo acaba la historia de Merrill Lynch? En una urgente venta a Bank of America que todaví­a se tambalea como consecuencia de los activos tóxicos que envenenaron su adquisición. Al menos están aún con vida y no cayeron en las garras de JPMorganChase, como Bear Stearns, ni desaparecieron bajo las aguas como Lehman Brothers.

La batuta de Washington
Wall Street ya no es lo que era. Puede que sea el epicentro de la deteriorada economí­a norteamericana, pero el poder se ha mudado a Washington. Los bancos ahora dependen de la ayuda del Gobierno y la gente espera a ver si el plan de estí­mulo de Obama hace que la recesión no termine en depresión. Los optimistas aún creen posible que los negocios puedan recuperarse en la segunda mitad de este año, pero las reglas del compromiso han cambiado.

Washington lleva la batuta. Cuando Citigroup propuso comprar un nuevo jet corporativo, un Dassault 7X, por 33 millones de euros, el Gobierno dijo que se olvidaran. Hací­a tan solo unas semanas que los lí­deres de las tres grandes compañí­as de automóviles tuvieron que ir en coche desde Detroit hasta Washington, pues su anterior visita en un jet corporativo fue un escándalo a ojos del Senado.

Austeridad es el nuevo mantra. Como dijo Obama, si admiras las pinturas de Picasso, no tienes por quíé colgarlas en la pared de tu salón; simplemente, vete a un museo a verlas. Los excesos más simbólicos de la última díécada, jets corporativos y yates gigantes, están ahora a la venta a precio de ganga.

Europa en boga
Despuíés de que hace años se le descartara como el Viejo Continente, Europa y su amable capitalismo ahora están en boga. Los paí­ses europeos tienen cobertura míédica total, respaldo esplíéndido para el desempleo, generosos despidos, estudios universitarios gratis y ayudas del Gobierno más directas para las empresas con problemas.

Si, por una parte, ha habido algunos excesos, y la burbuja de la vivienda aquí­ es uno de ellos, la codicia de Wall Street no se ha propagado por los bancos españoles, por ejemplo, algo que hemos de agradecer a su regulador, el Banco de España.

Los últimos resultados de algunos bancos muestran una morosidad que crece con rapidez, pero no hay activos tóxicos en su balance y las reservas anticí­clicas, denominadas geníéricas, han provisto a los bancos de un buen colchón para mantener su solvencia en tiempos difí­ciles. Por el contrario, en Estados Unidos, los reguladores han fracasado ya que, en este caso, la autoregulación no armonizaba con la innovación financiera.

Y la SEC (versión norteamericana de la CNMV) y las agencias de rating han estado dormidos. La avaricia de los Gekkos, al final, no ha salvado a Estados Unidos; más bien al contrario, ha estado hundiendo a Wall Street.



Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.