Por... Alfredo Jalife-Rahme
Así como fracasaron los rescates monetaristas de la dupla Paulson-Bernanke en la fase crepuscular del bushismo, tampoco están funcionando los salvamentos neoliberales de la tripleta Summers-Geithner-Bernanke en los primeros cien días de Obama, quien parece haber sido secuestrado por los mismos banqueros mendicantes de Wall Street, si hacemos caso a Simon Johnson (anterior economista en jefe del Fondo Monetario Internacional en 2007 y 2008 y profesor de la Escuela de Administración Sloan del MIT) en su crónica del golpe silencioso" de los banqueros y en "cómo tomaron el poder e impiden la recuperación" (Atlantic Monthly, mayo).
Despuíés de 20 días de la disfuncional cumbre del G-20, que tuvo lugar el 2 de abril en Londres, el único de los asistentes que se empecina en vivir fuera de la muy delicada realidad es Calderón (abrigado fantasiosamente por sus "mejores financieros del mundo"), mientras el agazapado, controvertido y misógino Larry Summers, principal consejero en "economía" de su rehíén Obama, confiesa la incertidumbre riesgosa que planea en los cielos de Estados Unidos (The Daily Telegraph, 20/4/09). A propósito, recomendamos la crítica a la cumbre del G-20 de Immanuel Wallerstein que se publica en su portal (Comentario No. 255, 15/4/09).
El centro de pensamiento europeo LEAP/Europe 2020 vaticinó correctamente desde hace tres años el presente tsunami global que apenas empieza y se coloca en su segunda fase (falta el estallido de los ominosos derivados Credit Default Swaps valuados en más de 60 trillones de dólares en anglosajón o millones de millones en castizo, superiores al PIB global anual), por lo que se ha ganado a pulso ser un punto de referencia invaluable para los "realistas" de la economía alejados de las mendacidades y quimeras de la vasta mayoría de los multimedia anglosajones (ya no se diga de sus hilarantes caricaturas locales carentes de sindíéresis).
Quizá Bajo la Lupa fue la pionera en el continente americano en descubrir las virtudes oraculares, basados en datos duros, de LEAP/Europe 2020, por lo que prácticamente comentamos desde hace buen tiempo sus hallazgos mensuales. Recordamos que hace un año nos atrevimos a reproducir su vaticinio temerario sobre la quiebra del dólar que ocurriría en el verano de este año.
Ahora que estuvimos en París, nos sorprendió encontrar una "carta abierta" al G-20 ("La última oportunidad antes de la dislocación geopolítica global"), en vísperas de la cumbre de Londres, en un desplegado pagado de una página entera de LEAP/Europe 2020, con la rúbrica de su director de Estudios, Frank Biancheri, nada menos que en The Financial Times, el máximo portavoz del neoliberalismo global (24/3/09).
Frank Biancheri planteó un dilema insalvable al G-20: "una crisis de tres a cinco años o una larga crisis de un mínimo de 10 años" cuando el "motor" de la economía global no tiene reparación por lo que es imperativo la construcción de uno nuevo mediante tres recomendaciones básicas que deben iniciar su aplicación cuanto antes: en este verano: 1) creación de una nueva divisa internacional de reserva; 2) esquemas de control bancario; y 3) evaluación.
Por el FMI (sic) de los sistemas bancarios de Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza (líéase: el secreto bancario, el juego de los derivados financieros en los paraísos fiscales con su contabilidad invisible y la inimputabilidad de los banqueros).
Puesto que ahora nos incumbe la quiebra inminente del dólar, nos centramos en la primera recomendación que Biancheri considera "muy simple" y que, a nuestro juicio, puede desembocar en una guerra mundial porque socava el último bastión de poder de Estados Unidos (ver Bajo la Lupa, 12/4/09): "el dólar y su economía no son capaces de soportar más el presente orden económico, financiero y monetario global", lo cual se encuentra en el centro de la crisis global y sus consecuentes "desempleo y colapso (sic) de los estándares de vida".
Pregona la "creación de una divisa internacional de reserva (que pudiera ser llamada global), basada en una canasta de divisas que correspondan a las mayores economías del mundo, como el dólar estadunidense, el euro, el yen, el yuan, el khaleeji (la divisa común de los países productores del golfo Píérsico que será lanzada en enero del año entrante), el rublo, el real, etcíétera, manejadas por un Instituto Monetario Mundial, cuyo consejo de directivos refleje el peso respectivo de las economías de la divisa global.
Concluye ominosamente que, de no aprobarse esta recomendación, el "sistema internacional no sobrevivirá este verano", cuando "cada país buscará su propia salvación individual" y aquellos que pretenden mantener el status quo, en medio de la dislocación geopolítica, "tendrán poca capacidad para participar significativamente en el nuevo sistema monetario global".
Con estos lúgubres antecedentes, LEAP/Europe 2020, en su boletín GEAB No. 34 (16/4/09), enuncia la marcha inexorable de la "ruptura del sistema global" y se mofa de la "trampa del dólar" en la que ha caído China y de la que supuestamente no se puede salvar, según los asertos controvertidos de Paul Krugman (New York Times, 2/4/09). De sus 2 trillones de dólares en anglosajón o millones de millones en castizo, de pletóricas reservas, China detenta 70 por ciento en dólares y el restante en euros. ¿Está China atrapada sin salida?
Como cualquier prisionero, a juicio de LEAP/2020 China sueña escaparse de su cautiverio dolarcíéntrico en el "verano de 2009", cuando Estados Unidos habrá decretado la quiebra del dólar por la falta de pago de su deuda. Entonces cada país actuará conforme a sus intereses individuales con el fin de prevalecer en el sistema internacional.
China se prepara para la ominosa contingencia y en el primer trimestre de este año el ritmo de adquisición de sus reservas en Bonos del Tesoro (y otros bonos) de Estados Unidos en dólares ha declinado considerablemente (Banco del Pueblo de China, abril de 2009).
Más allá de las profundas divisiones internas del G-20 y de la "pusilanimidad" de los "líderes de la eurozona", LEAP/EUROPE 2020 "anticipa las diferentes formas de la bancarrota de Estados Unidos" (y su dólar), que "no puede ser más ocultable a partir de este abril (cuando en Estados Unidos se recauda la mayoría de sus impuestos)".
En el contexto de la manipulación del precio del oro, explica que "la perspectiva de la bancarrota estadunidense en este verano se ha vuelto más clara conforme la deuda pública se encuentra ahora completamente fuera de control con gastos estratosfíéricos (más de 41 por ciento) y el colapso de ingresos impositivos (menos de 28 por ciento)". A nivel federal, estatal, de condados y ciudades, los "ingresos impositivos se desvanecen y sofocan (sic) al país entero con deudas en espiral que nadie puede controlar más (ni siquiera Washington)". Lo más interesante es la reacción de los ciudadanos estadunidenses, quienes se han empezado a rebelar por el uso de sus impuestos para rescatar a los parásitos banqueros de sus errores especulativos.