Por... Bryan Keogh
Los clientes de Airgas Inc. han reducido las compras de gases industriales como el nitrógeno y el acetileno debido al aumento de las tasas de interíés reales, dijo el jefe ejecutivo Peter McCausland. En las tasas reales se tiene en cuenta la inflación o la deflación.
“No cabe duda†de que las tasa reales han agravado la declinación de las ventas de Airgas, dijo McCausland en una entrevista.
El aumento de las tasas “refleja verdaderamente una aversión al riesgoâ€, dijo David Rickard, director financiero de CVS Caremark Corp., con sede central en Woonsocket, estado de Rhode Island. “La gente teme prestarâ€.
Los precios anualizados al consumidor bajaron un 0,4 por ciento en marzo, el primer descenso en 54 años, y la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subió a su nivel más alto en cinco meses. Eso elevó a un 8,34 por ciento el costo real al que las empresas calificadas como aptas para inversión pueden tomar prestado --el nivel más alto desde 1985-, según estadísticas compiladas por Bloomberg y Merrill Lynch & Co. La caída de los precios se aceleró en abril a un 0,6 por ciento, de acuerdo con 28 economistas sondeados por Bloomberg.
Es posible que el aumento de las tasas reales disuada a las empresas de tomar prestado para invertir en productos o fábricas nuevos porque la deflación socavará el flujo de efectivo y hará aún más difícil amortizar la deuda, dijo John Lonski, economista principal de Moody´s Capital Markets Group en Nueva York.
Estragos de la deflación
“Está casi garantizado que eso atrase una recuperación económica y quizá que intensifique el bajón económico actualâ€, dijo Lonski en una entrevista telefónicaâ€.
La deflación hace daño a las empresas de dos maneras. Primero, reduce las ventas. Cuando los precios caen, los compradores tienen motivo para atrasar las compras en espera de una mejor oferta.
La segunda manera en que la deflación hace estragos es que aumenta las tasas de interíés reales, con lo que cuesta más tomar prestado. Un príéstamo de US$100.000 a una tasa de un 5 por ciento con una deflación de un 2 por ciento se traduce en una rentabilidad real de un 7 por ciento. Cuando los precios suben, sucede lo contrario. Si la inflación es de un 2 por ciento, la tasa real de ese príéstamo es de un 3 por ciento.
“La deflación hace daño a los prestatarios y recompensa a los ahorristasâ€, dijo Drew Matus, economista primero de Banc of America Securities-Merrill Lynch en Nueva York, en una entrevista telefónica. “Si usted toma prestado ahora mismo, y atravesamos un periodo de deflación, su costo de tomar prestado acaba de ponerse por las nubesâ€.
La última vez que los estadounidenses experimentaron una deflación fue cuando el entonces presidente Dwight Eisenhower residía en la Casa Blanca y el parque de diversiones Disneyland acababa de abrir sus puertas en Anaheim, estado de California. El índice de precios al consumidor declinó por 12 meses consecutivos a partir de septiembre de 1954.
La Gran Depresión
El periodo más grave de deflación en el siglo XX tuvo lugar durante la Gran Depresión, cuando los precios bajaron un 27 por ciento de fines de 1929 a 1933, lo cual hizo que las empresas dejaran de invertir y el índice de desempleo subiera a cerca de un 25 por ciento. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben S. Bernanke, quien estudió la Gran Depresión extensamente y publicó un libro sobre el tema, ha dicho que la deflación puede ser más dañina que una inflación excesiva.
“En un periodo de deflación lo bastante pronunciada, el costo real de los príéstamos llega a ser prohibitivoâ€, dijo Bernanke en un discurso en noviembre del 2002 ante el Club Nacional de Economistas en Washington. “Las inversiones de capital, las compras de hogares nuevos y otros tipos de gastos disminuyen de manera correspondiente, lo que empeora la declinación económicaâ€.
Efecto disuasivo
El aumento pronunciado del costo de la refinanciación ha forzado a Energy Transfer Partners LP a cancelar o evitar proyectos de oleoductos que no ofrezcan utilidades superiores a un 20 por ciento, dijo el director financiero Martin Salinas en una entrevista. Añadió que las tasas de interíés están de 2 a 3 puntos porcentuales más altas de lo que la compañía con sede central en Dallas, estado de Texas, suele pagar.
Energy Transfer, por valor de mercado la tercera mayor sociedad estadounidense de construcción de oleoductos, recaudó en abril US$650 millones, para gastos de capital y para amortizar deuda bancaria, ofreciendo a los inversionistas una tasa de interíés de un 9 por ciento en bonos a 10 años, según estadísticas de Bloomberg. Si bien 0,7 puntos porcentuales más bajo de lo que la compañía había pagado por deuda similar en diciembre, el cupón era 2,3 puntos porcentuales más alto que el de una oferta de un año antes.
“Hay definitivamente un cierto grado de desalientoâ€, dijo Salinas. “No podemos construir el proyecto si no podemos cubrir nuestros costos y extraerle una gananciaâ€.