La retracción del consumo congela los resultados de las cadenas comerciales
La retracción del consumo en España, con una caída del 7,2% de las ventas del comercio al por menor en 2008, y la guerra de precios que ha abierto distribución han mermado las ventas y los márgenes, y como resultado han adelgazado los beneficios de las compañías.
El consumidor, como reacción a la crisis, se ha volcado hacia el consumo de productos de bajo precio, lo que ha obligado a todas las cadenas de distribución a recomponer su estructura de precios y a lanzar agresivas promociones y ofertas para retener a sus clientes.
A la búsqueda de productos a bajo precio por parte del cliente se ha sumado el efecto del auge de las marcas blancas, avivadas por algunos distribuidores, como Mercadona, que han desplazado a las marcas de fabricante de sus lineales en favor de sus propias enseñas, lo que ha abierto un autíéntico frente de batalla.