Juega de escolta en un equipo de Lituania, pero empezó jugando en la universidad de Auburn (Alabama). Ahí su peculiar malformación, por la que tiene seis dedos en cada mano, no pasó desapercibida.
Ya desde esa íépoca decía, según su perfil en la web de la universidad de Auburn que una de las cosas de las que se siente orgulloso era “de mis dedos extraâ€.
Lo cierto es que esto parece haberle servido para tener una inusual popularidad: sus compañeros abrieron un grupo de Facebook y así dio el salto a Holanda y luego a Lituania.
El propio jugador reconoce que sus dedos extra no tiene funcionalidad. “La gente viene y me pregunta: ¿puedes moverlo? ¿te afecta? Yo siempre les digo lo mismo: noâ€. De hecho, el escolta desvela que su padre y su abuela tambiíén los tienen y es algo de lo que no siente ningún tipo de vergí¼enza