El año que las bolsas vivieron peligrosamente
Publicado en Expansión por Carmen Ramos
La cuenta atrás del año bursátil ha comenzado, ya que sólo quedan seis sesiones de bolsa y, como se suele decir, todo el pescado ya está vendido. Si echamos la vista atrás no terminamos de creer todo lo que ha sucedido y si nos quedamos boquiabiertos con el batacazo con el que comenzó el año, más increíble ha sido la recuperación que han vivido los mercados.
El ejercicio 2008 fue el peor año de la historia del Ibex 35, el indicador cerró el ejercicio con un retroceso del 39,43% y, al margen de la revalorización de Unión Fenosa, por la opa lanzada por Gas Natural, sólo Funespaña, la empresa de servicios funerarios, logró cerrar en positivo.
En ese momento no parecía oportuno hacer el chiste fácil, pero la verdad es que se prestaba. Evidentemente nadie podía pensar que la caída más virulenta estaba por llegar y la mayoría de expertos consideraba que este año podíamos ver subidas en torno al 10%. El desplome de los primeros meses enmudeció a profesionales e inversores, de manera que en el inicio de la recuperación hubo muchas opiniones encontradas y no pocas dudas.
Desde la perspectiva actual, a toro pasado, vemos que los propios índices bursátiles han sido los que han logrado recuperar la confianza de los inversores. El comportamiento que han tenido en estos últimos diez meses no es que sea de libro, sino irrepetible. Tras cada avance significativo se han tomado un descanso, que les ha permitido consolidar lo ganado y tomar fuerzas para dar un nuevo paso y, en ningún momento, se han venido atrás con brusquedad.
Evidentemente, los índices se limitan a reflejar el comportamiento de los inversores, y todo invita a pensar que han sido las manos grandes, los principales bancos de inversión quienes están dirigiendo esta ordenada evolución. No podemos hablar de que haya habido una consigna por parte de las autoridades estadounidenses, pero es indudable que íéstas han azuzado o frenado al mercado y, probablemente, los gestores hayan considerado que, dada la delicada situación del sector y de la economía, era necesario unirse al competidor en vez de luchar para ofrecer una mayor rentabilidad.
Esta situación puede continuar unos meses más, pero poco a poco volveremos al rifirrafe de los mercados bursátiles.