Varios ejecutivos de Wall Street admitieron ayer que subestimaron la severidad de la crisis financiera de 2008 y que adoptaron decisiones erróneas.
Sin embargo, defendieron, ante una comisión federal que investiga el desplome, sus prácticas de pagar bonificaciones extras y otras compensaciones.
Los estadounidenses tienen derecho a estar enfadados sobre las cuantiosas bonificaciones pagadas por los bancos luego de haber recibido miles de millones de dólares en ayuda federalâ€, señaló el presidente de la comisión, Phil Angelides, a los directores generales de cuatro importantes bancos.
Al comenzar la audiencia ante la Comisión Investigadora de la Crisis Financiera, Angelides prometió una investigación plena y justa sobre las causas que pusieron de rodillas al sistema financiero.
El presidente y director general del Bank of America, Brian Moynihan, dijo que los niveles de las compensaciones a sus ejecutivos serán mayores el próximo año que en 2008, aunque sin alcanzar los niveles anteriores a la crisis financiera.
“Comprendemos la indignación de muchos ciudadanosâ€, reconoció. “Agradecemos la ayuda recibida de los contribuyentesâ€.
“Debido a que el Bank of America ya pagó el dinero que recibió del erario, la gran mayoría de nuestros empleados no tuvieron participación alguna en la crisis económicaâ€.
“Por ello no merecen ser castigados con menores compensacionesâ€, argumentó.
El director general de JPMorgan Chase & Co., Jamie Dimon, indicó que la mayor parte de sus empleados aceptará reducciones significativas en compensaciones. Agregó que su empresa continuará pagando a sus empleados “de forma responsable y disciplinada†para atraer y retener los talentos más destacados.
El presidente de Morgan Stanley, John Mack, dijo que la crisis fue una “poderosa llamada de atención para esta firmaâ€. Agregó que en 2009 no aceptó bonificación y que su banco ha variado sus planes de compensaciones a fin de desanimar la “toma excesiva de riesgosâ€.
Angelides, un ex funcionario gubernamental, interrogó al presidente de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, sobre el ofrecimiento de hipotecas de alto riesgo en acciones con garantía real parecidas a los bonos, que vendieron a los inversionistas incluso mientras Goldman Sachs apostaba que esas acciones fracasarías estrepitosamente.
Esas hipotecas fueron otorgadas a personas con antecedentes crediticios pobres o nulos y ayudaron a ocasionar el desastre financiero hipotecario.
“No creo que la conducta sea impropia. Lamentamos la consecuencia de que la gente ha perdido dinero en estoâ€, respondió Blankfein.