Brasil se manifestó escíéptico hoy sobre la aplicación de nuevos impuestos al sector financiero, propuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la reunión del G-20, y dijo que Rusia, India y China tampoco los apoyan.
El ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, dijo que su país, como los otros miembros del llamado Grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) comparten la misma opinión negativa con respecto a los gravámenes.
"Nosotros creemos que son más adecuados para las economías que tuvieron píérdidas financieras por la actuación de los bancos", explicó a la prensa en la sede del FMI tras el encuentro del G-20, en el que Brasil participó junto con los principales países desarrollados y en desarrollo.
Mantega dijo oponerse a una primera tasa propuesta por el FMI, cuya meta, según explicó, es recuperar las ayudas otorgadas a la banca durante la crisis financiera.
Tambiíén afirmó que en la cumbre se habló de un segundo impuesto para reducir la toma de riesgos y en ese sentido dijo que Brasil "tal vez" lo aceptaría, aunque recalcó que su país prefiere desincentivar ese comportamiento exigiendo a los bancos mantener más reservas.
"El incremento de los aportes de capital ya es una especie de tasa sobre el capital financiero", pues a los bancos les cuesta dinero dejar fondos paralizados como reservas, explicó.
El Fondo propuso al G-20 la creación de un impuesto que inicialmente pagarían todas las entidades financieras por igual y que posteriormente variaría según el nivel de riesgo asumido por cada una.
Los ingresos se acumularían en un fondo para pagar por futuros rescates de la banca o entrarían como ingresos corrientes a las arcas públicas.
El segundo impuesto gravaría los sueldos y bonificaciones que pagan las entidades financieras, así como sus beneficios.
El G-20 se reunió el mismo día en el que Grecia pidió formalmente un programa de ayuda a la zona euro y al FMI para hacer frente a sus problemas fiscales, pero la discusión sobre el tema fue muy escasa durante el encuentro, dijo Mantega.
El Grupo destacó en su comunicado que la economía mundial se recupera más rápidamente que lo previsto y Mantega señaló que Grecia "no tiene el tamaño suficiente para amenazar ese proceso".
En la reunión tambiíén se trató la redistribución del voto en el seno del Fondo, despuíés de que el G-20 pidiera en septiembre que los países ricos transfirieran por lo menos un 5 por ciento de su poder en los órganos de Gobierno a los países en desarrollo "dinámicos" para enero de 2011.
"El Fondo está avanzando incluso más rápido que lo que imaginábamos", dijo Mantega, quien afirmó que ya se negocia cómo distribuir el 5 por ciento del voto entre los distintos países.
"Podremos tener la reforma lista para noviembre de este año", señaló. EFE