¿Comienza la cuenta atrás en el derrumbe inmobiliario?
ESTEFANíA FONSECA
Invertia.com
Los peores augurios en la crisis del ladrillo han tomado forma. La desaceleración en las ventas de las viviendas, el pasado mes de enero la compraventa de estos inmuebles bajó un 27%, y el endurecimiento en las condiciones de críédito han mermado aún más la difícil situación por la que atraviesan las compañías del sector.
Esta semana el grupo inmobiliario Cosmani solicitaba el concurso voluntario de acreedores -antigua suspensión de pagos- por la "transitoria" situación de falta de liquidez. Las dudas tambiíén se ciernen entre grandes compañías cotizadas como Inmobiliaria Colonial y Martinsa-Fadesa. Esta última intenta cerrar los últimos flecos en la negociación con sus entidades acreedoras para refinanciar su deuda, que asciende a unos 5.100 millones de euros.
La situación por la que atraviesan las compañías ha pasado de ser una mera suposición a cobrar tintes dramáticos. Según los datos del Ministerio de Fomento, los visados de obra nueva para uso residencial cayeron un 24,7% al cierre de 2007, la cifra más baja de los últimos cuatro años. En enero los visados para nueva vivienda se redujeron a la mitad con 29.555 unidades. Mientras, la compraventa de viviendas en el mismo mes alcanzó una rebaja del 27%.
Las perspectivas para el presente ejercicio tampoco son esperanzadoras. El director general adjunto de Sacyr-Vallehermoso, Javier López Ulloa, señalaba a principios de este mes que las viviendas iniciadas en este año descenderán en torno al 30% respecto al 2007 y 2006. Ulloa achacó la desconfianza por la que atraviesa el sector inmobiliario y a los problemas de financiación que viven las compañías, a la crisis de las hipotecas subprime desatadas en EE UU el pasado verano. A su juicio, una de las consecuencias son las dudas a la hora de comprar una vivienda, algo que ha provocado un "embalsamiento†de la demanda. En consecuencia, estos descensos se traducirán en una bajada en el precio de las viviendas libres. Según datos de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA), el precio de estos inmuebles sufrirá un recorte del 8% en 2008.
Las últimas víctimas de esta muerte anunciada ha sido el grupo inmobiliario Cosmani que ha presentado un concurso voluntario de acreedores, antigua suspensión de pagos, por una "transitoria" situación de falta de liquidez que le impide atender al pago de los vencimientos de la deuda de 350 millones de euros que soporta. En el mismo proceso se encuentra la constructora SEOP Obras y Proyectos, perteneciente al Grupo Silver Tagle.
El mes pasado varios grupos inmobiliarios presentaron suspensión de pagos: el Grupo Contsa y dos inmobiliarias integradas en el Grupo Jale, Amuerma y Jale Construcciones. A ellas estuvo a punto de unirse la inmobiliaria Habitat, que escapó al concurso de acreedores in extremis gracias a que consiguió el apoyo suficiente de los bancos. Aunque las últimas noticias referidas a esta inmobiliaria no son halagí¼eñas. La consultora PricewaterhouseCoopers ha detectado píérdidas que superan los 444 millones de euros en las cuentas de la compañía, según ha publicado la prensa.
De confirmarse esta noticia, la firma que preside Bruno Figueras se encontraría en una situación de "quiebra tíécnica". Sin embargo, estas píérdidas ya serían conocidas por las entidades financieras con la que Habitat ha pactado la refinanciación de su deuda que supera los 1.586 millones de euros.
Llanera abrió el fuego
El pistoletazo en los números rojos fue protagonizado por el grupo Llanera en octubre del año pasado. La compañía reconoció que arrastraba “gravísimas dificultades de tesorería†en los últimos nueve meses anteriores al concurso de acreedores. .
Mientras, los promotores prefieren hablar de desaceleración del sector y niegan que exista una crisis. Aunque sí han instado al Gobierno a que instale rebajas fiscales para dotar de más liquidez a las familias. En definitiva, dar un poco de oxígeno a un sector asfixiado por las deudas. Reconociendo así que el proceso de ajuste está siendo más agudo de lo esperado.
Tampoco se salvan las empresas dedicadas a la vivienda protegida, al que se considera como uno de los posibles nichos de mercado ante las turbulencias. La constructora de OVP Prasi ha aceptado un concurso al que le han instado varios acreedores, despuíés de perder varios proyectos. Por su parte, la inmobiliaria Detinsa quiere vender algunos de sus activos, al mismo tiempo que renegocia su deuda con una veintena de entidades.
Los resultados de las empresas del ladrillo con representación en bolsa hicieron saltar de nuevo las alarmas. En conjunto su beneficio alcanzó los 1.592 millones de euros, un 45,7% menos que en el mismo período del año anterior. Sólo siete de estas compañías incrementaron sus ganancias, tres anunciaron píérdidas (Astroc –ahora Afirma-, Aisa e Inbesós) y otras siete registraron descensos en sus beneficios.
Entre este último grupo se encuentra Martinsa-Fadesa que ganó 60,3 millones de euros durante el pasado ejercicio, un 67% menos que el que tuvieron Martinsa y Fadesa por separado en el año anterior. La inmobiliaria ultima los últimos flecos en la negociación con las entidades acreedoras para la refinanciación de su deuda, que asciende a unos 5.100 millones de euros. El pacto tenía que haberse el pasado martes, fecha en la que la compañía afrontaba un vencimiento del príéstamo por importe de 362 millones de euros. La firma señaló en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que preveía conseguir esta semana el visto bueno de todos sus acreedores para lograr un acuerdo.
Por su otro lado, Inmobiliaria Colonial se ha quedado sin pretendientes tras la retirada del Investment Corporation of Dubai (ICD) que pretendía adquirir el negocio patrimonial de la compañía. El fondo árabe se echó atrás por segunda vez, al no haberse cumplido las condiciones pactadas, que pasaban por llegar a un acuerdo con los bancos acreedores de la inmobiliaria y de sus principales accionistas.
Los obstáculos tambiíén frenaron la salida a bolsa del grupo Tremón. La firma finalmente desistió en su intento por saltar al parquíé porque no se daban las "condiciones adecuadas". Además, el Salón Inmobiliario de Madrid(SIMA) que se celebrará los días 8 y 12 de abril, refleja los síntomas de debilidad del sector. Este año la oferta de viviendas de dicha feria se ha reducido en un 20,5%.
Los interemediarios tambiíén se resienten
Según los datos de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), un total de 656 agencias inmobiliarias echaron el cierre el pasado año. Sin embargo, el número de cadenas operativas se mantuvo estable respecto al 2006, con un total de 41 enseñas. La facturación de estas agencias se redujo un 18,7%, hasta los 905 millones. Mientras que en 2006 esta cifra se situaba en los 1.113 millones de euros. Entras las compañías las firmas más afectadas por el “parón†de actividad en el sector inmobiliario fueron Tecnocasa, que cerró más de 300 establecimientos durante el pasado año, Don Piso y Expofinques, según recoge AEF.
El presidente de la asociación, Xavier Vallhonrat, explica que las turbulencias por las que atraviesa el sector inmobiliario en franquicia es fiel reflejo de la que vive la actividad en general, que "sufre un proceso de reajuste al que no son ajenas las cadenas franquiciadoras".