Sus habilidades podrían ponerla en la misma liga que Judy Garland o Ella Fitzgerald. Podría ser una de las grandes". Así recordaba a Amy Winehouse la directora de la primera escuela de teatro en la que la artista se presentó para una audición. Tenía solo 12 años, y desde muy pequeña tenía claro que lo que quería era dedicarse a la música, razón por la cual se rebeló en el colegio y antepuso esa, su pasión, a cualquier otra materia de estudio. Era hija de un taxista y un farmacéutico, y se crió en el suburbio londinense de Southgate. Winehouse estaba aburrida en la escuela y solo le interesaba un tema: la música.De hecho, en su solicitud para aspirar a una plaza en dicha escuela escribió: "Yo diría que mi vida escolar está llena de 'podría mejorar' y 'no funciona en todo su potencial'. Quiero ir a algún lugar donde me extiendan hasta mis límites y quizás incluso más allá. Cantar sin que me digan que me calle, pero sobre todo tengo el sueño de ser muy famosa. Trabajar en el escenario. Quiero que la gente escuche mi voz y simplemente olvide sus problemas durante cinco minutos". Y así, con esa declaración de intenciones tan sincera, fue incorporada a la prestigiosa escuela de talentos de Londres.Su primer contrato discográfico llegó a la temprana edad de 19 años. Frank, su álbum debut, vio la luz en 2004 y rápidamente alcanzó el número 3 en su país de origen, Gran Bretaña. En este primer acercamiento a la artista no solo conocimos su gran voz, sino también su forma de escribir y de contarnos su vida, pues hacía referencia directa a la turbia relación que mantenía con su ex novio.La crítica la encumbró desde el primer verso. Era una mujer blanca con voz y alma negra. Inspirada directamente en la brillante década de los sesenta no solo en lo vocal, sino también con una estética muy concreta: con ese moño infinito y el delineador de ojos grueso que la acompañó hasta sus últimos días. Ella misma se marcó a Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald como sus modelos a seguir.El tortuoso camino del éxitoAmy pronto alcanzó el éxito profesional, pero junto a él también fue apareciendo un irracional miedo a cantar frente a grandes audiencias. Esa sensación tan opresora a estar encima de un gran escenario la llevó a llevar su música a los pequeños clubs, donde el soul y el jazz que envolvían su música encontraban su lugar en pequeños rincones con pocos seguidores.Sin embargo, durante esos conciertos, Amy también se aficionó a beber alcohol para ahogar esa fobia a actuar en directo. Y lo fue aún más destructivo, conoció a Blake Fielder-Civil y se enamoró de él. Como dos Kurt Cobain y Courtney Love tardíos, ambos se enamoraron e iniciaron juntos una senda llena de excesos de alcohol y drogas.Blake Fielder-Civil y Amy Winehouse, en la gala de los MTV Europe Music Awards en 2007. / Jeff Kravitz/FilmMagicComo ya había pasado en su anterior disco, cuando su amor la abandonó, Amy vomitó todo su dolor en el siguiente disco: Back To Black. No hay mal que por bien no venga, y gracias a todo ese desamor, el álbum le dio cinco premios Grammy y finalmente la convirtió en una estrella mundial. De todas las grandes canciones de este trabajo, fue Rehab el tema que dominó las listas de éxitos. De nuevo presentándose sin caretas, Amy contaba aquí el fallido intento de su padre y su representante de meterla en una clínica de rehabilitación. Una canción escrita en dos horas que rápidamente conectó con toda una generación del mas perdidas que, hasta entonces, no tenían un referente contemporáneo.Poco más de un año después de la separación con su ex, Blake Fielder-Civil volvió a la vida de la artista y llegaron incluso a casarse, pero se divorciaron de nuevo dos años después. En esta época, en el año 2009, la vida sentimental de Amy se asemejaba claramente a la profesional. Estaba estancada. Avanzaba y retrocedía casi a partes iguales. Rara era la vez que no se tambaleaba en el escenario y su voz siempre sonaba apagada, débil, como un vago recuerdo de aquella niña que lo dejó todo por actuar.A estas alturas, comenzaban a cancelarse masivamente conciertos y giras, y siempre por la misma excusa de su representante: ‘razones de salud’. Era vox pópuli: Amy Winehouse tenía un problema grave con el alcohol, y solo había que recordar ese Rehab que la encumbró para saber que no tenía remedio.El 23 de julio de 2011, su guardaespaldas la encontró muerta en su apartamento de Londres, y la causa fue una intoxicación etílica. A Amy lo único que la importaba era crear música, sin darse cuenta de que la espiral de exceso en la que estaba sumida iba a acabar con su vida. Esa actitud y esa forma de escribir canciones fueron un grito constante de auxilio durante sus últimos días. Como escribió una periodista británica en un obituario: "Podía dar vida a las canciones como ninguna otra, pero no pudo vivir su propia vida".
Ya han pasado 10 años desde que la increíble voz de Amy Winehouse se apagó para siempre. Los excesos y una vida atormentada llevaron a la diva británica a la autodestrucción, y un 23 de julio de 2011 se convirtió en una leyenda que todavía suena en nuestros corazones. Para conmemorar una fecha tan especial, llega un nuevo documental en el que los fans de la artista de cualquier generación podrán conocerla mejor.Amy Winehouse & Me: Dionne's Story es el conmovedor proyecto que nos acerca a una figura indispensable para entender el soul más actual. Se trata de un documental en el que conoceremos de cerca los detalles más personales de la cantante y compositora ganadora de un Grammy e icono cultural. Todo ello a través de los ojos de su ahijada, la artista Dionne Bromfield. Su estreno tendrá lugar en MTV España el 29 de agosto.La trágica muerte de la cantante, la más privilegiada de su generación, sorprendió a toda la industria y nos dejó huérfanos de una de las voces más importantes de la actualidad. Ahora, 10 años después, su ahijada Dionne Bromfield se sincera por primera vez sobre el impacto de la muerte de Amy en su vida. El documental es todo un viaje profundamente personal en el que Dionne comparte los mejores y peores momentos, junto a material exclusivo, de las historias que vivió con Amy, a la vez que rendirá homenaje a su inquebrantable relación.La compenetración de ambas era más que evidente. Tres días antes de morir, Amy Winehouse cantó con su ahijada en el iTunes Festival de Londres. Nadie podía imaginar que era la última vez que la artista y la joven promesa cantarían juntas. "Yo fui la última persona con la que estuvo en el escenario, y automáticamente la gente sintió que eso significaba algo", dijo tras el fallecimiento de su madrina. "Me gustaría continuar el legado de Amy, pero es una gran presión que haya gente que piense que realmente puedo hacerlo". Sin duda, este documental servirá para conocer mucho más a fondo a la artista y la importancia de su legado."No puedo expresar lo terapéutico que ha sido este viaje para mí. Por fin puedo avanzar hacia el siguiente capítulo de mi carrera sabiendo que he afrontado emociones que han estado reprimidas durante años" dice Bromfield sobre la producción. "Espero que este documental muestre a Amy como algo más que una persona que luchó contra la adicción y, además, muestre a la increíble persona que era mi madrina"."Un verdadero icono. Amy Winehouse tenía un talento innato y un ingenio musical que inspiró a artistas y fans de todo el mundo", ha declarado Kerry Taylor, EVP Internacional de MTV Entertainment Group. "MTV le dio un espacio donde compartir su música a nivel mundial y me siento muy afortunada de haber trabajado ahora con Dionne para compartir su conmovedora historia y mostrar la increíble vida de Amy, su legado y su gran impacto en la cultura musical".
Este mes de julio se cumplen diez años desde el fallecimiento de Amy Winehouse. En las últimas semanas, sus familiares y amigos han concedido distintas entrevistas a la prensa recordando algunas de las anécdotas más curiosas que marcaron su vida. Alex Foden, su peluquero de confianza, ha desvelado cómo surgió ese icónico semirrecogido, con un tupé muy cardado y el flequillo ladeado, que Amy consiguió popularizar después de que lo crearan como una especie de broma en el set de rodaje del videoclip que grabó para su sencillo Back to Black. "Le cardé el pelo muchísimo, pero solo como una broma, e incluso le puse todo un paquete extra de cabello postizo, y dije: 'Ya está, el look está terminado, vamos a enseñarles a los demás el resultado final'. Obviamente no lo decía en serio, pero cuando salimos del camerino todo el mundo dijo: '¡Ya está! Esa será su seña de identidad", ha recordado en una entrevista al Sunday People. Para su sorpresa, Amy lo lució en ese videoclip y en la mayor parte de sus apariciones públicas y conciertos posteriores, a pesar de que no era precisamente el peinado más cómodo. "Una vez perdió su móvil durante tres días. De pronto, se rascó la cabeza y estaba dentro del tupé", ha asegurado.
Es difícil de creer, pero ya han pasado 10 años desde que Amy Winehouse pasó a formar parte del desgarrador Club de los 27. El 23 de julio de 2011 fue el día en que la estrella de la música llevó su luz a otro lugar más lejos de nosotros.Precisamente en este 2021, año en el que se cumple una década de su trágico adiós, MTV España estrena el documental Amy Winehouse & Me: Dionne's Story. Está disponible desde las 10 horas de hoy, 29 de agosto, en el mencionado canal.Se trata de una producción protagonizada por Dionne Bromfield (nacida en 1996), la ahijada de Amy. Ella relata en un formato muy íntimo su relación con una de las otrora figuras más relevantes del panorama musical mundial, tanto en el lado artístico como en el personal. Y es que su madrina fue su mentora, por lo que su pérdida es algo que todavía no ha superado.Amy, la madrina familiar y musical de DionneSegún cuenta Dionne, uno de los objetivos de Amy en su vida personal era ser madre. Desgraciadamente y como todos sabemos, no lo consiguió, pero tuvo en su ahijada algo muy parecido que pudo llenar (y de qué manera) ese hueco.Ahijada y madrina: Dionne Bromfield y Amy Winehouse / Cortesía de Cressida JaneLa estrella mundial, que era muy amiga de la madre de Dionne, no solo pasó a formar parte de manera oficial de la familia de la joven que conoció a los 6 años, sino que también se convirtió en su mentora artística y una parte inseparable de su vida.El momento clave para que iniciara ese camino tuvo lugar en mayo de 2008, cuando subieron un vídeo a YouTube interpretando if i aint got you de Alicia Keys. La voz de la pequeña maravilló en internet y se hizo viral.Dionne Speaks About Her Viral Video With Amy | Amy Winehouse & Me Dionne's Story | MTV UKA partir de ahí, se subieron juntas al escenario en multitud de ocasiones. Algunas de ellas las muestra el documental y resulta realmentente emotivo ver a madrina y ahijada tan unidas. Durante esos años, rondaban sobre la figura de Dionne grandes expectativas de que podría sucederla o incluso superarla.La última vez que ambas cantaron juntas en público quedará marcada en la historia. Dicha actuación tuvo lugar tres días antes de su muerte y resultó ser también la última actuación en vida de Amy Winehouse.Un recorrido para superar el duelo por la pérdida de AmyNo cabe duda de que el documental es la manera de intentar superar el duelo de Dionne por la muerte de su madrina, ya que es en esta ocasión la primera vez que habla del tema. Es por ello que contacta con personas cercanas a la época en la que compartía escenario con ella, además de sus amigos, con los que nunca se había abierto.Dionne Bromfield, para el documental 'Amy Winehouse & Me: Dionne's Story' / James FryCon todos estos invitados, la protagonista charla sobre cómo la conocieron, algunos recuerdos imborrables y también acerca de un tema muy delicado: su adicción a las drogas. En este punto, se muestra a Amy de una forma muy diferente a la que el gran público pudo percibir, ya que delante de sus seres queridos, nunca consumía.Toda esta montaña de recuerdos y datos inéditos sobre la diva del soul conforman una producción imprescindible para los millones de seguidores de Amy Winehouse. Seguro que ella está muy orgullosa de lo que ha logrado su ahijada, allá donde sea que esté.
El 23 de julio de 2011, Amy Winehouse fallecía víctima de una sobredosis fatal de alcohol, sumándose al infame club de los 27, que antes habían inaugurado Jim Morrison, Janis Joplin o la española Cecilia. A lo largo de su carrera brilló gracias a su voz, pero también escribió tristes capítulos gracias a sus adicciones y a sus destructivas relaciones sentimentales.Sobre una de ellas, la que le unió al polémico Blake Fielder-Civil, aporta nuevos y reveladores datos un libro recién publicado por Tyler James, exnovio y luego buen amigo de la cantante, que se titula 'My Amy: The Life We Shared'.placeholder Prince, durante un concierto. (Getty/Kevin Winter)Prince, durante un concierto. (Getty/Kevin Winter)En uno de sus pasajes más sorprendentes, James relata la ocasión en 2007, cuando Amy Winehouse fue invitada a unirse a una superestrella como Prince en la última noche de su serie de conciertos en el 02 Arena de Londres para interpretar a dúo su canción 'Love Is a Losing Game'.El videógrafo Phil Griffin, que acababa de empezar a trabajar con el genio de Minneapolis, organizó su encuentro, según recuerda el autor del libro. Después de cantar ante los estruendosos aplausos del público, entraron en el camerino de Prince, donde al poco tiempo llegó Fielder-Civil, que se había convertido recientemente en el esposo de la cantante."Con Blake allí, todo el ambiente cambió", escribe James. "Blake estaba paranoico, entraba en el baño de Prince para drogarse. Estaba completamente nervioso. Había dinero en efectivo en el camerino, simplemente tirado allí, en la mesa de maquillaje. Nadie le prestaba atención".placeholder Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Getty/Roger Kisby)Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Getty/Roger Kisby)Después del espectáculo, James estaba en un coche con la pareja cuando "Blake hizo una broma sobre haber cogido el dinero del camerino. Eran cientos de libras. Había robado el dinero de Prince. Yo estaba mortificado", sigue relatando el autor. "Amy se lo quitó de encima. Yo sabía que ella sabía que estaba mal, pero delante de él se reía de ello, porque se sentía incómoda... Resultó que Blake también había robado algunos cepillos de pelo de Prince".A la mañana siguiente, James recibió una llamada de Griffin. La seguridad de Prince había descubierto que faltaba dinero y acusó al videógrafo, que no llevaba su pase, por lo que en lugar de ser el "director visual de toda la gira de Prince", fue señalado como el culpable del robo y fue "golpeado y expulsado del 02", dice el libro.Foto: Amy Winehouse, en una imagen de archivo. (Reuters)Diez años sin Amy Winehouse, la voz torturada (y explotada) que dejó huella en EspañaJose MadridAl día siguiente, Winehouse llamó a Prince para disculparse y decirle que le devolvería el dinero. Entonces el cantante, fallecido en 2016 por una sobredosis de fentanilo, le dijo: "No me importa el dinero. Es que no está bien lo que pasó con Phil".De hecho, Prince estaba tan preocupado por Amy Winehouse que llamó a Griffin en varias ocasiones para "preguntarle si había algo que pudiera hacer para alejarla de Blake... incluso se ofreció a enviar un avión para que se largara".Amy Winehouse había conocido a Blake Fielder-Civil en un pub de Londres en 2005. Ella estaba arrancando su carrera musical, mientras que él trabajaba como asistente de producción de vídeos. Poco después, Amy se tatuaría 'Blake' en el pecho y él se escribió con tinta 'Amy' detrás de la oreja. Ella estaba convencida de que era el amor de su vida.El matrimonio terminó finalmente en 2009 y estuvo plagado de episodios de violencia física, borracheras que duraban semanas y adicciones a las drogas. Cuando la cantante solicitó el divorcio, Blake Fielder-Civil se encontraba en la cárcel cumpliendo condena por agresión, chantaje y amenazas al dueño de un local de Londres.
Siete años después del estreno del documental 'Amy', una pieza muy emotiva y aclamada por la crítica, la vida y obra de la cantante Amy Winehouse volverá a la gran pantalla con el futuro estreno de un biopic que, a diferencia del anterior, sí cuenta con el beneplácito de los padres de la malograda intérprete. Según el diario Daily Mail, la directora de casting Nina Gold ya está buscando a una actriz, solvente y de gran parecido físico con la artista, que pueda encarnar a la diva del soul en la producción, que actualmente se encuentra en las primeras fases.
Sam Taylor-Johnson será la encargada de dirigir el biopic sobre Amy Winehouse. Según la información que maneja Variety, Sam Taylor-Johnson está buscando a una actriz relativamente desconocida para el papel principal.
Mitch Winehouse, de 73 años y padre de la cantante Amy Winehouse, ha interpuesto sendas demandas contra dos amigas de su malograda hija, la cantante Amy Winehouse, por lucrarse indebidamente con la venta de varios objetos personales de la artista. A través de la entidad que gestiona el patrimonio de la intérprete inglesa, quien falleció en 2011 a causa de una intoxicación etílica, su progenitor pretende llevar a juicio a Catriona Gourlay y a Naomi Parry para recibir de ellas una elevada indemnización.
Es oficial: cada vez falta menos para poder disfrutar en los cines de Back to black, el biopic que llegará a las salas este año para contar la historia vital de Amy Winehouse, la icónica cantante británica que murió con solo 27 años dejando un enorme legado y uno de los discos más importantes de la música, Back to black.Ha sido la directora de cine y fotógrafa Sam Taylor-Johnson, que también dirigió Nowhere Boy (2008), un filme biográfico sobre la infancia del cantante de los Beatles, John Lennon o Cincuenta sombras de Grey, la encargada de pilotar el proyecto en el que la actriz también británica Marisa Abela (Industry, COBRA) será quien encarne a la artista.Con el éxito que le da nombre al biopic sonando de fondo, las primeras imágenes del tráiler comienzan con las palabras superpuestas de Abela en la piel de Winehouse: "No escribo canciones para ser famosa. Escribo canciones porque no sé qué haría si no lo hiciera".La película biográfica aspira a retratar el temprano ascenso a la fama más internacional de Amy y el lanzamiento de Back to Black, uno de los álbumes más legendarios de todos los tiempos, inspirado en la tormentosa relación que la artista mantuvo con su exmarido Blake Fielder-Civil.Tras la temprana muerte de la cantante con solo 27 años en 2011 a causa de una intoxicación etílica, Back to Black (2006), su segundo y último álbum de estudio se convirtió en el disco más vendido del siglo XXI en Reino Unido.
El 23 de julio de 2011 Amy Winehouse falleció por una intoxicación etílica accidental. Entraba así a formar parte del Club de los 27, ese grupo de prometedores músicos formado por Kurt Cobain, Janis Joplin y Jimi Hendrix, que fallecieron a esa misma edad víctimas de la fama, de personalidades atormentadas y del abuso de sustancias.A esas muertes tempranas les sucedió el mito y en el caso de la cantante británica no iba a ser menos. Un impresionante legado musical, una voz poderosa que contrastaba con su aspecto frágil, una personalidad rebelde y una singular imagen —el excesivo delineado de su ojo y el moño de colmena fueron tendencia en todo el mundo— la convirtieron en una de las grandes estrellas de la música de comienzos de siglo, con solo dos discos y ocho años de trayectoria.Winehouse dejó muchos momentos para el recuerdo sobre el escenario y también fuera de él. Pero hay uno que ya es historia de la música: su emotiva reacción cuando se anunció su premio como Mejor Grabación del Año en los Premios Grammy de 2008.Ese premio lo recogió por la canción Rehab, el single de su segundo álbum Back to black, lanzado en 2006. Pero no fue el único gramófono que se llevó esa noche —estaba nominada en seis categorías y triunfó en cinco—: por esa misma canción fue la ganadora de la Canción del año, además se proclamó Mejor artista pop femenina, Mejor artista revelación y Mejor álbum de pop vocal.Además de igualar el récord de Beyoncé o Norah Jones por el número de galardones obtenidos en una edición, Amy Winehouse se convirtió en la primera artista británica en ganar cinco premios Grammy.Desde Londres con mucha emociónLa cantante del barrio londinense de Candem Town fue la gran protagonista de esa gala a la vez que la gran ausente. Su intención siempre fue asistir, pero la embajada estadounidense en Reino Unido le denegó el visado porque semanas antes se había difundido un polémico vídeo de la cantante fumando crack —tras ello ingresó en un programa de rehabilitación—.Días más tarde, y tras la impugnación solicitada por los representantes de la artista, recibió la visa pero ya no había tiempo para viajar y todo estaba preparado para que ella actuase vía satélite desde los Studios Riverside en Londres.Desde allí presenció emocionada y agradecida la ceremonia, y cantó dos de sus temas más conocidos, Rehab y You Know I'm No Good.Pero el momento más conmovedor lo vivió cuando el cantante Tony Bennet pronunció su nombre desde el escenario como la ganadora en la categoría de Mejor Grabación del Año. Se quedó con la mirada perdida, con los ojos como platos y sin palabras mientras su equipo saltaba de alegría. Terminó rompiendo a llorar mientras se abrazaba a ellos y luego daba un tierno abrazo a su madre, a la que dedicó el premio."No me sorprendí porque hubiese ganado el Grammy, sino porque Tony Bennett dijo mi nombre", explicó después a la cadena ABC News sobre su reacción en ese instante al escuchar al mítico cantante al que idolatraba.Diez años después de aquello, en el documental póstumo Amy Winehouse - Back to black se mostró parte del concierto que la británica dio aquella noche en los Studios Riverside, un evento privado al que solo asistieron su familia, sus amigos y su equipo.Una gran historia de amorAquella gala sirvió para acercar a Winehouse y su ídolo, Tony Bennet, que se convirtió en su mentor. La admiración era mutua y él llegó lo dejó claro al afirmar que su manera de cantar era especial: "Desde Elvis Presley, los Beatles y los Rolling Stones, ella fue la única capaz de cantar como yo lo llamo. Como debe ser".Juntos grabaron la última canción de la británica, Body & soul, que formó parte del disco Duets II del cantante americano y que vio la luz en septiembre de 2011, tres meses después de la muerte de la cantante.Esa canción supuso el sexto Grammy para ella —concedido a título póstumo—, que recogieron Bennet y los padres de Amy muy emocionados.