Por... JOHN HEILPRIN
GINEBRA -- Los gobiernos han avanzado en su empeño de reducir el uso de productos químicos usados comúnmente como refrigerantes en heladeras, aparatos de aire acondicionado, aerosoles para el cabello y otros productos del hogar mediante un tratado que podría ser el más importante en este campo.
La ronda de las negociaciones que transcurren en Ginebra sobre un tratado del ozono, que pocas personas siguen, estableció esta semana las bases para una posible decisión en el encuentro que será efectuado en Uganda en noviembre para cesar la promoción de hidrofluorocarbonos, HFC, productos químicos artificiales que no figuran naturalmente en el medio ambiente y son considerados los causantes del efecto invernadero.
Estados Unidos, Canadá y Míéxico dieron a esas negociaciones un impulso al unirse a las naciones islas más modestas como Micronesia y Mauricio en una petición para enmendar el tratado del ozono Protocolo de Montreal de 1987, a fin de reducir de forma notable la producción y uso de HFC.
Para el 2050, los científicos pronosticaron que los HFC podrían sumar el 20% de los gases causantes del efecto invernadero en el mundo.
"Es un tema políémico que ha sido analizado por segundo año. Está ganando respaldo y si las partes lo deciden sería la decisión (climática) más importante", dijo Marco González, secretario ejecutivo de la secretaría de la ONU sobre ozono, que administra el tratado.
El tratado del ozono, firmado por 196 naciones, animó desde hace tiempo a los fabricantes a utilizar otros productos que remplacen a los clorofluorocarbonos, como los HFC, que no dañan la capa de ozono, que en ocasiones experimenta un gran boquete en el manto que rodea la tierra, sobre el Polo Sur.
Los CFC destruyen el ozono, la capa atmosfíérica que protege contra los rayos del sol más dañinos. Además, atrapan el calor terrestre, lo que contribuye al aumento de la temperatura en la superficie del planeta.
Los HFC se desintegran con más celeridad que los CFC, porque contienen hidrógeno. Pero al igual que los CFC, tienen un peligro potencial en el efecto invernadero - hasta 10.000 veces más que las emisiones de dióxido de carbono.
Hasta hace poco, las naciones ignoraron el impacto global de algunos productos químicos reemplazantes, como los HFC.