Por... ALMUDENA CALATRAVA
BUENOS AIRES -- El canje de deuda para los tenedores de bonos en cesación de pagos tuvo una aceptación del 66%, por un valor de 12.067 millones de dólares, anunció el miíércoles el ministro de Economía Amado Boudou.
El porcentaje de adhesión "supera holgadamente las expectativas" que el gobierno se había planteado, dijo el ministro en rueda de prensa al anunciar los tíérminos de la reestructuración de deuda que finalizó el martes.
"Estamos solucionando un problema que se generó en 2001", señaló Boudou al hacer referencia al año en que el entonces presidente de Argentina, Adolfo Rodríguez Saá, declaró la cesación de pagos. "El 'default' vino como una consecuencia generada durante tres díécadas de endeudamiento", agregó.
Los bonistas que ingresaron al canje iniciado en abril fueron los tenedores de bonos en cesación de pagos por cerca de 20.000 millones de dólares que no se habían adherido en 2005 a una reestructuración de la abultada deuda que Argentina tenía en "default" desde diciembre de 2001.
En el canje llevado a cabo hace cinco años, el país logró una adhesión del 76%.
De esta forma, el 92,4% de los acreedores ha ingresado a las operaciones de canje realizadas por Argentina en 2005 y en este año, lo que ha permitido una caída del 75% en el volumen de deuda nominal que Argentina había emitido y despuíés declarado en cese de pagos.
"Este porcentaje de aceptación global permite mirar con optimismo" el futuro del país, dijo Boudou al subrayar que el objetivo del gobierno de la presidenta Cristina Fernández es normalizar la situación financiera de Argentina.
Este país aspira a no seguir endeudándose en un futuro a tasas de dos dígitos, pero algunos analistas económicos han puesto en duda que lo pueda conseguir, debido a que consideran que los mercados financieros internacionales no terminan de confiar en el manejo de la economía en Argentina.
Boudou destacó el hecho de que se concretó el canje con una adhesión mayor al 60% de bonistas de países como Italia, Japón y Estados Unidos en un contexto económico internacional adverso, debido a un "colapso del euro del 15 por ciento", la volatilidad de las más importantes bolsas del mundo, la caída global del empleo y los planes de ajuste de algunos países.
El ministro aclaró que en la operación no ingresaron "fondos buitre", o bonistas que ante la justicia reclaman lo que se les adeuda, lo que demuestra "que la oferta no era un regalo" y se basaba en la capacidad de pago de Argentina.
Respecto a los títulos que se emitirán para sustituir a los que están en cesación de pagos, explicó que serán 2.000 millones de dólares en bonos a la Par, 3.500 millones de dólares en Discount y 943 millones en Global 2017, que serán utilizados para pagar los intereses.
La oferta para los acreedores minoristas incluía canjear sus papeles por nuevos bonos a la Par (sin reducciones sobre el capital). Para los tenedores institucionales o grandes acreedores se ofrecía el bono Discount con una reducción del 66,3% sobre el capital adeudado y un bono Global 2017 por los intereses devengados.
Sobre la disposición del gobierno a saldar sus deudas con el Club de París -integrado en gran parte por países europeos que prestaron más de 7.000 millones de dólares- Boudou dijo que se hará cuando más convenga.
"Tenemos una hoja de ruta y vamos buscando los momentos y negociaciones que más le convienen a Argentina", puntualizó.
Añadió que la operación del canje "permite apuntalar el crecimiento económico, de salarios, del empleo, del sistema jubilatorio y la consolidación de un mercado interno muy dinámico que nos permite un 2010 muy positivo".
En ese sentido, indicó para este año está previsto un "piso de crecimiento del 6,8%".