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Autor Tema: La Reencarnación y el Cristianismo  (Leído 1359 veces)

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La Reencarnación y el Cristianismo
« en: Septiembre 21, 2010, 09:14:19 pm »
LA REENCARNACION ERA ACEPTADA POR EL CRISTIANISMO ORIGINAL
 

   Dentro del Cristianismo este concepto ha sido muy mal interpretado en muchas ocasiones, llegando hasta el punto de haber sido declarado anatema (herejí­a) en cierto momento histórico por razones polí­ticas cuando el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. Esto ocurrió a pesar de que el concepto de la Reencarnación se encontraba claramente en La Biblia y era profesado por algunos padres de la Iglesia.

Afortunadamente, gracias a la investigación de muchos historiadores y al descubrimiento reciente de varios documentos históricos que revelan nuevas perspectivas sobre los orí­genes del Cristianismo, hoy sabemos cómo, cuándo y por quíé ocurrió este aparente desacuerdo entre la Teologí­a Cristiana oficial y la doctrina de la Reencarnación. Si la reencarnación era una idea en circulación entre los primeros Cristianos, ¿por quíé ha desaparecido de la religión Cristiana tal y como la conocemos hoy?

Es difí­cil de creer pero quien proscribió el concepto de reencarnación del Cristianismo fue... ¡un emperador romano!

Y lo hizo por propósitos muy mundanos.

A principios del siglo cuarto, las más fuertes facciones Cristianas pugnaban unas con otras por influencia y poder, mientras que al mismo tiempo el Imperio Romano se desmoronaba. En el año 325 DC., en una movida para tratar de renovar la unidad del imperio, el dictador absoluto Emperador Constantino convocó a los lí­deres de las facciones Cristianas en pugna al Concilio de Nicea. El les ofreció lanzar todo su poder imperial a favor de los Cristianos si ellos resolví­an sus diferencias y acordaban un credo único. Las decisiones que se hicieron en este concilio crearon la fundación de la Iglesia Católica Romana. (Al poco tiempo, los libros de la Biblia serian editados y ‘corregidos’ tambiíén). A favor de la unidad, todas las creencias que entraran en conflicto con el nuevo credo serian descartadas; en el proceso las facciones y los escritos que soportaban la reencarnación fueron desechados.

Aparentemente algunos Cristianos continuaron creyendo en la reencarnación aún despuíés del Concilio de Nicea, porque en el año 553 DC. la Iglesia tuvo la necesidad de enfrentar de nuevo el concepto de la reencarnación y condenarlo explí­citamente. En el Segundo Concilio de Constantinopla el concepto de la reencarnación, unido con otras ideas bajo el tíérmino "preexistencia del alma", fue decretado como un crimen merecedor de la excomunión y condenación (anatema).

 En el año 543 de la era presente, el Emperador Justiniano (considerado por los historiadores como el último emperador romano), convocó un sí­nodo en Constantinopla, con el único propósito de condenar las enseñanzas de Orí­genes sobre la doctrina de la reencarnación aunque el pretexto fue otro: Deliberar sobre los "Tres Capí­tulos" de las iglesias disidentes (consideradas por Justiniano como rebeldes y heríéticas) que no se encontraban bajo el poder directo de Roma. Orí­genes era en ese entonces, el más respetado y amado Padre de la Iglesia cristiana original.



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Re: La Reencarnación y el Cristianismo
« Respuesta #1 en: Septiembre 21, 2010, 09:16:38 pm »
El Mandato Imperial contra el Papa

El concilio, conocido tambiíén como el Segundo Concilio Ecumíénico fue presidido por Eutiquio, aspirante al patriarcado de Constantinopla, obviamente sujeto a Justiniano, y contó con la presencia de 165 obispos.

Pero el Papa Virgilio, cuya presencia habí­a sido requerida por el Emperador, se opuso fuertemente al concilio y se refugió en una iglesia en Constantinopla, temeroso de la ira vengativa del malvado Emperador. El Papa no estuvo presente en ninguna de las deliberaciones ni envió representante alguno y por lo tanto, jamás aceptó que la doctrina de la reencarnación fuera proscrita del credo cristiano.

El concilio, bajo el total control del Emperador y en la ausencia del Papa, elaboró una serie de anatemas; unos historiadores dicen que fueron 14 y otros que fueron 15, anatemas que fueron dirigidas intencionalmente en contra de las tres escuelas de pensamiento a las que calificaron como heríéticas, cuyas creencias Justiniano veí­a como enemigas de sus intereses polí­ticos y que tení­an a Orí­genes como su teólogo más respetado. Dichos documentos fueron conocidos, a partir de entonces como "Los Tres Capí­tulos". Dos de los anatemas elaborados por Justiniano, son los siguientes:

1. Quien dijese o pensase que las almas humanas pre-existí­an como espí­ritus y poderes santos pero que llegaron a saciándose de la visión de Dios se tornaron malas y que debido a esto el amor divino dentro de ellas se extinguió y de este modo se convirtieron en almas condenadas a ser encarnadas en cuerpos como castigo, sea anatema.

2. Quien dijese o pensase que el alma del Señor preexistí­a unida a Dios el Verbo antes de la Encarnación y su Concepción en la Virgen, sea anatema.

Muchos de los Padres de la Iglesia Cristiana aceptaban la enseñanza del llamado Cristianismo Esotíérico que defendí­a la verdad sobre la Reencarnación.

"No puse por escrito todo lo que pienso pues hay un cristianismo
esotíérico que no es para toda la gente." San Clemente de Alejandrí­a
(150-220).

"El Alma vive más de una vez en cuerpos humanos, pero no puede
recordar sus experiencias anteriores." Diálogo con Trifo, Justino
Mártir (100-165).

Considerado el Padre de la Ciencia de la Iglesia, Orí­genes (185-254) sostení­a:

"La preexistencia del alma es inmaterial y por tanto sin principio ni
fin de su existencia. Las predicciones de los evangelios no pueden
haberse hecho con la intención de una interpretación literal. Hay un
progreso constante hacia la perfección. Todos los espí­ritus fueron
creados sin culpa y todos han de regresar, por fin, a su perfección
original. La educación de las almas continúa en mundos sucesivos. El
alma frecuentemente encarna y experimenta la muerte. Los cuerpos son
como vasos para el Alma, la cual gradualmente, vida tras vida debe ir
llenándolos. Primero el vaso de barro, luego el de madera, despuíés el
de vidrio y por último los de plata y de oro."

Es en este evento, presidido por un monarca y no por un religioso, que el cristianismo condena la idea de la reencarnación. Pero el poder de Justiniano fue más que suficiente para hacer que su decisión personal de proscribir la reencarnación del canon cristiano prevaleciera por encima de las creencias del mismo Papa. Los sucesores de Virgilio, incluyendo a Gregorio el Grande (590-604), aunque se ocuparon de diversos asuntos que surgieron a partir del Quinto Concilio, no mencionaban en lo absoluto nada acerca de los conceptos de Orí­genes relativos a la doctrina de la reencarnación.


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Re: La Reencarnación y el Cristianismo
« Respuesta #2 en: Septiembre 21, 2010, 09:18:53 pm »
Las Trampas de Un Polí­tico Astuto

Lo que Justiniano hizo, fue forzar la aceptación de su decisión personal a lo que parece ser meramente una sesión de obispos que nunca fue realmente un concilio, ya que no contó ni con la presencia ni con la aprobación del Papa.

Despuíés de todo, ¿quíé obispo podrí­a haberse opuesto a íél y rehusarse a seguir sus órdenes?

Es a partir de entonces que la noción de la reencarnación desapareció del pensamiento cristiano en Europa y muchos creen, todaví­a hasta el dí­a de hoy, que la no aceptación de la reencarnación es un verdadero dogma inspirado.

Todo por la decisión de... un emperador romano.

Es un hecho que algunas sectas Cristianas y escritores aceptaban la reencarnación como una extensión de las enseñanzas de Cristo. Orí­genes de Alejandrí­a, uno de los aclamados Padres de la Iglesia y descrito por San Gregorio como "el Prí­ncipe de la enseñanza Cristiana en el tercer siglo", escribió: "Cada alma viene a este mundo fortalecida por la victorias y debilitada por las derrotas de sus vidas anteriores".

¿Por quíé la Iglesia se esfuerza tanto en desacreditar la reencarnación? El impacto psicológico de la reencarnación puede ser la mejor explicación. Una persona que cree en la reencarnación asume responsabilidad por su propia evolución espiritual a travíés del renacer. El o ella no necesitan sacerdotes, confesionarios o rituales para evitar la maldición (ideas estas que por cierto no son parte de las enseñanzas de Jesús). Esa persona necesita solamente ocuparse de sus propios actos hacia el mismo y hacia los demás. Creer en la reencarnación elimina el miedo al infierno eterno que la Iglesia usa para disciplinar a su rebaño. En otras palabras, la reencarnación directamente socava la autoridad y el poder de la dogmática Iglesia. No es de extrañar entonces que la reencarnación ponga a los Defensores de La Fe tan nerviosos. La Iglesia estaba defendiendo en ese acto extravagante la doctrina del cielo y del infierno y las penas eternas porque centraba más poder en sus manos. Y de esa forma la reencarnación fue proscrita en un de los más graves equí­vocos cometidos por el Cristianismo.

En La Biblia existen suficientes referencias al fenómeno de la reencarnación las cuales permiten argumentar que el antiguo pueblo de Israel conocí­a el concepto e inclusive para algunas de sus sectas la reencarnación era parte esencial de sus creencias, especialmente en sectas como los Esenios y otras que practicaban la Cábala (Kabbalah).

Para los cristianos en particular, las citas más importantes sobre la reencarnación pueden ser encontradas en las propias palabras de Jesús en los Evangelios.

Veamos algunos ejemplos a continuación.

Durante el pasaje de la transfiguración Jesús dice a sus discí­pulos:
Elí­as ya vino, y no lo reconocieron sino que hicieron con íél todo lo que quisieron.
De la misma manera va a sufrir el Hijo del Hombre a manos de ellos.
Entonces entendieron los discí­pulos que les estaba hablando de Juan el Bautista.
- Mateo 17:10-13, Marco 9:11-13, Lucas 9: 33
(Implicando que Juan el Bautista era la reencarnación del profeta Elí­as).

Jesús habla a sus discí­pulos sobre Juan el Bautista:
Y si quieren aceptar mi palabra, Juan es el Elí­as que habí­a de venir.
El que tenga oí­dos, que oiga.
- Mateo 11:14-15
(Explí­citamente declarando que Juan el Bautista es la reencarnación del profeta Elí­as).

A su paso, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento.
Y sus discí­pulos le preguntaron: --Rabí­, para que este hombre haya nacido ciego, ¿quiíén pecó, íél o sus padres?
Ni íél pecó, ni sus padres --respondió Jesús--, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida
- Juan 9:1-3
(Implicando que el hombre habí­a vivido previamente antes de nacer ciego en la presente existencia).



Todos los que empuñen espada, a espada perecerán. (Mateo 26.52)


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Re: La Reencarnación y el Cristianismo
« Respuesta #3 en: Septiembre 21, 2010, 09:22:48 pm »
La Iglesia ha preferido infundir en nosotros el temor al infierno y a la condena eterna, antes que concedernos el conocimiento, indispensable para poder elegir y ser independientes de la obediencia ciega, o de las promesas de entrar en el Paraí­so.


"Muchas otras cosas hay que hizo Jesús, que si se escribieran una por una, me parece que no cabrí­an en el mundo los libros que se habrí­an de escribir."
Juan 21:25.

Se dice que la Biblia no enseña la Reencarnación porque en ella no está escrita esta enseñanza y por lo tanto no existe esa posibilidad. Jesucristo entregó su Enseñanza estratificada para el cí­rculo interno y para el cí­rculo externo, para lo público y para lo privado, como claramente lo destacan estos versí­culos bí­blicos:

"No deis a los perros las cosas santas, ni echíéis vuestras perlas a los cerdos."
Mateo 7:6.

"Porque a vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no se les ha dado...Por eso les hablo en parábolas, porque ellos viendo no miran y oyendo no escuchan, ni entienden."
Mateo 13:11,13.

"Todas estas cosas las dijo Jesús en parábolas al pueblo y sin parábolas no les predicaba."
Mateo 13:34,35.

"A vosotros se os ha concedido saber el misterio del reino de DIOS, pero a los que son extraños todo se les anuncia en parábolas."
Marcos 4:11.

"Con muchas parábolas les predicaba la palabra, conforme a la capacidad de los oyentes y no les hablaba sin parábolas; bien es verdad que aparte se lo descifraba todo a sus discí­pulos."
Marcos 4:33,34.

"A vosotros se os ha concedido entender el misterio del reino de DIOS, a los demás se les habla en parábolas para que viendo no vean y oyendo no entiendan."
Lucas 8:10

A pesar del decreto del 553, la creencia en la reencarnación persistió entre los creyentes de fila. Hicieron falta otros mil años y mucho derramamiento de sangre para borrar completamente la idea. A principios del siglo trece, los Cataros, una devota e iluminada secta de Cristianos que creí­an en la reencarnación, florecieron en Italia y en sur de Francia. El Papa lanzó una cruzada para detener semejante herejí­a, medio millón de personas fueron masacradas, villas completas de una sola vez, y los Cataros fueron totalmente barridos del mapa. Esta purga impuso el tono de la brutal Inquisición que comenzarí­a pronto. No solo la creencia en la reencarnación era causa de persecución, sino cualquier idea metafí­sica que cayera fuera del dogma de la Iglesia.

   Hoy debido a la natural evolución humana y al despertar mental que actualmente sucede, despertar que no es igual para todos dado que hay almas con más y con menos experiencias, la mayorí­a aceptarí­a la reencarnación y otras verdades por inspiración y no por dogma.

 


cristalino23

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Re: La Reencarnación y el Cristianismo
« Respuesta #4 en: Septiembre 22, 2010, 09:05:56 pm »

 hola....Hasta el siglo 7º- la Iglesia Cristiana creia en la reencarnación, fue a partir de ahi cuando
dijo que no habia tal cosa.
Para mi está muy claro que existe, lo que ocurre es que de lo que ahora somos y tenemos, solo una
tercera parte vuelve en la proxima reencarnación, los pensamientos, osea el cuerpo mental, y otros
cuerpos que tenemos, esos se disuelven, se borran.
 El bien trae bien ,el mal trae mal; íél que hace biíén acaba siempre biíén , íél que hace mal, acaba
siempre mal; el biíén y el mal siempre vuelven a su destino de partida, a su origen, ya sea antes o más
 tarde; ya sea en esta reencarnación o en la proxima.........

        Saludos.............