El gobierno británico llevará al cabo una gran revisión del sistema de prestaciones sociales con el objetivo de simplificarlo y de promover la cultura del trabajo frente a la cultura del subsidio, según los planes del Ministerio de Economía.
El titular de Economía, George Osborne, anticipó ayer en una entrevista con el diario "Daily Telegraph" las líneas maestras de este plan, cuyos detalles previsiblemente se conocerán esta semana en la conferencia anual del Partido Conservador en Birmingham.
Empeñado en reducir con urgencia el díéficit público británico, que este año se situó en cerca de 174,000 millones de libras esterlinas (275,181 millones de dólares), el gobierno de coalición de conservadores y liberaldemócratas hizo de la reforma de los servicios sociales un objetivo central.
Osborne está convencido de que se pueden ahorrar miles de millones de dólares con una racionalización de las prestaciones sociales, creando un único subsidio que sirva por igual a los desempleados que buscan un empleo y a quienes reciben ayuda económica del Estado por diversos problemas.
El ministro de Trabajo y Pensiones, Iain Duncan Smith, ya logró "un amplio consenso" en el gobierno para impulsar unas políticas que premien el trabajo y disuadan a los ciudadanos de seguir viviendo de subsidios.