Las cajas tienen para vender más de 25.000 millones en cotizadas
por Michela Romani en Expansión
Las entidades necesitan ingresos para compensar la merma del negocio y cumplir con las exigencias de Basilea III. Los hólding pueden ser una solución para mantener las carteras.
La renta variable sigue siendo el joyero donde las cajas guardan buena parte de sus ahorros para los tiempos malos. A pesar de las múltiples ventas que se han producido desde que empezara la crisis, estas entidades aún tienen participaciones en cotizadas que, a valor de mercado, superan los 25.000 millones de euros, según los cálculos realizados por EXPANSIí“N.
Desde la mayor cotizada del Ibex, Telefónica, hasta las más pequeñas compañías del índice Small Cap, la gran mayoría de las empresas españolas tiene a las cajas entre sus accionistas. Pero la pregunta es hasta cuándo.
Las cajas están inmersas en un profundo proceso de reestructuración y las díébiles perspectivas de la economía española hacen prever que en el medio plazo sus cuentas de resultados están destinadas a encoger. La necesidad de ingresos adicionales es, de hecho, uno de los factores que señalan los expertos como posible impulso para que estas entidades echen mano de sus carteras para hacer caja.
Nerviosismo
Pero tambiíén hay otra razón: el nuevo acuerdo de capitales de Basilea III modifica el tratamiento de las participaciones empresariales en tíérminos de consumo de recursos propios en un sentido que las cajas consideran penalizador. A falta de que se concreten los detalles, el principal cambio de la nueva regulación es que hasta ahora las participaciones industriales de carácter significativo se deducían de los recursos propios computables para el coeficiente de solvencia (es, decir, del numerador del coeficiente).
En Basilea III desparece esa deducción, pero las participaciones se “sobreponderan†en el denominador como un activo de riesgo, según explica el Banco de España. Esta modificación afecta al coeficiente de solvencia de las entidades: no es lo mismo quitar un importe del numerador que sumárselo al denominador.
El presidente de la CECA y de La Caixa, Isidro Fainíé, ha defendido, hace unos días, las inversiones de las cajas, reivindicando el papel que han jugado en el desarrollo económico del país : “Haremos todo lo posible para mantener las participaciones industriales porque son básicasâ€.
Alberto Roldán, director del departamento de análisis de Inverseguros, cree que de aquí a los próximos tres años se producirán muchas desinversiones, ya que para el 1 de enero de 2015 el core capital (recursos de máxima categoría, es decir capital y reservas, sobre activos ponderados por riesgo) tendrá que estar en el 4,5%. Sin embargo, este experto matiza que las ventas se producirán de forma gradual y no afectarán de forma contundente el precio de las cotizadas. Es la idea que prevalece entre las propias cajas: varios directivos sitúan el horizonte de las ventas “en el medio plazoâ€.
Roldán cree que “Las grandes corporaciones industriales están destinadas a desaparecerâ€. Una advertencia que ya hizo hace algún tiempo el ex presidente de la Ceca, Juan Ramón Quintás, quien avisó de que las tendencias de la regulación internacional empujaban hacia el modelo anglosajón, donde las empresas se financian en el mercado y el sector financiero no se implica con la propiedad industrial.
La solución del hólding
En este escenario, parece probable que otras cajas sigan el ejemplo de La Caixa, que ha sacado a bolsa su hólding de empresas cotizadas (Criteria). De esta forma, se evita que las participaciones empresariales consuman capital. Pero esta vía sólo está abierta para aquellas cajas que tengan carteras grandes: en el mercado se habla de Caja Madrid y Bancaja que acaban de conformar un SIP con otras cinco entidades y que, conjuntamente, tienen una cartera (entre cotizadas y no cotizadas) valorada en 5.500 millones. Tambiíén podría ser interesante para el mercado un hólding formado por la unión de las carteras de Caixa Galicia y Caixanova que, por ejemplo, controlan un 25% de Pescanova.