Los dos grandes bancos son los únicos que han reducido su inversión en España en el último año, frente al ligero aumento de la cartera de príéstamos del resto del sector.
Los grandes bancos son los que más están cerrando la válvula del críédito. Y han advertido que el recorte va a más: la economía española necesita reducir deuda, no solicitar más financiación. Santander ha sido el más tajante en su análisis.
Su consejero delegado, Alfredo Sáenz, ha augurado que la financiación seguirá contrayíéndose en los próximos dos años y las cifras del primer trimestre publicadas por el grupo respaldan su diagnóstico: la financiación al sector privado en su red en España cayó un 3,4% entre enero y marzo. En su filial Banesto, mermó un 2,8%.
En el caso de BBVA, su cartera de príéstamos alcanza los 207.500 millones en España, un 0,7% menos que hace un año. La caída de la financiación es más moderada, pero el mensaje es coincidente. El primer ejecutivo, íngel Cano, señaló la semana pasada que la única demanda que aún es fuerte es la de las administraciones públicas, que han encontrado en la banca una vía para solventar la caída de ingresos fiscales.
La financiación bancaria al sector público ha seguido una trayectoria opuesta al críédito privado: a medida que la crisis avanzaba, la concesión de críédito aumentaba a comunidades y corporaciones locales. En los próximos trimestres podría subir en el sector de pymes.
Tirón exterior
La estrategia de los dos grandes bancos no sólo es consecuencia de su convencimiento de que la economía española necesita desapalancarse, sino tambiíén del margen de maniobra que da a sus resultados su importante diversificación geográfica y de su menor dependencia de los beneficios que generan en España. De los 2.108 millones que ha ganado Santander en los tres primeros meses del año, sólo un 13% procede de España. En el caso de BBVA, el porcentaje sube a un 33,7%.
El resto de entidades no cuenta con este margen, lo que explica que, aunque de forma desigual y muy tímida, no haya cerrado el grifo del críédito. Los analistas consultados destacan que el resto de bancos tiene como principal mercado España, por lo que no puedan frenar su actividad crediticia de la misma forma. Supondría paralizar su principal fuente de negocio.
En este sentido destaca Sabadell. El banco de origen catalán aumenta el críédito casi un 11%. La entidad apunta que este aumento está impulsado por el crecimiento del críédito comercial (circulante para empresas), que se incrementa un 13,8%, y los príéstamos con garantía hipotecaria, que aumentan un 8,8% interanual.
En estos datos tambiíén se refleja el efecto de la incorporación de Banco Guipuzcoano en Sabadell. La integración de Caixa Girona tambiíén ha favorecido el aumento del críédito a clientes de La Caixa, que repunta cerca de un 5% en el trimestre.
Otras entidades, como Popular, mantienen casi estancado el críédito a familias y empresas (avanza sólo un 0,5%), pero están experimentando una fuerte actividad en financiación a ayuntamientos y gobiernos regionales. Este tipo de críéditos aumentan en el último trimestre más de un 142%, hasta los 1.133 millones.
Debate
La evolución del críédito ha generado en los últimos meses debate público. De una parte, las entidades, que han vinculado sistemáticamente la sequía a la menor demanda solvente. De otra, el Gobierno, que, al igual que otros actores económicos, ha insistido en que es vital que bancos y cajas vuelvan a hacer fluir el críédito hacia familias y empresas. La Ministra de Economía, Elena Salgado, llegó incluso a anunciar en octubre que iba a pedir informes periódicos a las entidades para controlar la paulatina vuelta a la financiación de las compañías.
í‰ste tambiíén es un punto contemplado en el decreto de solvencia aprobado por el Ejecutivo en febrero. El Ministerio de Economía aseguró que los nuevos requisitos de capital a la banca garantizarían la canalización del críédito financiero hacia la economía real, algo que no se ha plasmado en una normativa concreta.