INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Historias de luchas de poder en la Bolsa española  (Leído 323 veces)

Zorro

  • Administrador
  • Excelente participación
  • *****
  • Mensajes: 88.393
  • Karma: +35/-39
  • Sexo: Masculino
Historias de luchas de poder en la Bolsa española
« en: Junio 04, 2011, 09:47:00 am »
Historias de luchas de poder en la Bolsa española

por Juan Estíébanez en Invertia.com

A rí­o revuelto, ganancia de pescadores. El refrán se ajusta como un guante a las cotizadas españolas envueltas en luchas por el poder. El patrón de comportamiento cuando se produce un intento de control en las empresas es similar: fuerte revalorización de sus acciones en un primer momento, seguido por caí­das si el conflicto se enquista. Los minoritarios deben andarse con cuidado si no quieren verse atrapados: pasado el calentón y la euforia iniciales, la valoración de la empresas vuelve a regirse por sus fundamentales y la acción cae.

Sacyr Vallehermoso llegó a multiplicar por cerca de tres el valor de sus acciones entre agosto de 2010 y abril del presente ejercicio. La positiva evolución de su cotización tiene sus raí­ces en la reestructuración de la mayor parte de su endeudamiento y a dejar atrás los problemas de la refinanciación del críédito vinculado al paquete de Repsol.
 
Pero las acciones de Sacyr Vallehermoso tambiíén se han beneficiado del aumento de participación de Demetrio Carceller y otros socios en el grupo constructor. Sin embargo, tras tocar su máximo en 9,34 euros el 13 de abril, Sacyr ha perdido cerca del 20% en apenas mes y medio.
 
Las desavenencias dentro del consejo han provocado cierto temor entre los inversores. El último episodio es el pulso que Demetrio Carceller y Juan Abelló, que controlan juntos el 25,4% del capital, a la actual dirección de la empresa, encabezada por Luis del Rivero y que junto a Manuel Manrique y Josíé Manuel Loureda, ostenta el 32%.
 
LAS LUCHAS DEL SECTOR ELí‰CTRICO: IBERDROLA Y ENDESA

La entrada de ACS en Iberdrola tambiíén provocó un espectacular efecto rebote en su cotización. La adquisición en octubre de 2006 del 6,3% (ampliado al 10% para el final de año) provocó que las acciones de la elíéctrica se dispararan un 14,5% en un dí­a. Pese a que Florentino Píérez señalara que su interíés era “financiero”, la participación del 35% en Unión Fenosa aumentaron los rumores de fusión entre ambas utilities.
 
Tras cinco años en la elíéctrica, y con una presencia superior al 20%, ACS –que ya no esconde que su intención es algo más que “financiera”- no ha conseguido asiento en el consejo, ya que Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, considera a ACS como competidor en las áreas estratíégicas de su negocio.
 
La dilatación del conflicto finalmente no ayudó a la cotización de Iberdrola. En noviembre de 2011, la elíéctrica acumulaba subidas cercanas al 50% desde la entrada de ACS; sin embargo, su precio actual es casi un 20% inferior al de las primeras compras del grupo que preside Florentino Píérez. La crisis económica se impuso en este caso a cualquier especulación sobre la toma de control de la compañí­a vasca.
 
Pero sin duda el sector energíético tuvo su gran operación en la adquisición de Endesa por Enel. Una historia con final feliz para el accionista. Todo comienza en septiembre de 2005 con la OPA de Gas Natural sobre la energíética presidida por Manuel Pizarro. Endesa se resiste a la oferta hostil de la gasista catalana. Las acciones suben un 10,7% en dos dí­as y valen un 23% más un mes despuíés.
 
Las peleas entre Pizarro y Gabarró mantienen la acción de Endesa en el entorno de los 23 euros. Pero un nuevo actor iba a convulsionar de nuevo el mercado. E.On lanza una OPA en febrero de 2006 que mejora en un 30% la efectuada por Gas Natural. Endesa se dispara y llega a superar los 28 euros, revalorizándose casi un 40% respecto a su situación previa a la llegada de Gas Natural.
 
Nuevamente, sin alcanzar una salida, el precio de la acción se estabiliza e incluso cae a un rango de entre los 25 y 26 euros. La aparición de Acciona, que adquiere un 10% del capital de Endesa en septiembre, relanzarí­a a Endesa hasta los 35 euros por tí­tulo. Acciona provoca alzas del 75% respecto a la cotización inicial. La opa final de Enel y Acciona sobre Endesa fijarí­a un precio de 41,3 euros. Los inversores minoritarios podí­an estar contentos. La puja accionarial duplicó finalmente el precio de sus tí­tulos.
 
Por el contrario, una historia de conflicto que no reportó beneficios a los accionistas fue la vivida en 2005 en el seno de Gamesa entre IBV, corporación participada por Iberdrola y BBVA y Nefinsa, sociedad de la familia Serratosa. Una excepción en las luchas de poder empresarial. Nefinsa, con el 21,3% de Gamesa, votó en abril en contra del informe de gobierno Corporativo del ejercicio 2004 y solicitó más consejeros al entender que estaba infrarepresentada.
 
La situación no llegó a buen puerto y Nefinsa terminó vendiendo su participación en la eólica a finales de septiembre. Las acciones de Gamesa habí­an subido durante la pugna accionarial, pero en un porcentaje similar al del resto de la bolsa. El dí­a de la salida de la sociedad de los Serratosa, la acción de Gamesa cayó un 8,7%, aunque volverí­a a repuntar con fuerza al año siguiente.
 
EL BRUTAL ASCENSO Y CAíDA DE METROVACESA

Metrovacesa, la que fuera la primera inmobiliaria española por capitalización bursátil, llevaba subiendo de manera constante desde 2002, favorecida por la burbuja del ladrillo. Pero fue en 2006, al calor de la lucha accionarial entre la familia Sanahuja y Joaquí­n Rivero cuando la acción de la compañí­a se disparó exponencialmente.
 
La pelea tuvo un precedente que acabó en los tribunales por el uso de información privilegiada: Luis Portillo acordó la venta del 5,66% que poseí­a en Metrovacesa a los Sanahuja y a Rivero. Cuando se conoció el acuerdo, el 2 de enero de 2006, la compañí­a repuntó un 9,4% hasta los 56,1 euros.
 
El 1 de marzo los Sanahuja, que controlaban el 24,3% de la inmobiliaria, lanzaban una OPA en la que ofrecí­an 78,10 euros por acción por el 20% del capital. Ese dí­a, la acción de Metrovacesa se revalorizó un 22% hasta los 76,3 euros. Como suele ser habitual, en los dí­as siguientes el precio de los tí­tulos bajó, en este caso, un 10% en dos semanas.
 
Dos meses despuíés era el presidente Joaquí­n Rivero junto a Bautista Soler quienes lanzaban una contraopa en la que ofrecí­an 80 euros por tí­tulo por el 26% de la compañí­a. Este anuncio apenas elevarí­a la acción un 2,4% en dos dí­as, pero alcanzarí­a su máximo histórico hasta la fecha en 76,5 euros. La lucha por el control de la sociedad habí­a conseguido un incremento acumulado de casi el 50% en poco más de cinco meses.
 
Pero lo mejor estaba por llegar: el fin del periodo de aceptación de las opas llevó la acción hasta los 90,15 euros el 21 de septiembre. El 18 de diciembre alcanzaba su máximo histórico, 134,95 euros, un 163% más que un año antes. A partir de entonces, la estrella de Metrovacesa se fue apagando: la crisis financiera e inmobiliaria y las tensiones entre los accionistas de referencia –pese al acuerdo de división de la compañí­a entre Metrovacesa y Gecina- contribuyeron al desplome de la acción. En la actualidad, la inmobiliaria está en manos de sus bancos acreedores y la acción ronda los 5,4 euros.
 
FCC Y NH HOTELES: COMBATE CONTRA “COMPETIDORES DIRECTOS”

FCC y Acciona vivieron entre 2003 y 2004 una situación similar a la de Iberdrola y ACS. La compañí­a de la familia Entrecanales adquirió el 8,6% de FCC en julio de 2003. FCC subió un 5,5% el dí­a del anuncio. La acción cayó de los 26 euros a los 25,5 euros una semana despuíés.
 
Acciona manifestó desde un primer momento que no tení­a pretensión de alcanzar el control de la compañí­a. Sin embargo, fue elevando su participación hasta el 15,05%, logrado en junio de 2004. Las sucesivas compras de los Entrecanales tampoco contribuyeron a subir mucho el valor de una acción que ya crecí­a al calor de un sector en alza. El rumor de OPA nunca se concreta y la pelea con Esther Koplowitz, máxima accionista de FCC, llega a un punto muerto.
 
Incluso la acción llega a beneficiarse cuando Koplowitz logra parar los pies a los Entrecanales. Tras alcanzar el 15%, Acciona ve como se frena su intento de introducir tres consejeros en FCC, decisión despuíés confirmada por un tribunal. La definitiva salida de Acciona, con la venta de su parte a Inmocaral en diciembre de 2006, impulsa la acción en dos dí­as de 72,6 a 77 euros.
 
FCC habí­a multiplicado por más de 3 su valor durante la presencia en su accionariado de Acciona, aunque más por efecto de la burbuja inmobiliaria que por la lucha accionarial. Dos meses despuíés de la salida de los Entrecanales, FCC tocarí­a su máximo histórico en 83,9 euros. La crisis provocarí­a un fuerte desplome hasta los 21 euros actuales.
 
Más situaciones parecidas: Hesperia y NH Hoteles. El consejo de NH Hoteles rechazó la OPA de Hesperia que ofrecí­a 8,3 euros por tí­tulo por el 26,1% de la compañí­a. Al igual que en el caso sufrido por Iberdrola y FCC, NH Hoteles considera a Hesperia un “competidor directo”. Además, NH considera que su valor era más elevado que el precio ofrecido por Hesperia.
 
Pero lo cierto es que la entrada de Hesperia contribuyó a incrementar el precio de las acciones de NH. El mismo dí­a de la OPA (22 de mayo de 2003), NH subió un 17,7%. Cuatro meses despuíés la revalorización alcanzó el 41% (10,18 euros). Pasada la euforia inicial, el valor llegarí­a a caer hasta los 8,4 euros en agosto de 2004, un precio, en todo caso, superior al ofrecido por Hesperia.
 
Pese al fracaso de la OPA, Hesperia fue tomando posiciones en NH hasta conformar el actual 25% actual que le convertí­a en máximo accionista. El valor de NH Hoteles siguió subiendo, aunque más debido al boom económico que a una pugna accionarial que ya se habí­a estancado. La acción de NH llegó a los 18,2 euros en 2007. La crisis desplomó su precio hasta los 1,86 euros a principios de 2009 para cotizar ahora cerca de los 5,5 euros.
 
PELEAS EN EL SECTOR DE LA ALIMENTACIí“N: SOS Y EBRO FOODS

SOS Corporación tambiíén vivió unas luchas accionariales dignas de un culebrón. Los controvertidos hermanos Salazar presidieron la compañí­a hasta la entrada de Caja Madrid con el 10,5% tras una ampliación de capital en octubre de 2008. Caja Madrid, tambiíén en pugnas con el resto de cajas del accionariado de la alimentaria, terminó imponiendo a Mariano Píérez Claver como presidente. La novela de SOS no ha terminado y el actual máximo mandatario de NH Hoteles sigue en litigios con los Salazar.
 
La pelea de poder en SOS Corporación no ha beneficiado a sus accionistas. El delicado estado financiero de la compañí­a y el hecho de producirse en plena crisis ha provocado un fuerte desplome de la acción. Si bien Caja Madrid, que entró en SOS a 9,25 euros por tí­tulo, vio como la alimentaria subí­a hasta los 12 euros en noviembre, la acción terminarí­a desplomándose. El 2 de marzo caerí­a incluso un demoledor 38,5% tras presentar resultados.
 
Al final, ni otra ampliación de capital, ni la posibilidad de ser comprada por Nueva Rumasa, ni la entrada definitiva de Ebro Foods enderezarí­an el rumbo de la cotización de SOS Corporación, que se mueve en la actualidad en el nivel más bajo de su historia, con un valor de 0,57 euros por tí­tulo.
 
Precisamente Ebro Foods, que ha quedado como la gran compañí­a del sector en España, sí­ se benefició de la reordenación –más que lucha- de su accionariado de control. Ebro habí­a superado la crisis y habí­a subido durante todo 2009. Tras corregir en la primera parte de 2010 –en plena reordenación de activos, venta de Lactalis incluida-, la entrada de la familia March a travíés de Corporación Financiera Alba con el 5,2% el 9 de octubre de 2010 favoreció las alzas. La acción rebotó un 5,65% ese mismo dí­a y llegarí­a a subir el 20% a finales de año.
 
Otras tomas de participaciones de Alba y de otro de los accionistas de referencia, Damn, apenas tuvo incidencia en su cotización. Actualmente Ebro marca 16,3 euros por acción, un precio ligeramente más bajo al alcanzado en diciembre del pasado ejercicio.
 
LA BATALLA DE CEPSA ENTRE SANTANDER Y TOTAL

Cepsa es protagonista de uno de los conflictos accionariales más longevos. La petrolera francesa Total y el Santander compartí­an el control de la compañí­a en relativa paz hasta que el banco que preside Emilio Botí­n lanzó una OPA sorpresa por el 16% de Cepsa. La entidad cántabra intentaba hacerse con el control absoluto de Cepsa para vender luego su paquete a un buen precio, pero la operación le salió cara: los tribunales dieron la razón a Total y los socios terminaron en 2006 por disolver la sociedad Somaen Dos, en la que tambiíén estaba integrada Unión Fenosa, que tení­a una pequeña parte en Cepsa.
 
El anuncio de la OPA a finales de 2003 permitió a Cepsa repuntar un 17,5% ese mismo dí­a hasta los 28,05 euros por acción, superando incluso los 28 euros ofrecidos por el Santander. Pero como viene siendo habitual en estos casos, la no resolución del conflicto paralizó el precio de la cotización, que se movió de forma lateral e incluso bajista durante la primera mitad de 2004.
 
En 2008, el Santander se enredó en conversaciones con International Petroleum Investment Company (IPIC), holding de participaciones energíéticas de Abu Dhabi, para vender su parte. Pese a estar en plena crisis financiera, las negociaciones sostuvieron el precio de la acción en el mercado, que se mantuvo en torno a los 70 euros durante todo el año.
 
El cierre del acuerdo a finales de febrero de 2009 desplomó la acción de Cepsa casi un 50% en dos dí­as: Santander y Unión Fenosa vendieron su 32,5% y 5% a IPIC a 33 euros la acción.
 
LAS LUCHAS QUE NO FUERON EN IBERIA Y BANKINTER

Debido al efecto de revalorización que suelen tener las operaciones de toma de control de una compañí­a, los accionistas de referencia de Iberia como BBVA, Caja Madrid o el Corte Inglíés impulsaron las negociaciones en busca de una buena oferta para la aerolí­nea. Los rumores se desataron en 2007, e Iberia sustituyó a Endesa como el culebrón empresarial del momento.
 
Iberia vivió subidas diarias importantes al calor de las noticias y rumores. La declaración en febrero de 2007 de que el banco custodio State Street Bank poseí­a más del 5% de las acciones impulsó su cotización un 5,3% en un dí­a, si bien los tí­tulos cayeron bastante más los dí­as siguientes. Tras los rumores del interíés de Lufthansa, el fondo de capital riesgo Texas Pacific Group anunció su interíés de lanzar una OPA a 3,60. El precio era inferior al del mercado, pero la acción llegó a tocar en abril los 4,11 euros, un 33% más.
 
Iberia llevaba un tiempo subiendo más que el mercado, ayudada tambiíén por los anuncios de otros posibles pujantes, como Air France, que vendrí­an de la mano de Planeta y Torreal. Pero la llegada de la crisis económica y la prudencia de los litigantes en la valoración de la compañí­a impidieron disparar el precio de las acciones, pese a algunas fuertes subidas y bajadas. Como es sabido, todo acabarí­a en una fusión con British Airways, tradicional accionista de la aerolí­nea española.
 
La última de las pugnas por el control del consejo dentro del sector bancario es la que protagonizaron Críédit Agricole y Jaime Botí­n en Bankinter de forma más o menos soterrada. Críédit Agricole compró el 15% del banco español al inversor indio Ram Bhavnani en noviembre de 2007 a un precio de 13,6 euros. La acción llevaba cayendo desde junio, con el inicio de la crisis subprime y llegó a tocar los 9,68 euros. La entrada de la entidad francesa y la expectativa de lucha con Jaime Botí­n llevó a Bankinter a subir más de un 50% en apenas un mes hasta los 14,6 euros, en un momento en el que las bolsas ya estaban retrocediendo.
 
Pero el combate accionarial nunca se desató y Credit Agricole se conformó con una presencia en la sombra. La acción se desinfló y llegó a perder los 6 euros en julio y en agosto de 2008, lo que significaba una caí­da del 60% desde sus máximos. La crisis se impuso finalmente al rumor corporativo y los inversores optaron por valorar al banco en función de sus fundamentales. La historia de la mayor parte de los conflictos de poder.
 


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.