Italia pisa el acelerador de los recortes para evitar la quiebra. El Gobierno italiano celebró ayer un Consejo de Ministros extraordinario para aprobar, antes de lo previsto, un paquete de reformas y ajustes con el que pretende ahorrar 24.000 millones de euros. La mitad se espera conseguir recortando gastos y el resto aumentando ingresos.
La urgencia para adoptar nuevas medidas era patente. El jefe del Ejecutivo, Mario Monti, aseguró el sábado, tras un encuentro con agentes sociales, que "quizá alguno no lo haya comprendido, pero a Italia le quedan pocos meses de vida si no intervenimos rápido".
La batería de medidas incluye un aumento de dos puntos en el IVA (hasta el 10% en el tipo reducido y el 23% en el tipo normal), un incremento en los tramos altos del impuesto de la renta (IRPF) y una ampliación de la edad mínima para cobrar la pensión de jubilación.
El decreto tambiíén contempla una tasa patrimonial sobre la segunda y tercera propiedad inmobiliaria y la reintroducción del impuesto sobre bienes inmuebles a la primera vivienda, con una cuota esta última que todavía tiene que ser establecida.
El plan prevíé tambiíén la liberalización de todos los obstáculos para la apertura de nuevos negocios comerciales y abolirá cualquier límite de horario y de día de apertura, que hasta ahora estaban reservadas para las zonas turísticas.
Con este paquete, el Gobierno italiano espera alcanzar el equilibrio presupuestario en 2012.
Ante la dureza de las medidas, el presidente, Giorgio Napolitano -quien promovió la salida de Silvio Berlusconi del poder y la llegada de Mario Monti-, ha tratado de tranquilizar a los partidos de izquierda. "Haremos sacrificios", ha dicho, "pero Italia repartirá.
Tasa sobre el lujo
El decreto incluye un nuevo impuesto sobre coches de lujo (con una cilindrada de más de 2.300 centímetros cúbicos), embarcaciones de lujo (90.000 registradas en Italia), ultraligeros (10.000) y las villas (35.000) y los inmuebles señoriales (36.000).