Red Elíéctrica de España (REE) y su homóloga francesa RTE darán en mayo el pistoletazo de salida a la construcción de la nueva interconexión elíéctrica entre España y Francia, retrasada por la reticencia gala. El proyecto favorecerá la inclusión de la eólica en el sistema elíéctrico.
La isla energíética que es España encontrará a partir de 2014 una nueva conexión con el resto del continente europeo de la mano de la vecina Francia y de la nueva interconexión elíéctrica que ambos países sellaron en 2008. Casi cuatro años despuíés del acuerdo entre los Gobiernos de Josíé Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarzkoy, la empresa Inelfe, una sociedad mixta creada ese mismo año entre Red Elíéctrica de España (REE) y su homóloga francesa Ríéseau de Transport d'í‰lectricitíé (RTE), construirá la línea de 63,5 kilómetros, 31 en España y 33,5 en Francia, que permitirá duplicar la capacidad de intercambio de electricidad entre ambos países, que hoy solo cuenta con 1.400 mevagatios.
La inversión de la nueva línea alcanza 700 millones de euros, de los cuales 225 millones corresponden a la Unión Europea.
Ambas empresas, sobre todo la española, que dirige Luis Atienza, consideran el proyecto "de una importancia capital, la infraestructura más importante de esta díécada", según explicó ayer el director del proyecto, Lluís Piní²s, en Figueras, donde ya está en marcha la tuneladora gigante que se abrirá paso a travíés del monte Albera hacia la frontera gala para la instalación de los dos cables que llegarán hasta la localidad francesa de Baixas. La española Dragados y la francesa Eiffage son las empresas concesionarias de la construcción del túnel, por un valor de 100 millones de euros.
La nueva línea permitirá intercambiar hasta el 6% de electricidad (aún lejos del 10% que se ha impuesto la Unión Europea), atar la seguridad en el suministro y dar más cabida a las renovables, sobre todo a la eólica española, que hoy se desperdicia en los días de mucho viento por no tener capacidad de entrar en el sistema de forma segura. Cuando esto sucede, los aerogeneradores se desconectan de la red.
Pese a la moratoria sin calendario que el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy ha dictado sobre las primas a la energía del viento y la reducción en los objetivos de potencia instalada en el Plan de Energías Renovables para 2020, la nueva línea de conexión con Francia asegura el máximo provecho de los 21.000 megavatios de potencia instalada actualmente en España y que seguirán creciendo, aunque a menor ritmo.
Desde Red Elíéctrica se insiste en que la nueva línea favorecerá además una integración más fuerte de los mercados de electricidad, "lo que permitirá ajustar los precios de la energía elíéctrica entre la península Ibíérica y el resto de Europa".
Soterrar el trazado, clave para obtener luz verde
La reticencia de Francia a la construcción de esta nueva interconexión, que llega 30 años despuíés de la última que se tejió entre ambos países, se debía no solo a que para el país galo no era tan acuciante, protegido por la mallada red de sus vecinos europeos. En los varios retrasos que ha sufrido el proyecto ha sido clave el rechazo de los municipios del sur de Francia que debían albergar la línea, porque amenazaba su paisaje, en plenos Pirineos.
La solución llegó cuando el mediador para la Unión Europea, Mario Monti, decidió soterrar el trazado y evitar así el impacto paisajístico. La línea viajará bajo zanja en paralelo a la autopista y a la vía del AVE en parte del trayecto de la parte española. Esconder el trazado ha supuesto desarrollar una línea en corriente continua (y no en alterna, como suele hacerse en este tipo de proyectos) que cuenta con dos estaciones de última tecnología para realizar la conversión entre alterna y continua.