El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) se quedará sin recursos para financiar los grandes rescates bancarios. Cuenta con fondos justos para sufragar las subastas pendientes de Unnim y Banco de Valencia, lo que deja dudas sobre cómo se abordará la financiación de los saneamientos de Catalunya Caixa y Novagalicia si no encuentran inversores privados.
El Gobierno ha dejado claro su deseo de utilizar el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) como vehículo para respaldar los esquemas de protección de activos que previsiblemente acompañarán las compras de entidades intervenidas o nacionalizadas, tal y como ocurrió con la adjudicación de CAM a Banco Sabadell. La pregunta es si cuenta o no con recursos suficientes.
Las ayudas millonarias destinadas al rescate de CAM (5.249) han secado los fondos disponibles de esta hucha que van llenando anualmente las propias entidades para garantizar los depósitos de sus clientes. El pasado octubre el anterior Gobierno preparó el camino para que los contribuyentes no se hicieran cargo del saneamiento del sector financiero y para ello decidió fusionar en uno los fondos de garantía de bancos, cajas y cooperativas. A su vez, el pasado diciembre obligó a las entidades a multiplicar sus aportaciones al FGD al elevarlas del dos al tres por mil de los depósitos. La idea era que con los 6.600 millones con los que nacía el fondo y las aportaciones anuales se sufragaran las ayudas al sector.
El problema es que los números no salen. Descontadas las ayudas a CAM y una vez sumadas las aportaciones anuales que realizará el sector -este mes el fondo se reforzará con unos ingresos cercanos a los 2.000 millones-, el FGD contará con alrededor de 3.000 millones de euros para financiar las operaciones pendientes. Fuentes oficiales aseguran que el FGD cuenta con fondos suficientes para sufragar las subastas de Unnim y Banco de Valencia, es decir, los blindajes que solicitarán los compradores para no sufrir el agravio comparativo respecto a la adjudicación de CAM. Pero no queda tan claro si el FGD podrá financiar el resto del saneamiento del sector financiero.
Catalunya Caixa y Novagalicia tienen hasta finales de septiembre para encontrar inversores privados que entren en el capital para sustituir al FROB. Si bien hay margen hasta octubre la duda está en ver cómo podrá captar más fondos en caso de necesidad puesto que estas dos entidades son de mayor tamaño. Además, su regreso al capital privado debe garantizar que el Estado vende el capital que adquirió en estas dos entidades al mejor postor y con el menor perjuicio posible, lo que hace necesario el míétodo de la subasta.
El Fondo de Garantía de Depósitos se puede financiar por tres vías. Mediante las aportaciones anuales de las entidades, por derramas que realice el fondo a las entidades o mediante recursos captados en el mercado de valores, príéstamos u otras operaciones de endeudamiento.
Las aportaciones anuales en forma de derrama son una opción que se baraja, si bien tiene tambiíén un límite dada la difícil situación del sector y las crecientes exigencias tanto de capital como de provisiones. Un príéstamo del FROB a devolver en varios años tampoco se puede descartar, si bien fuentes financieras ven quizá posible el endeudamiento del FGD con cargo a las aportaciones futuras, una opción que ya quedó establecida en los cambios aprobados con la reforma financiera.
Así, la principal novedad en lo que al FGD concierne es que las derramas se "registrarán como patrimonio una vez sean acordadas", según se explica en el BOE. Es decir, bastará que se acuerde la petición extra de recursos a la banca para dar por ampliado el fondo. "Da la sensación de que el cambio es para que una vez que se tome la decisión de exigir derramas estas estíén ya registradas como patrimonio para facilitar la financiación del FGD en el mercado", explican fuentes financieras. En otras palabras para que el sector pueda captar recursos del mercado a tipos más favorables, una vez ampliada, aunque sea por anticipado, su dotación. Esta fórmula permitirá además aspirar a un rating, recomendable para abordar emisiones en el mercado, que no se vea penalizado en exceso por los riesgos del sector financiero
Diferente será ver el resultado del pulso que mantendrá el ministerio de Economía con el sector financiero para poder aprobar aportaciones adicionales. Las derramas deben recibir el visto bueno de dos tercios de la comisión gestora del FGD, compuesta por 12 miembros, seis de los cuales son institucionales y el resto representan al sector bancario.
El grado de aceptación que tiene este tipo de deuda en el mercado tambiíén está por ver puesto que al fin y cabo se trata de riesgo bancario.
524 millones más este año por CCM
Caja Castilla La Mancha (CCM) fue la primera entidad financiera española en ser intervenida tras el comienzo de la crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Aunque la caja fue adjudicada en un proceso de subasta a Cajastur (integrada ahora en el grupo Liberbank), las píérdidas provocadas por sus inversiones en el ladrillo todavía siguen deteriorando las cuentas del Fondo de Garantía de Depósito (FGD).
Según se desprende de la memoria del fondo del pasado ejercicio, este organismo desembolsó 510 millones en 2011 para cumplir con el esquema de protección de activos (EPA) que obtuvo Cajastur cuando tomó el control de CCM. A lo largo de 2012, el FGD de las cajas deberá pagar 524 millones más para cubrir los saneamientos del nuevo Banco CCM. La estimación que el grupo ha realizado del volumen global de píérdidas a las que deberá hacer frente el FGD es de 1.621 millones.
Para compensar en parte la inyección de recursos del fondo, la caja manchega le cedió su cartera industrial. Sin embargo, en los dos ejercicios que han transcurrido desde que se quedó con las participadas de CCM no ha podido realizar ninguna desinversión importante y, además, ha ido acumulando importantes minusvalías. Inversiones como El Reino de Don Quijote (12,8%), el aeropuerto de Ciudad Real (30,36%) o Tranvía de Parla (15%) y, especialmente, Midamarta (la filial inmobiliaria de la caja manchega) suponen una losa para el fondo, que en octubre de 2011 se fusionó con el fondo de los bancos y el fondo de las cooperativas de críédito.
Midamarta ha tenido que realizar recientemente una operación acordeón, que conlleva una reducción de capital por 141 millones de euros, según se recoge en el Registro Mercantil.
¿Y si empeoran los resultados de CAM?
¿Quíé ocurrirá con el FGD si los resultados de CAM se deterioran en exceso? La entidad perdió 2.713 millones de euros el pasado ejercicio, cuando hasta septiembre reconocía unas píérdidas de 1.731 millones de euros.
El esquema de protección de activos que acompañó a la adjudicación de CAM cubre una cartera crediticia problemática de 24.000 millones de euros. El FGD asumirá el 80% de las píérdidas derivadas de esta cartera durante 10 años y Sabadell el 20% restante. La consultora Ernst & Young cifra en 5.500 millones las píérdidas que sufrirá CAM en los próximos 10 años. De este montante, cerca de 4.000 millones se cubrirán con provisiones, pero el FGD debería asumir el 80% de los otros 1.500 millones, es decir, una factura de al menos 1.200 millones. Por ahora hay dinero, pero como haya más rescates y más EPA la presión para el fondo solo irá en aumento.
Aportaciones
El pasado mes de diciembre el anterior Gobierno aprobó aumentar las aportaciones anuales al FGD del dos al tres por mil. Esto obligará a la banca a aportar unos 800 millones más al año, lo que elevará los ingresos anuales a entre 1.600 y 2.000 millones.