La Comisión Europea (CE) recomienda subir la edad de jubilación, suprimir prejubilaciones y suscribir planes privados de pensiones pese a su mayor vulnerabilidad en un contexto de crisis. Advierte de que las pensiones públicas "serán más bajas en el futuro".
El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Laszlo Andor, ha presentado hoy su Libro Blanco sobre pensiones, "un documento destinado a hacer frente al desafío que supone el envejecimiento de la población en el actual contexto económico", marcado por los altos niveles de desempleo y los ajustes presupuestarios.
En el documento, Bruselas encarece a los países comunitarios que tomen "medidas adicionales" para alargar la vida laboral de sus ciudadanos, ya que la extensión de la edad legal de jubilación "no es suficiente" para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones.
El comisario ha subrayado que las reformas que han llevado a cabo la mayoría de los Estados miembros, entre ellos España, reducirán la cuantía de las pensiones en el futuro. Por ello, ha aconsejado que los ciudadanos "suscriban planes de jubilación privados complementarios para completar sus ingresos tras la jubilación, pese a admitir que estos planes son vulnerables a crisis financieras como la actual". El Libro Blanco anima a los interlocutores sociales a crearlos y a los Estados miembros a mejorar los incentivos fiscales y de otros tipos.
El Ejecutivo comunitario reclama seguir retrasando la edad de jubilación en línea con la esperanza de vida, en línea con la decisión de postergar el retiro a los 67 años, como ya han hecho varios socios. Pretende, además, restringir el acceso a la jubilación anticipada y eliminar las diferencias entre hombres y mujeres en materia de pensiones.
En el documento de recomendaciones se pide que empresarios y organismos promuevan un envejecimiento activo y sugiere recurrir al fondo social europeo para que los trabajadores de más edad puedan acceder al empleo en vez de pensar en jubilarse. "Muchas reformas ya adoptadas significarán pensiones más bajas en el futuro para compensar que la jubilación será más larga y que habrá menos trabajadores. Aparte de acumular más derechos de pensión trabajando más tiempo, mucha gente puede querer ahorrar más para su pensión en sistemas complementarios", explica Andor, en un comunicado.
Más seguridad en planes de pensiones
La CE adoptará medidas para mejorar la seguridad de las inversiones en planes de pensiones. Por ejemplo, revisará la directiva sobre fondos de pensiones de empleo y mejorará la información a los consumidores. De hecho, Bruselas admite que "la crisis ha puesto de relieve de la vulnerabilidad de los sistemas de pensiones financiados a crisis financiaras y turbulencias económicas".
Finalmente, la Comisión protegerá a travíés de legislación, los derechos de pensión de los ciudadanos que se desplacen para facilitar la movilidad de los planes de pensiones complementarios protegiendo. Hasta ahora, los Estados miembros han rechazado aprobar una norma de este tipo.
El paro en España, traba para los pensionistas
Respecto a España, Andor ha recordado que el paro es "el mayor problema" que deberá resolver para garantizar el futuro del sistema de pensiones, una vez aplicada la reforma. España "ha aplicado una reforma (de pensiones) que debería ser sostenible, sobre todo teniendo en cuenta que este país tiene una de los mayores esperanzas de vida de la UE", ha señalado.
Nuestro país afronta el futuro de las pensiones "desde un buen punto de partida según el punto de vista demográfico", pero tiene "el peor punto de partida de la UE" si se tiene en cuenta "el problema del desempleo". Por eso, la situación de España es "muy difícil" en lo que se refiere a la participación en el mercado laboral y la contribución al sistema.
Cifras descorazonadoras
La CE recuerda que los pensionistas constituyen ya el 14% de la población de la UE (120 millones), en particular debido a que los nacidos del 'boom' de natalidad empiezan a alcanzar la edad de jubilación y el número de trabajadores en la edad laboral principal está descendiendo. En 2008, por cada ciudadano de la UE de 65 años o más había cuatro personas en edad de trabajar (15-64 años). De aquí a 2060, esta relación bajará a dos personas en edad de trabajar por cada ciudadano de sesenta y cinco años o más.
El impacto del envejecimiento demográfico se ha visto agravado aún más por la crisis económica. Las pensiones ya representan un porcentaje muy alto del gasto público: una media del 10% del PIB en la actualidad, que posiblemente llegue hasta el 12,5% en 2060.
No obstante, el gasto en pensiones públicas, que oscila desde el 6% del PIB en Irlanda al 15% en Italia, pone de manifiesto que, si bien los países afrontan problemas demográficos similares, persisten muchos desequilibrios.
La crisis afecta a los planes de pensiones basados en un sistema de reparto a travíés de la caída del empleo y el consiguiente descenso de las cotizaciones, mientras que los planes de capitalización se ven afectados por la caída del valor de los activos y la bajada del rendimiento, según recuerda Bruselas.