La economía mundial tiene hoy tres grandes problemas. Los principales países no crecen y, si lo hacen, avanzan a un ritmo muy díébil o insuficiente. La mayoría arrastra una gran cantidad de deuda total que no podrá pagar. Y, buena parte de los Estados, acusan una gran falta de expectativas.
Como el modelo actual está en crisis, se está transitando hacia otro diferente. Pero el economista Santiago Niño Becerra discrepa de las decisiones que están tomando muchos países para avanzar hacia un nuevo estadio.
"Ese otro nuevo modelo, pienso, no va por el lugar que están reclamando ciertos partidos políticos o que ya está aplicando algún Gobierno", señala en su blog de La Carta de la Bolsa. Y se refiere, en concreto, al hecho de redistribuir renta gravando fiscalmente mucho más las rentas altas que las bajas a fin de compensar la caída que la crisis está provocando en la recaudación fiscal.
¿Por quíé?, se pregunta el economista. "Porque si a un rico se le suben los impuestos el mosaico de legislaciones fiscales existente en el mundo permitirá que, pura y simplemente, se vaya a otro sitio con sus megarentas". Para que esta medida funcionase, piensa, los principales países del mundo deberían ponerse de acuerdo en aplicarlo de forma homogíénea y obligar a los demás a que lo aplicaran caso de no querer hacerlo.
"¿Ingresos fiscales?, pienso que hay que empezar por los gastos", precisa. En este sentido, propone hacer una lista de todo lo que se gasta y uno a uno investigar si este gasto se hace de forma eficiente. Propone además, preguntarse si ese gasto es esencial o es prescindible. "De ahí saldrá un porrón de pasta".
Becerra añade, además, que se sigue creyendo que lo bueno es el gasto y a lo que hay que perseguir es al ingreso. "Pero con el nuevo modelo eso ya no es cierto. Recuerden: los recursos son escasos y hay que analizar muy bien en quíé y como se emplean", alerta.
"Subir los impuestos directos a los ricos no resolverá los problemas". Ni el PIB va a aumentar casi por ello, ni las deudas totales a pagar van a disminuir, ni las expectativas van a cambiar de signo, sentencia el catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull. "Pienso que hay que poner el acento en eso y no en los impuestos que pagan las rentas altas", concluye.