El capital de Banco Popular se ha movido en un momento crucial para la entidad que preside íngel Ron. Dos socios de referencia del grupo como la Sindicatura de Accionistas y Americo Amorin, además de la única consejera del banco, Helena Revoredo, han vendido acciones por valor de cerca de 20 millones de euros en las últimas semanas, cuando los analistas ya habían puesto negro sobre blanco la posibilidad de que el banco necesitara ayudas y tuviera que cancelar el dividendo. La volatilidad del banco en bolsa ha sido aprovechada por estos accionistas, que históricamente han demostrado un compromiso absoluto con el banco, para hacer caja.
Las operaciones se produjeron antes del veredicto de Oliver Wyman. La consultora ha detectado un díéficit de capital de hasta 3.223 millones. En este escenario que obliga al banco a una ampliación de capital de hasta 2.500 millones de euros con un fuerte descuento –podría alcanzar el 50%- sobre el precio de mercado -la acción bajó ayer un 6,17% hasta los 1,59 euros- las ventas han marcado la pauta. Tanto Americo Amorim como la Sindicatura, dos de los accionistas de los que se espera un sí inequívoco al aumento de capital, dieron continuidad el mes pasado a las ventas realizadas en agosto.
Durante todo el año, la Sindicatura ha realizado continuas operaciones de ‘trading’ en el valor, tratando de aprovechar la enorme volatilidad del banco, que desde los máximos de febrero a 3,68 euros, ha protagonizado un enorme desplome hasta los mínimos de 1,25 euros a finales de julio. Una caída que propició un gran rebote del 18,6% en agosto.
En el último tercio de ese mes, en plena subida, la Sindicatura se deshizo de 349.042 acciones a precios situados entre los 1,72 y los 1,78 euros. En septiembre, las ventas han tenido continuidad a pesar de la corrección de la cotización y la Sindicatura se ha deshecho de otros 75.681 títulos que dejan su participación en el 9,65%.
Esta cifra es el saldo neto vendedor del accionista, que ha alternado las compras con las ventas en una actividad de trading no habitual en ninguno de los inversores de referencia de la entidad. En cualquier caso, desde la propia entidad se asegura que a pesar de estas últimas ventas el año deja un saldo comprador de 15 millones de acciones para la Sindicatura. Popular asegura que los tres accionistas que se han desprendido de títulos "tienen un compromiso total con la entidad y contamos con su apoyo para la ampliación de capital".
Amorim, conocido en Portugal como el ‘rey del corcho’, es con diferencia el mayor vendedor de títulos del banco en las últimas semanas. El mayor accionista individual del grupo soltó en agosto una cantidad de papel sin precedentes desde que desembarcó en el capital del banco.
Tras la venta de 8,5 millones de títulos entre el 28 y el 31 de agosto a un precio entre los 1,76 y los 1,80 euros por acción, el empresario luso colocó otros 1,3 millones de acciones en el arranque del mes pasado. En total, ha vendido por valor de 17,5 millones de euros.
Su participación en el banco se ha reducido al 4,14%, claramente por debajo ya del 4,5% adquirido hace nueve años a cambio de su paquete de control en el Banco Nacional de Críédito (BNC) portuguíés en una operación valorada en 390 millones de euros. Hoy, su paquete de acciones vale 135 millones de euros.
Antes, a primeros de julio –la operación fue comunicada el pasado 20 de septiembre- Helena Revoredo, segundo accionista individual del consejo con un 0,29%, se desprendió de las 286.336 acciones que recibió el mes anterior de la autocartera del banco. Este desembolso en acciones sustituyó el habitual pago del dividendo complementario de la entidad