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Autor Tema: El informe “Doing Budines 2013″ penaliza la integración latinoamericana…  (Leído 432 veces)

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Por… Annalisa Melandri



Según el reciente informe Doing Business 2013, dado a conocer hace algunas semanas por el Banco Mundial (BM) y por una de sus agencias, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglíés), no son pocos los paí­ses latinoamericanos y del área del Caribe que se posicionan entre las economí­as mundiales donde es mas difí­cil y arriesgado realizar negocios.
El informe analiza una lista de 185 paí­ses en donde Honduras se posiciona al lugar 125, seguido por Brasil (130) Ecuador (139), Bolivia (155) Suriname (164) Haití­ (174) y Venezuela casi último al puesto 180.
Honduras es precedido por Argentina (124), Nicaragua (119), Republica Dominicana (116), El Salvador (113), Costa Rica (110) y Guatemala (93).
Entre los paí­ses de Amíérica latina y central que son considerados positivamente por los inversionistas extranjeros y donde es más fácil “crear empresa”, según el informe, se encuentran sin duda Colombia al puesto 45 y Perú al puesto 43, uno por encima de España.
El rol de lí­der en la región desde hace algunos años le pertenece seguramente a Chile que encontramos a la posición 37 de 185.

¿Pero sobre cuáles parámetros se funda el informe? “Doing Business” quiere dar un cuadro total de la calidad del business environment a nivel global y se fundamenta en el estudio de la aplicación de las diferentes regulaciones aplicadas por las economí­as nacionales y requeridas al momento de crear una empresa y el efecto que estas tienen en la mayor o menor incentivación a las inversiones, con una mirada privilegiada hacia las formas de protección de la propiedad privada. En pocas palabras, la clasifica del “Doing Business” nos informa donde es más conveniente hacer negocios y donde es conveniente renunciar.

En el informe se analizan las regulaciones aplicadas a 10 fases de la vida empresarial de una compañí­a, desde su start up hasta su liquidación: apertura de una empresa, permisos de construcción, obtención de energí­a elíéctrica, registro de propiedades, acceso al críédito, protección de inversores, carga tributaria, operaciones de aduana, cumplimiento de contratos, resolución de la insolvencia.
Una visión muy neoliberal del “hacer negocios” que premia los paí­ses donde las regulaciones estatales son muy reducidas o casi inexistentes, es decir donde los Estados dejan libres los mercados de regularse por sí­ mismos según el paradigma de la ideologí­a liberista.

La ví­a de las nacionalizaciones, de las reformas progresistas del trabajo, de las polí­ticas de reglamentaciones de precios y de aranceles aduaneros para favorecer las producciones nacionales, de la autonomí­a de los Estados nacionales contra la dependencia económica de los grandes organismos internacionales (maniobrados por Wall Street) seguramente no les apetecen al Banco Mundial, a la Corporación Financiera Internacional y menos aún al Fondo Monetario Internacional.
El “Doing Business”, indicando año por año las reformas que representan un incentivo a las inversiones y solicitando revisiones a las que las necesitan, empuja los paí­ses a la aplicación de normas dirigidas a la liberalización de los mercados, paralelamente a los ajustes estructurales periódicos que en ellos propone/impone el Fondo Monetario Internacional. El informe puede considerarse a todos los efectos un instrumento del “Washington Consensus”, es decir, el paquete de directivas económicas que según un estudio de 1989 del economista británico John Williamson, tení­a el objetivo de fijar el modelo liberista de desarrollo y que fue aplicado rí­gidamente en Amíérica latina y central en los años siguientes.

El fracaso de ese paradigma es evidente ahora más que nunca: el “desarrollo” así­ estructurado ha llevado a la concentración de capitales y recursos en las manos de pocos y poderoso grupos económicos, frecuentemente extranjeros, con un aumento exponencial en toda la región en el curso de la díécada de los ’90 y por lo menos hasta el principio del nuevo siglo, de los í­ndices de pobreza y pobreza extrema, aumento que ha ido de paso con el aumento de la deuda externa contraí­da por los paí­ses de la región con las economí­as del Norte y con el FMI.
La crisis en la región estalló en toda su dramaticidad en Argentina entre finales del ’90 y el principio del 2000 y provocó el colapso de la economí­a del paí­s, declarado finalmente en default en noviembre de 2001.

Argentina con un gran esfuerzo, sobretodo colectivo, logró recuperarse bajo la presidencia de Níéstor Kirchner, (2003–2007), quien renegoció a condiciones seguramente más favorables para el paí­s el contrato y los pagos con el FMI. La “guerra” entre el FMI y Argentina sin embargo aún sigue hoy en dí­a, justo algunos dí­as atrás el organismo internacional ha amenazado la expulsión del paí­s.

La mandataria argentina es ahora Cristina Fernández de Kirchner, quien en polí­tica económica por algunos aspectos, se puede considerar hasta más radical de su esposo Níéstor, fallecido en 2010.
La nacionalización de sectores claves de la economí­a, como el petrolero, un siempre mayor control por parte del gobierno sobre los bancos, el salario mí­nimo garantizado, son evidentemente todas medidas poco gratas a los centros financieros y económicos internacionales. Recordamos hace apenas algunos meses la crisis entre Argentina y España por la nacionalización de la YPF a detrimento de la española REPSOL.

Lo que tiene en fibrilación la finanza mundial y los organismos que la maniobran, son las polí­ticas llevadas a cabo por los gobiernos progresistas de la región reunidos en el Mercado Común del Sur, (MERCOSUR), en la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra Amíérica (ALBA) y en la reciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), polí­ticas dirigidas a una siempre mayor integración sea en lo económico pero tambiíén en lo polí­tico y cultural.
Observando por ejemplo los paí­ses que pertenecen al ALBA (el organismo que lleva en sí­ una huella ideológica antiimperialista más definida) o sea Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Dominica, Saint Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, vemos que casi todos, menos Antigua y Barbuda (al lugar 63) y Saint Vicente y las Granadinas (lugar 75), que sin embargo son miembros tambiíén de la Mancomunidad de Naciones, se encuentran al fondo de la lista redactada por el “Doing Business”.

Tambiíén en el caso de Brasil, el coloso latinoamericano miembro del G20 y sexta economí­a mundial, la llave de lectura se su mí­sero lugar 130 en la clasifica puede ser la misma del caso argentino. El gigante amarillo ha siempre apuntado más sobre la integración regional que sobre los tratados “made en USA”.
Parece evidente entonces porque Venezuela, con sus posturas más radicales y verdadera espina clavada en el flanco de Washington, que bajo el liderazgo de Hugo Chávez dese 2001 se ha encaminado en la ví­a del socialismo, se encuentra al fondo de la clasifica de los paí­ses donde es más conveniente hacer negocios.
Chile y Colombia según esa misma clasifica, son verdaderos paraí­sos para los inversionistas extranjeros en Amíérica latina. Fácil entender las razones.

Chile representó el laboratorio liberista en la región desde los años ’70, cuando el golpe de estado fondomonetarista y la dictadura de Pinochet dejaron campo libre a los “Chicago Boys” (economistas chilenos que se formaron a la universidad de Chicago bajo la guí­a del ultraliberista Milton Friedman) quienes fueron contratados por el ríégimen militar para implementar medidas económicas basadas en las privatizaciones y el libre mercado, cancelando completamente las reformas de molde socialista que estaba llevando adelante el gobierno de Salvador Allende.

Colombia, no obstante sea un paí­s martirizado por medio siglo de conflicto armado y no obstante sobre los varios gobiernos (sobretodo el del ex presidente ílvaro Uribe) pesan las denuncias de violaciones de derechos humanos, ha invertido muchí­simo en reformas para atraer los inversionistas extranjeros y la promoción de sus recursos naturales y del turismo. Colombia se configura además como punta de lanza del imperialismo militar estadounidense en la región. En el comunicado de prensa difundido para presentar el “Doing Business 2013” se lee que “Colombia sobresale en la región como la economí­a que más ha hecho para mejorar el entorno regulatorio durante este periodo”.
Desde más de 7 años al víértice de la clasifica como mejor paí­s donde invertir dinero y donde es más fácil crear una empresa se encuentra Singapur seguido por Hong Kong, Nueva Zelanda y Estados Unidos.

Fuente: L’Indro


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
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