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Lady Gaga no ha viajado demasiadas veces a Madrid, pero cuando lo ha hecho ha sido para dejar historias para el recuerdo. La artista ha ido a Fama, ¡a bailar! con Paula Vázquez, estuvo de paseo en coche con Jordi Cruz mientras grababan Número 1 y levantó todo Leganés en el Primavera Pop de LOS40 en 2009, además de pasar en una única ocasión de gira con su Monster Ball Tour. Y en esta última aprovechó para hacerse una corta escapada a... Boadilla del Monte.

Pero que acabara allí no fue una casualidad, porque como no podía ser de otra manera, la neoyorquina fue allí a trabajar. Corría el año 2010, y la intérprete de Bad Romance seguía cumpliendo a rajatabla la gira más ambiciosa de su carrera, cuya magnitud nunca volvería a repetir: 98 fechas con inicio en Montreal y final en México; y momentos que han quedado para la historia de la iconografía pop para siempre. Su cita con los madrileños era un 12 de diciembre en el WiZink Center, conocido aún como Palacio de los Deportes por aquel entonces.

Acababa de llegar de Lisboa, y aún tenía unos días hasta sus dos conciertos en Londres. Es vox populi que Born This Way fue un disco compuesto y grabado durante la gira previa a su lanzamiento —algo que refuerza el concepto de ser un regalo hecho para sus fans, los Little Monsters—; y de hecho, aprovechó su breve estancia en la capital española para seguir trabajando en él junto al productor predilecto de sus inicios, RedOne.

Por ello mismo fueron hacia Boadilla, a la urbanización de Las Lomas, donde el productor ya conocía unos estudios de grabación de referencia de todo el país: PKO. A través de los años, sus salas han visto pasar a artistas como Alejandro Sanz, Sebastián Yatra, Paulina Rubio, Pitbull o C.Tangana con Will.i.am, además de haber sido uno de los sitios donde se gestó el tercer disco de la Mother Monster.

"No era una loca, era una chica de lo más normal"
Según la directora de dichos estudios, Chelo Arango, la experiencia se salió de lo rutinario gracias a la personalidad de la cantante: "Cuando iban a venir, nos avisaron de que a los americanos no se les podía mirar ni a los ojos. Mantuvimos distancia hasta que se lo conté a RedOne, que dijo que eso era una tontería y nos llevó a conocerla. Fue realmente encantadora", cuenta a LOS40.

Esta cercanía, sorprendente en aquel momento —estaba a un mes de su gran triunfo en los Grammy con The Fame Monster—, no solo la demostró con ella, con quien también compartió una charla sobre sus raíces y ambiciones. "Hay un detalle que me gustó mucho de ella. Se quedaba en un hotel en la Castellana, y vinieron dos chicos hasta el estudio para conocerla. Estuvieron desde las siete de la tarde, pero no les podíamos dejar entrar, claro. Pues tuvo el detalle de, cuando volvía al hotel a las cuatro de la mañana, bajarse del coche y hacerse fotos con los chicos", desvela.

En cuanto a qué grabó poco nos puede decir, porque se mantuvo un secretismo absoluto para evitar filtraciones: "Ella trajo a su productor, nuestros técnicos no intervinieron. Y después se lo llevaron todo, era top secret". Nunca sabremos qué canción de Born This Way pulió en la Comunidad de Madrid —sería increíble que fuera Americano, ese mariachi en el que se atreve a cantar en español—, pero sí que llevaba puesto.

"Era invierno, y hacía muchísimo frío. Aun así, vino con unas medias agujereadas con una minifalda", revela Arango, un dato que podría ser anodino en cualquier otro artista, pero no en Gaga. Por aquel entonces, cada una de sus apariciones públicas iban acompañadas de unos outfits rompedores que terminaban en noticias de todo el mundo. Conjuntos aparte, confirma que su personalidad chocaba con la rumorología general de la época: "No era una loca, era una chica de lo más normal".

14 años más tarde, la artista no ha vuelto a la capital de visita, y mucho menos de gira. ¿Será la promoción mundial de Joker: Folie à Deux la excusa perfecta para su regreso? ¿Quizá un Bernabéu para su próximo tour internacional? Sea lo que sea, en Madrid —y Boadilla— tiene su casa