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Autor Tema: Los suizos y una lección no tan "progre"...  (Leído 236 veces)

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Los suizos y una lección no tan "progre"...
« en: Junio 08, 2016, 06:23:56 pm »
Por... Maximiliano Bauk



Maximiliano Bauk considera conveniente la decisión de los suizos de rechazar en referíéndum la propuesta de que los ciudadanos tengan una renta básica mensual garantizada y aquella de un salario mí­nimo de 3.270 euros.
 

Parece ser que, según podrí­a conjeturarse a partir de distintos acontecimientos, en Suiza la gente quiere ser pobre, cosa que confirmarí­an una y otra vez. Y es que en aquellas tierras europeas ya se convirtió en tradición que el pueblo vote en contra de distintas medidas sociales que probablemente en la Argentina serí­an aprobadas por amplios sectores de la población y a partir de las cuales varios dirigentes sindicales y de izquierda podrí­an dar por concluidas sus respectivas “luchas”.

El más reciente acontecimiento que despertó nuevamente mi interíés por esta “atrasada” civilización —atrasada en tíérminos de progresismo, claro está— es que hace solo dí­as, se sometió a referíéndum una propuesta para que todos los ciudadanos tengan una renta básica mensual garantizada de 2.250 euros (poco menos de 40.000 pesos argentinos), a cambio de hacer absolutamente nada, es más, la única condición era la de no disponer de un ingreso mensual equivalente ¿pueden creer que lo hayan rechazado? Así­ es, el 78% de los electores votó por el No, tirando por la borda una oportunidad histórica cambiar su pasar sin esfuerzo alguno.

Eso no es todo, en el mes de mayo de 2014 hicieron lo mismo con una propuesta algo similar aunque esta vez el costo serí­a absorbido por el sector privado. En aquella oportunidad se pretendí­a imponer un salario mí­nimo mensual de 3.270 euros (¡más de 50.000 pesos argentinos!) El 76,3% lo rechazó. ¡Pero aún hay más! Poco tiempo antes tambiíén lo habí­an hecho ante un proyecto llamado “salarios equitativos”, mediante el cual se pretendí­a disminuir notablemente la desigualdad prohibiendo que el sueldo más alto de una compañí­a pueda ser más de 12 veces mayor que el más bajo de la misma.

Podemos ver que a los suizos se les sirvió en bandeja el triunfo en las peleas que aquí­ llevan a cabo principalmente quienes se hacen llamar progresistas, pero aquellos en lugar de alegrarse y aprovechar la situación, decidieron rechazar estos “beneficios”. ¿Será que les gustarí­a llevar una vida austera? ¿O quizás sea que simplemente carecen de los vastos conocimientos que los citados sectores argentinos ostentan?

Todo lo contrario, francamente distan muchí­simo de la ignorancia y su decisión se debe, nada más ni nada menos, que a la mismí­sima lógica. No se dejaron engañar por fantasiosos discursos populistas y lograron quitarle a las propuestas ese oscuro manto utópico con el que se suelen esconder las verdaderas consecuencias de esta clase de medidas “benefactoras”, para ver así­ lo que realmente resultarí­a de su aplicación: una mensualidad garantizada de 2.250 euros lo único que harí­a serí­a incentivar a aquellos que no ganen más que eso —lo cual es bastante— a que dejen de intentarlo ya que el estado se encargarí­a de ellos, por lo que el número de mantenidos se irí­a incrementando a medida que la productividad del paí­s irí­a decreciendo, con lo que caerí­a tambiíén la recaudación del estado con la cual deberí­an pagarle a aquellos ahora desocupados. A su vez, para contrarrestar este díéficit el estado necesitarí­a financiarse de alguna forma, lo que se reduce a 3 simples opciones: aumentar los impuestos (subiendo los costos de las empresas, haciíéndolas menos competitivas por lo que tendrí­an que achicar gastos, probablemente en salarios), emitir más dinero (generando inflación, lo cual tendrí­a las mismas consecuencias que el punto anterior solo que de una manera más disimulada) y por último está la posibilidad de que el gobierno se endeude para cubrir estos gastos corrientes (lo que tan solo atrasará en algunos dí­as los desenlaces ya anticipados).

No menos erradas estaban las otras dos propuestas: la de un salario mí­nimo mensual de 3.270 euros y la de los llamados “salarios equitativos”: la primera lo único que lograrí­a serí­a que aquellos cobraran menos de eso perderí­an sus empleos ya que si su trabajo antes no era rentable a un sueldo mayor del que se les pagaba, la realidad no cambiarí­a porque una ley ahora lo imponga. Y, con respecto a la segunda, por las mismas razones que el punto anterior los salarios más bajos no aumentarí­an, y quizás algunos de los directivos con salarios más altos se conformen con uno menor y continúen en sus puestos —ahora menos remunerados—, pero gran parte de ellos sabrá que no ganaban tanto por un mero favor, sino por lo que le daban a la empresa y lo que ella obtení­a gracias a ellos, por lo que se puede presumir que se marcharán a un paí­s en donde se los valore como se debe y su lugar sea ocupado por personas menos competentes, cayendo la productividad de la empresa y así­ empobreciendo al paí­s en su conjunto.

La lección es simple, los suizos saben que intervenir en su economí­a no es algo que un grupo de burócratas pueda decidir por ellos ya que traerá consecuencias negativas para el conjunto de la población, es por ello que cada año ocupan los primeros puestos en el índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation, lo que —viendo su calidad de vida— les ha resultado bastante bien. Por esta razón les pido a los progresistas argentinos: aprendan de un paí­s sabio y dejen que la Argentina realmente progrese.


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...