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La economía de Amíérica Latina y el Caribe sigue estancada por segundo año consecutivo y en 2016 entrará probablemente en recesión ante el flojo desempeño de Sudamíérica, evaluó la Unctad.
A juicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), el Producto Interno Bruto (PIB) de la región registrará este año un retroceso de menos 0,2 por ciento, con declives significativos en territorios como Argentina, Brasil y Venezuela.
Mientras el crecimiento promedio de Míéxico y las economías centroamericanas y caribeñas se mantendrá en los niveles de 2015, con índices en el entorno de 2,2 y cuatro por ciento, respectivamente, señaló el informe.
Al decir de la Unctad, estas economías se vieron menos afectadas por la caída de los precios de los productos básicos e incluso muchas fueron beneficiadas, sin embargo, son vulnerables a la desaceleración económica de los Estados Unidos.
Otro elemento fundamental es el declive de la tasa de inversión en Amíérica Latina, que osciló de 19 a 21 por ciento del PIB en los últimos 30 años, frente a 25-26 por ciento del PIB hacia 1980, contrastó el análisis.
En opinión de los expertos de la entidad, 'la apertura comercial unilateral, la desregulación financiera, la redistribución regresiva de los ingresos y el retiro del Estado desarrollista afectaron fuertemente al sector manufacturero' a escala regional.
Frente al menor dinamismo del comercio mundial y de la demanda de los estados desarrollados, 'los países latinoamericanos deben reforzar sus mercados internos y regionales', aconseja la Unctad.
Hasta el momento, las exportaciones dentro de la zona consisten principalmente en manufacturas y materias primas procesadas, y el 60 por ciento de las exportaciones sudamericanas de manufacturas con contenido tecnológico medio y alto van a otros países de Amíérica Latina y el Caribe.
'Por consiguiente, reforzar la integración comercial regional es una herramienta potencial importante de la política industrial', opina el estudio.
Para la Unctad tambiíén resulta vital fortalecer la relación ganancias-inversión, para que las corporaciones reinviertan sus beneficios a fin de expandir la capacidad productiva y el empleo.
'Deben tambiíén recuperar la inversión pública y orientar el críédito de largo plazo para incrementar la tasa de inversión', precisó.
A fin de lograr eficacia, la política industrial requiere de 'una política macroeconómica que sostenga la demanda agregada, apoye la inversión y mantenga un tipo de cambio real competitivo y estable', expuso el examen.
La política industrial 'debe desarrollar los eslabonamientos productivos y de conocimiento y promover la substitución de insumos importados en las cadenas globales de valor, de manera de impulsar la capacidad productiva interna', juzgó la entidad.