City y Barí§a juegan en campo propio tal y como se jugaba en la mitad del oponente en la pasada díécada. Encontrar al hombre libre, progresar a travíés del pase y dar la pelota con ventaja son requisitos para los defensas y el portero que eran exigencias en el pasado si tu dorsal era el '10'. Lo complejo es darle un respiro a la jugada es el todo o la nada en un planteamiento de un Guardiola que consigue sacar al Barí§a de su contexto pero que claudica contra Messi. Antes y ahora. Con Leo no puede nadie.
El City metía seis jugadores en el campo contrario pero liberaba a Ter Stegen. Si nadie salta a la presión del portero, no hay hombre libre. Inteligente. Presión llena de intención donde Ter Stegen tocó más balones que cualquiera de los tres amigos en el juego once contra once. Tras el portero, Umtiti. La presión del City desconectó pero el accidente o el error impropio encendió al genio. Un penalti forzado, una asistencia a Neymar y tres goles de Messi. Tres. Imparable en individual.
La diferencia fue Messi. Tambiíén los tacos. Los del City jugaban sobre hielo. Su sombra los derribaba, un resbalón rompió el hielo. En la igualdad se fue Fernandinho al suelo para que Leo hiciese el resto. No hubo rondo ni claudicación del City pese al correctivo ya que el Barí§a consiguió golear sin imponerse al City. Iniesta fue menos que Gundogan y Ter Stegen con sus paradas fue la respuesta azulgrana. Messi y el arquero alemán.
El City no está a cuatro goles del Barí§a. Ocho nuevos en los "citizens" respecto a los que jugaron la semifinal contra el Madrid. Pocos meses pero toda una vida en fútbol. Han pasado muchas cosas pero los de Guardiola siguen en proceso formativo. Para la vuelta, menos errores y una elección de tacos acorde con la exigencia ya que este Barí§a no perdona. El genio va por delante, no perdona ni permite el error. La ley del más fuerte.
