La asamblea de Kutxa 'tumba' el proceso de fusión con la caja vizcaína BBK
Publicado por Expansión Bilbao
"La fusión no es una operación política, sino una respuesta eficiente ante la crisis financiera más grave de la historia. Apelo a la responsabilidad de todos los agentes políticos, económicos y sociales en este momento histórico". Con estas palabras pidió el presidente de BBK, Xabier de Irala, el respaldo de la asamblea general a la fusión con Kutxa, y lo logró, tal y como estaba previsto: 68 votos a favor, y 26 en contra, de un quorum de 94.
En cambio, las cosas se torcieron en la caja guipuzcoana, donde finalmente los 100 compromisarios "no hubo ninguna ausencia, contra lo que suele ser habitual" tumbaron el proyecto: 63 síes –cuatro menos de 67 necesarios (dos tercios del quorum)– frente a 33 noes y 4 abstenciones.
La caja guipuzcoana se queda a cuatro votos de los necesarios para aprobar la operación
Al inicio de la asamblea. los partidarios de la fusión contaban oficialmente con 66 papeletas, sólo una menos de las necesarias. Todos confiaban, sin embargo, en que los promotores del proyecto "PNV, sobre todo" hubieran pactado el apoyo de algún compromisario de otro grupo para sacar adelante la operación. Finalmente no fue así, y el sistema de votación secreto reclamado por el PSE dio la sorpresa y permitió el trasvase al no de 3 votos comprometidos en principio con el sí a la fusión.
Oficialmente, PNV, EA, EB y CCOO apoyaban el proceso, mientras que PP, PSE, la izquierda abertzale y los sindicatos ELA y LAB se oponían.
El fracaso de la fusión a dos supone un mazazo para sus impulsores: Xabier de Irala, presidente de BBK; y Xabier Iturbe, responsable de Kutxa. Según medios financieros, va a ser difícil que tras el fracaso de esta apuesta el proyecto sea retomado en un futuro próximo. "Pasarán muchos años hasta que vuelva a hablarse de la fusión de las cajas vascas", dicen estos medios.
La asamblea de BBK dio el visto bueno a la integración por 68 votos a favor y 26 en contra
La Caja de Ahorros de Euskadi debía nacer el 1 de enero de 2009 tras la fusión por extinción y aportación de activos a la nueva entidad, que ya tenía elegida marca comercial: Kutxa, en un guiño a la sociedad y a los políticos guipuzcoanos, los más temerosos a ver disipada su identidad y su poder en una entidad en la que la actual BBK tendría más peso, de acuerdo con su mayor tamaño. La caja vizcaína aportaría un 60% del peso de Caja de Euskadi, y Kutxa, el 40% restante.
Ambas entidades pretendían dejar la puerta abierta a la futura incorporación de Vital, que quedaba fuera de este proeceso por las reticencias del PSE, que gobierna la caja alavesa junto al PNV. En BBK y en Kutxa, el control está en manos de los nacionalistas, que lo mantendrían en la nueva caja fusionada. De ahí el rechazo de populares y socialistas a la fusión a dos que, a su juicio, era una estrategia diseñada por el PNV para reforzar su poder y hacerse con un instrumento financiero más potente a su servicio.
La fracasada caja fusionada contaba en principio con el visto bueno de las autoridades económicas y monetarias, aunque faltaba el de Competencia. Estaba llamada a ser la tercera caja del ránking español por beneficios (523 millones de euros) y patrimonio neto (7.434 millones), y la sexta por activos totales.