Por Amelia Lamaignere Badias
EL PRINCIPIO HERMETICO DE LA VIBRACION
El tercer Gran Principio Hermíético de la Vibración , encierra la verdad de que el movimiento se manifiesta en todo el Universo. Nada está en reposo, todo se mueve vibra y circula. Este principio hermíético, reconocido en su tiempo por alguno de los mas eminentes sabios de la antigí¼edad, paso al olvido cuando la historia entro en una fase de materialismo tecnológico, hasta finales de siglo XIX, momento en que la misma ciencia física reconoció esos mismos axiomas mediante complicadas formulaciones. Finalmente Filosofía hermíética y científica resultaron unidos por un unico objetivo: la búsqueda de la Verdad total.
Con la terminología de la nueva era, nos ha dado por hablar de vibras y de ondas, para demostrar percepciones buenas o malas, es decir, afinidades de sincronización, como algo simbólico, intangible y psíquico. Pero la vibración es real, es un acto científico, matemático, metafísico, y anímico; es la cualidad de todos los cuerpos. No es una palabra, ni una idea, es un hecho concreto. Sin vibración, no habria existencia
Esta ley hermíética, no solo acoge en si misma el principio de vibración universal, sino que además relaciona las diversas manifestaciones de la materia, de la mente e incluso del espíritu, como resultado de los diferentes estados de la vibración. Es decir, desde el Todo como principio creador, hasta la burda materia, todo es vibración.
El cuerpo humano es un gran ejemplo de este principio. En su composición diferenciamos el cuerpo denso o material y el cuerpo sutil que contiene el aliento que lo anima, el espíritu, y entre ambos extremos hay vibraciones de miles de millones de intensidades y modos diferentes.
Cada órgano, cada átomo, cada cíélula, cada partícula contenida en ellos tiene una vibración determinada a una frecuencia adecuada para la función que realiza, que se ensambla en una complicada y bella armonía vibratoria, al conjunto vital, como si se tratara de los instrumentos de una orquesta sinfónica en la que cada uno interviene en el momento adecuado y cumpliendo a la perfección con su función, colaborando así a que la sinfonía humana tenga una resonancia perfecta. Si solamente pudiíéramos ver en un microscopio como “se agita†una gota de agua y comprendiíéramos el equilibrio vibratorio entre todas las partes del cuerpo, nos quedaríamos impresionados de la belleza y perfección y tendríamos mas en consideración el respeto de esa obra magnifica que es el cuerpo humano.
Por su parte, las molíéculas están compuestas por átomos, estos por corpúsculos, que tambiíén se mantiene en constante vibración. Los átomos a su vez estan formados por “electronesâ€, “ionesâ€, etc., cuyo movimiento circular alrededor de otros cuerpos en diversos sistemas vibratorios, y asimismo las temperaturas de los cuerpos forman parte de grados de vibración. No importa la clase de materia de la que la energía esta compuesta; sea cual sea su vibración siempre girará entorno a otra o incluso a veces contra otra, y esto es aplicable a la luz, al calor, y a otras diversas formas de energía que la ciencia relaciona de alguna manera con el íéter, definido por alquimistas, como una energía de grado superior, al no ser visible por el ojo humano, y por tanto de mayor nivel vibratorio, y que de hecho, es el eslabón que une a la materia y su poder de atracción o campo de gravitación.