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Autor Tema: Despues de las subprime vienen las monoline  (Leído 1060 veces)

Orpheo

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Despues de las subprime vienen las monoline
« en: Febrero 08, 2008, 01:38:06 pm »
La crisis de las 'monoline': golpe al sistema financiero
Vicente Varó / Pedro Calvo | 22:00 - 1/02/2008

http://www.eleconomista.es/empresas-finanzas/noticias/354424/01/08/La-crisis-de-las-monoline-golpe-al-sistema-financiero.html

Cada vez que se tira del hilo de las hipotecas de alto riesgo, se producen nuevos jirones en el traje de los mercados financieros. Y el último hay que tenerlo muy en cuenta por los riesgos que implica, aunque suene a poco grave el nombre con el que se le ha bautizado en Estados Unidos: se trata del fenómeno 'monoline'.

Este tíérmino identifica un negocio que parece muy tíécnico, pero que en realidad es simple: avalar emisiones de críédito. Es decir, quienes desean endeudarse les pagan una prima para conseguir una mejor calificación de calidad y pagar así­ menos intereses.


'Monoline' le avala

Es como si usted quiere contratar una hipoteca y le pide a un amigo con muchas propiedades que le avale a cambio de una comisión para que el banco le díé mejores condiciones y le cobre menos cuota. En este ejemplo, su amigo serí­a el 'monoline'.

Hasta ahora este negocio habí­a funcionado bien, pero ya incluso los avalistas están en tela de juicio ante la crisis de confianza que estalló el pasado verano con los crecientes impagos de hipotecas basura en Estados Unidos.


La tragedia para las 'monoline'

Resulta que las principales empresas del sector, como MBIA y Ambac, habí­an hecho buena parte de su negocio asegurando en los últimos años las emisiones de unos sofisticados productos que tení­an dentro riesgo de impago de hipotecas, los llamados CDO. Según un informe de Barclays Capital, las 'monoline' respaldan hasta 820.000 millones de dólares (cerca de 560.000 millones de euros) en derivados de críédito como los CDO, casi la mitad que el conjunto de la economí­a española.

Estas cifras ya adelantan la tragedia que supone para los avalistas que el valor de los CDO haya caí­do a mí­nimos por el aumento de impagos, hasta tal punto que grandes bancos como Citi, Merrill Lynch, Morgan Stanley o Sociíétíé Gíéníérale, entre otros que invertí­an en este tipo de riesgo, han apartado ya la friolera de 72.000 millones de dólares en conjunto para cubrir las píérdidas provocadas por las hipotecas de alto riesgo, según el recuento de la agencia Bloomberg.

Esta cifra parece gigante, pero se queda pequeña frente a los 143.000 millones que Barclays Wealth estima que deberí­an amortizar los bancos si se cumple el peor escenario posible para las aseguradoras 'monoline' : una brusca rebaja en su calificación de solvencia.


'El peor mundo posible'

El negocio de las aseguradoras 'monoline' se basa en la calidad de sus activos y la confianza en que su valor se mantenga. Igual que cuando usted consigue un avalista para su hipoteca, el banco certifica la valí­a de sus terrenos, los inversores que compran deuda asegurada ponen como requisito que estas empresas tengan un sello de máxima fiabilidad. O lo que es lo mismo, exigen que las agencias de calificación crediticia como Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch les otorguen su máxima nota: AAA. Y he aquí­ el gran problema.

Hasta que estalló la crisis de las hipotecas de alto riesgo, las grandes 'monoline' tení­an esta nota garantizada, pero al desplomarse el valor de los CDO las aseguradoras de críédito necesitan inyecciones de capital adicionales que les permitan mantener su solidez financiera. En concreto, les urge contar con 200.000 millones de dólares, según calcula Egan-Jones Ratings, firma especializada en calificaciones de críédito. ¿Los conseguirán?

En Egan-Jones creen que sólo lograrán 80.000 millones, con lo que ven en claro peligro sus rating. De hecho, las agencias de calificación crediticia ya han dado los primeros pasos para una hipotíética rebaja de la calificación de los grandes del sector. Moody´s anunció los pasados 16 y 17 de enero que colocaba a las dos mayores 'monoline' , MBIA y Ambac, en revisión para posible rebaja de su recomendación de AAA. En concreto, con respecto a MBIA lo hizo para reflejar "las crecientes preocupaciones sobre la volatilidad en la evolución reciente de las hipotecas y los riesgos de CDO relacionados con hipotecas, así­ como las correspondientes implicaciones para el equilibrio del capital".

En el caso de Ambac, Standard & Poor´s tambiíén puso unos dí­as despuíés en perspectiva negativa su calificación y no sólo por la volatilidad del mercado, sino porque la propia compañí­a anunció unas píérdidas de 5.400 millones de dólares antes de impuestos en 2007 por la caí­da en mercado de los críéditos que tiene asegurados. La agencia Fitch incluso le ha rebajado ya la calificación a la nota AA.

Y vendrán más, porque Ambac no es un caso aislado: "Las dificultades de mercado que han afectado a Ambac tambiíén son evidentes en otras empresas, en particular a las más expuestas a CDO", dice Jack Dorer, director de Moody´s.

Si los pronósticos de rebajas se cumplen, podrí­a ser el principio del fin para estos negocios. Pero el mayor quebranto no serí­a su caí­da, sino lo que podrí­an arrastrar. Volvamos al ejemplo de la hipoteca. Imagine que usted se ha visto obligado a dejar de pagar la hipoteca y, de pronto, su avalista ha visto desplomarse el valor de sus propiedades y tambiíén se declara insolvente. Su dolor se contagiará a la entidad financiera que le dio el críédito.


Contagio a los bancos

Del mismo modo, en aquellos bancos o vehí­culos de inversión que tienen en sus carteras bonos avalados por estas aseguradoras, los problemas de estas firmas tienen efectos inmediatos. Si, por ejemplo, el rating de estas sociedades es rebajado, el valor de esos bonos caerá de forma automática.

La situación se agrava si, además, esos inversores no pueden tener en su poder tí­tulos que no cuenten con la mayor calificación posible -AAA-. En ese caso, deberán vender los bonos en cuanto el rating de las aseguradoras descienda, con el consiguiente riesgo de sufrir unas píérdidas considerables como consecuencia de esas ventas obligadas.

Al mismo tiempo, el problema de las aseguradoras de bonos incrementa el riesgo de que la economí­a estadounidense entre en recesión. Una vez que el mercado laboral y los datos de consumo han confirmado que el enfriamiento del sector inmobiliario y la crisis hipotecaria tienen efectos directos sobre la economí­a real, las dificultades de las 'monoline' complican aún más el panorama porque impiden que las rebajas de los tipos de interíés por parte de la Reserva Federal (Fed) sean totalmente efectivas.


"Problema más duradero"

Con el descenso del precio del dinero, el banco central de Estados Unidos busca, entre otras cosas, abaratar el acceso a nueva financiación a las empresas y las familias. Sin embargo, los problemas de las aseguradoras pueden impedir que los bancos abran el grifo de la concesión de príéstamos, ya que optarán por reforzar su capital por si la situación del sector financiero se agrava. "El problema de las 'monoline' retrasa la recuperación de los mercados de críédito y tiene impacto en el conjunto del sector financiero, por lo que, sobre todo, provoca que el problema sea más duradero", asegura Juan Ramón Caridad, socio de Atlas Capital.

La gravedad de la situación ha llevado a las autoridades públicas a actuar para proteger a estas compañí­as. El lunes se conoció que la Autoridad de Seguros de Nueva York ha contratado a la firma de asesoramiento Perella Weinberg para que elabore un plan de rescate para estas compañí­as. Eric Dinallo, el responsable del supervisor financiero, ya se reunió con banqueros la semana pasada para pedirles que colaboren si se producen las rebajas de rating.


Abocadas a un rescate forzoso

"Parece que al final las rescatarán, como ya pasó en 1998 con el fondo de inversión LTCM", comenta Santiago Satrústegui, presidente de Abante Asesores. En su opinión, lo harí­an porque "el gasto para salvar estas aseguradoras será mucho menor que las píérdidas que provocarí­a su quiebra". Por ahora, JPMorgan ha aumentado su peso en Ambac del 5,8 al 7,7 por ciento.

En el mercado se maneja otra posibilidad: que algunos inversores especializados en compañí­as en problemas, como el fondo británico Wilbur Ross, del que se ha rumoreado que podrí­a comprar Ambac. Sin embargo, según publicó el diario Financial Times, Ross y otros inversores estarí­an pensando más en montar otra aseguradora que en asumir estos gigantes caí­dos.

Entre los inversores que están pensando aprovechar para ganar en rí­o revuelto está el gurú Warren Buffett, que a finales del pasado ejercicio anunció la creación de su propia aseguradora de bonos, Berkshire Hathaway Assurance, para competir con las hasta ahora gigantes del sector MBIA y Ambac. De este modo, redobla su apuesta en un negocio en el que siempre se ha mostrado especialmente activo. Lo ha demostrado en el último mes, en el que ha comprado la división de reaseguros de la entidad ING por 300 millones de euros y ha adquirido un 3 por ciento de la suiza Swiss Re.



En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.