Ferrovial se ha aliado con los grupos alemanes BAM Nuttall y Kier para pujar por los contratos de construcción de Crossrail, la nueva línea de ferrocarril que cruzará Londres a partir del año 2017.
Crossrail, que tiene un presupuesto de 15.900 millones de libras (18.126 millones de euros), se considera el mayor proyecto de ingeniería de Europa de la próxima díécada
La adjudicación de esta obra consolidaría a Reino Unido como el primer mercado de Ferrovial, por delante de España. La empresa controlada por la familia Del Pino ya posee en las islas el grupo aeroportuario BAA y la empresa de servicios Amey.
El acuerdo entre Ferrovial, BAM Nuttall y Kier afronta su primera prueba este mes de septiembre. El consorcio debe presentar sus ofertas para la construcción de dos tramos de túneles de Crossrail, con un presupuesto de 1.850 millones de libras.
Se trata de la primera gran adjudicación de las obras que saca a concurso la promotora del proyecto, que está controlada por el Ayuntamiento de Londres. La resolución de esos tramos de la línea ferroviaria se conocerá a mediados de 2010.
Ferrovial y sus socios tambiíén esperan pujar por el resto de los contratos de construcción, entre los que figura otro túnel bajo el río Támesis y seis estaciones subterráneas bajo el centro de Londres.
Fuentes del sector constructor esperan una dura competencia por los contratos de Crossrail. Es probable la presencia en el concurso de las empresas británicas Balfour Beatty, Costain, Murphy y Lang OŽRourke; de las francesas Vinci y Bouygues; de la alemana Hochtief, que está participada por la española ACS; y de la sueca Skanska, entre otras. Tambiíén podrían entrar en liza otras compañías españolas.
A favor de Ferrovial, juegan algunos factores en esta puja. Su filial BAA es uno de los financiadores privados del proyecto. Esta empresa aportará 230 millones de libras a Crossrail para asegurarse que un ramal de la línea llega hasta el aeropuerto de Heathrow. Otro punto a favor es que el presidente de Crossrail es Terry Morgan, que hasta hace unos meses trabajó para Ferrovial como consejero delegado de Tube Lines, sociedad participada por Amey que gestiona tres líneas del metro londinense.
En contra de la propuesta española puede ir la ausencia de empresas británicas en su consorcio. Las compañías locales van a pujar fuerte por este contrato para compensar el parón de la obra privada en Reino Unido. El segundo factor negativo para Ferrovial pueden ser sus recientes enfrentamientos con Boris Johnson, alcalde de Londres y responsable último del proyecto. Johnson se ha enfrentado con Tube Lines por la gestión del Metro de Londres y es uno de los principales opositores a la ampliación del aeropuerto de Heathrow que promueve BAA.
Fuentes cercanas a Crossrail indican que la adjudicación se realizará en base a míéritos tíécnicos y económicos, sin tener en cuenta otras circunstancias.
Proyecto resucitado
Crossrail es una antigua idea para conectar el oeste y el este de Londres de forma más rápida y para reducir la masificación de la red de metro de la capital británica. Pero hasta el año pasado, el proyecto no consiguió viabilidad financiera.
Un acuerdo entre el Ayuntamiento de Londres, el Gobierno británico y varios inversores privados ha permitido la puesta en marcha de la iniciativa. Una de las ideas originales en la financiación es la aportación que realizarán las empresas de la City (distrito financiero de Londres), a travíés de una tarifa especial que sufragará parte de la inversión en Crossrail.
En el primer semestre de 2009, el negocio en Reino Unido aportó el 35% de los 5.901 millones de euros que facturó Ferrovial.
