China admitió el jueves que sólo compañías extranjeras han sido obligadas a abandonar o cambiar acuerdos de negocios por la ley antimonopólica que promulgó hace dos años, pero rechazó que la medida sea discriminatoria.
Las autoridades reguladoras han examinado 140 casos y negaron tajantemente sólo uno: la intención de Coca-Cola de comprar al productor de jugos de fruta Huiyuan, dijo Shang Ming, jefe de la oficina antimonopólica del Ministerio de Comercio.
Añadió que otros cinco acuerdos, todos ellos con compañías extranjeras involucradas, fueron aprobados con algunas condiciones como vender algunos de sus activos.
Varios grupos empresariales se quejan de que Beijing usa la ley y otras medidas reguladoras para proteger a sus empresas de la competencia, lo que viola los compromisos de libre comercio. Las compañías dicen que las condiciones para ellas son cada vez peores pues el gobierno comunista trata de formar sus propios grupos industriales líderes.
"Las personas que dicen que discriminamos a las compañías extranjeras no entienden la situación", dijo Shang en conferencia de prensa. "Despuíés de la crisis financiera, las fusiones y adquisiciones se incrementaron, y la mayoría son hechas por compañías extranjeras".
El gobierno dijo en marzo del 2009 que rechazó la fusión entre Coca Cola y Huiyuan porque su participación de mercado sería demasiado grande y asfixiaría a la competencia.
Pero observadores de la industria dijeron que parecía que Beijing trataba de evitar que una de las pocas marcas exitosas de China cayera en manos extranjeras.
La Cámara Americana de Comercio en China, que representa los intereses de las firmas estadounidenses, y otros grupos empresariales señalaron que los reguladores aún deben aplicar la ley a las compañías estatales, la mayoría de las cuales son monopolios o tienen participaciones de mercado muy por encima del límite legal.
