Antes de nada desearles lo mejor para este nuevo año que hemos comenzado. Y que la mayoría nos equivoquemos cuando hacen pronósticos negativos (entre pesimistas y catastróficos) sobre íél. Como una amiga reportera que el 23 de diciembre me despedía de esta forma: “descansa y toma fuerzas para este terrible año que nos aguardaâ€. Glu!
Pues he tomado fuerzas. Aunque descansar, descansar, poco (Jorge tiene la culpa). He leído mucho (como la mayoría, supongo) y he hablado más. Es lo que tiene la placidez de los pueblos: todo pasa muy lento, dando tiempo a pensar y charlar. Muchos de mis contertulios repetían la misma pregunta: ¿salimos ya de esta?. Tras indagar sobre quíé era “esta†(en agosto en el mismo pueblo, pocos eran los que se preguntaban por la Crisis), me he dado cuenta que ya no estamos hablando de un problema macro para ahondar en otro micro. “Cuánto tiempo nos queda, quíé se puede hacer ahora, se puede hacer algo….â€; sí unas navidades felices en una atmósfera triste. Me temo que la tristeza será algo habitual durante 2011.
¿Y la economía macro? ¿y los mercados? Algún político hacía explícitas sus dudas sobre el comienzo del año. Y era más bien pesimista al intentar adelantar el comportamiento de los mercados. Y de la economía. Sin embargo, a mi me inquieta más el Q1 que el Q4 en la economía. Y el Q2 que el Q1, en el caso de los mercados. Un respiro temporal que los inversores deben aprovechar en este año que se presenta tan complicado y con previsibles cambios de humor. Lo superaremos juntos. Creo.