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Autor Tema: El magnetismo personal humano  (Leído 980 veces)

Scientia

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El magnetismo personal humano
« en: Octubre 09, 2011, 10:11:56 pm »
EL MAGNETISMO PERSONAL-HUMANO
de Hermes Neo:
http://www.facebook.com/note.php?note_id=239017842788976

El magnetismo personal es un atributo de la
mente, y pertenece al campo de la Dinámica del Pensamiento. Por el contrario,
el magnetismo humano es una manifestación de Prana, y pertenece a esa parte
del tema general.

Constantemente tanto los
animales inferiores como el hombre emiten inconscientemente este
magnetismo, o energí­a pránica, pero el hombre desarrollado o psí­quicamente
educado tiene esta fuerza bajo su control y puede, o bien reprimirlo en gran
parte, o bien emitirlo en cantidades muy aumentadas; y tambiíén puede
dirigirlo a cualquier lugar o área especial. Tambiíén puede usarlo en conexión
con sus ondas de pensamiento para darles mayor poder de traslación y fuerza
queremos grabar en
sus mentes que esta energí­a pránica, o magnetismo humano, es algo muy
diferente a la “fuerza de pensamiento” o a cualquier muestra de poder del
pensamiento pero, como se dijo antes, puede utilizarse en conexión con las
ondas de pensamiento. Es meramente una fuerza ciega de la naturaleza, así­
como la electricidad o fuerzas similares, y puede usarse consciente o
inconscientemente; sabia o alocadamente. No tiene ninguna acción inteligente
excepto las dirigidas por la mente de su usuario. “Electricidad humana” serí­a
un tíérmino mucho más apropiado que “magnetismo humano” — por cuanto se
parece mucho más a la electricidad que al magnetismo.

El magnetismo humano es una forma de energí­a prániCA, Prana es la Energí­a Universal, y
se encuentra en diversas formas, en todas las cosas, animadas o inanimadas.
Todas las formas de Fuerza o Energí­a no son sino manifestaciones de Prana.
La electricidad es una forma de Prana — lo mismo que la fuerza de gravedad
— y lo mismo que el magnetismo humano. Este es uno de los Siete Principios
del hombre, y se encuentra en mayor o menor grado en todos los organismos
humanos.

El hombre extrae Prana del aire que respira; de la comida que come;
del fluido que bebe. Si está deficiente en Prana, se debilita y “le falta
vitalidad”, por así­ decir. Cuando su provisión de Prana es suficientemente
grande para sus necesidades, se vuelve activo, radiante, eníérgico y “lleno de
vida”.
Hay una gran diferencia en la cantidad de Prana absorbida y
almacenada por las distintas personas.
Algunos están sobrecargados de Prana, y lo irradian como una máquina
elíéctrica, haciendo que todos los demás con quienes entran en contacto sientan
incrementada su salud, fuerza, vida y vigor. Otros están tan escasos de Prana
que cuando se reúnen con otras personas, su díébil condición hace que
absorban de la provisión de magnetismo pránico de los demás, con el
resultado de que esas personas así­ despojadas, se sienten incómodas y díébiles
despuíés de la entrevista. Algunas personas son prácticamente vampiros, y
usualmente viven del magnetismo de los demás, inconscientemente, aunque

algunos han aprendido que de esta manera pueden vivir de la fuerza de otros, y
practican conscientemente sus malas artes. Este uso consciente de su poder es
una forma de magia negra, y se acompaña con ciertas penalidades y castigos
psí­quicos. Pero, despuíés de que ha aprendido algo sobre este magnetismo
humano y sus leyes, nadie puede ser expoliado así­, ni por demanda
inconsciente, ni por voluntad consciente de otros.
El magnetismo humano, o energí­a pránica, es una poderosí­sima fuerza
terapíéutica y se encuentra, en una u otra forma, en la mayorí­a de los casos de
curación psí­quica. Es una de las formas más antiguas de curación natural, y
puede decirse que es casi instintiva en la especie. Un niño que se ha herido, o
que siente un dolor, enseguida corre hacia su madre que besa la parte herida, o
coloca su mano en el lugar dolorido y en pocos momentos el niño está mejor.
Cuando nos acercamos a alguien que está sufriendo, es muy natural que le
pongamos nuestras manos en la frente, o que le pasemos la mano por encima.

Este uso instintivo de la mano es una forma de llevar magnetismo a la persona
afligida que usualmente se alivia con la acción. Mantener a un bebíé junto el
pecho de su madre es otro acto instintivo con el mismo propósito. El
magnetismo de la madre brota, impulsado por su pensamiento amoroso, y el
niño se calma, descansa y se fortalece. El magnetismo humano puede ser
expelido del sistema mediante un deseo o pensamiento, o puede pasarse más
directamente a otro mediante la mano, el contacto corporal, un beso, el aliento
y procedimientos similares.